Relatos eróticos gay en español
Cuando ya me estaba quitando la ropa para meterme a bañar vi que entraron otros 2 chavos del taller de karate y al parecer ya se conocían; cuando me vieron me preguntaron si sabía si había agua caliente, les dije que no porque aún no me metía.
—Oiga patrón, ¿y por cuánto me va a salir todo esto del gym y el entrenador?—. Me preguntó —No tranquilo, solo quiero algo a cambio Hernán. ¡Quiero follarte!—. Le respondí de una manera serena, tranquila y denotando seguridad.
Decidí meterme a bañar y me quité toda la ropa frente a mis amigos, yo como si nada, quedé desnudo e incluso les pregunté si no querían bañarse de una vez; ellos se voltearon a ver y, casi al mismo tiempo, dijeron que sí.
Mi compañero de piso, Cristóbal, había tenido un accidente con la moto y le habían tenido que ingresar debido a las contusiones que se llevó. Por suerte las más graves eran sólo dos fracturas. El principal problema era que las dos escayolas le inutilizaban ambas manos por lo que pasó a ser totalmente dependiente, apenas podía comer solo al principio.
Fue cuando aproveché el momento que él pedía a gritos que le mamara la verga, así que fui metiendo mi mano debajo de su shorts, luego su trusa y pude sentir todos los pelos que traía.
Apenas llegué a donde el estaba, acercó sus labios a mi oído y me dijo jadeante «te voy a cojer, sé que te gusto, me encantas y hoy serás todo mío». Él sabía que me moría por ser suyo, que solo deseaba su potencia sobre mí.
Nos quedamos viendo y por primera vez con un hombre me puse nervioso, me sentí muy nervioso al tener a Nacho sobre mi sujetándome con fuerza mis brazos; nos quedamos viendo, en silencio, contemplándonos el uno al otro, entonces trate de zafarme.
Pero para mi sorpresa, siento que se pone de lado y me empieza a agarrar las nalgas y se me acerca y me pone ese gran pene contra mi culito y lo siento apuntándome y en ese momento me puse de nuevo a mil.
Su calzón blanco está a reventar, un pequeño trozo de su pene sin circuncidar está saliendo por el resorte. «Estoy muy caliente», me dice mientras que yo le quito la ropa y le empiezo a chupar el pene, muy suave aunque siento que no va a durar mucho.
En ese momento en que me echaba sobre él haciéndome él dormido, sentí que su pinga esta bien dura y eso me encendió aun más. Entonces me di la vuelta y haciéndome él dormido deje caer mi mano sobre su pinga, él se movió y dio un pequeño quejido pero no quitó mi mano.