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Hola esto sucedió cuando yo tenía 14 años, mi nombre es Ricardo, y es la historia de como perdí mi virginidad con mi primo 2 años menor que yo.

Él se llama Leonardo, recuerdo que siempre de niño me atraía mucho, tal vez por qué realmente era muy guapo pues a pesar de tener 12 años era muy alto,y nunca me imaginé que ya estaba muy desarrollado a esa edad pues ya tenía bellos en las piernas y en las axilas le empezaban a salir.

A pesar de que yo tenía 14 años me me desarrollaba mucho asi que aparentaba ser mas niño. Una tarde al salir de la escuela y estando en casa de mi primo llenamos una alberca para bañarnos ya que eran tiempos de mucho calor.

Nos metimos a la alberca para refrescarnos; les cuento que en esos tiempos mis tíos trabajaban todo el día y mi primo era hijo único y pues yo siempre le hacía compañía en lo que llegaban sus papás.

Ese día pasó algo que hasta la fecha no olvido; a la alberca dónde nos bañabamos ambos nos metíamos en trusa, pero no sé por qué mi primo se puso de pie y pude ver qué tenía un enorme bulto erecto y rápidamente él se lo tapó cuando yo lo miraba.

Realmente si lo ví enorme a pesar de tener esa edad. Transcurrido la tarde,y pasado las horas nos pusimos a ver televisión, en esos tiempos recuerdo que nos gustaba mucho, despues de ya casi eran las 9 de la noche,mi tía me preguntó si me quería quedar a dormir con Leo, a lo que respondí que sí, entonces mi tía nos dijo que no viéramos tele tan tarde y también se fue a dormir con mi tío.

Mi primo y yo estuvimos como hasta las 10 viendo televisión cuando le dije «yo ya me iré a dormir, tengo mucho sueño» y él me respondió «yo me quedaré un rato más» entonces me subí al cuarto de mi primo y me acosté a dormir.

No pasaron ni 20 minutos cuando sentí que abrió la puerta y también se acostó junto a mi, obvio me hice el dormido.

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Entonces siento atrás de mi un bulto duro el cual me tallaba despacito. Yo hice un movimiento y él como que se asustó, y se hizo el dormido fue cuando yo giré hacia su lado y puse mi mano sobre su abdomen.

Él no se movía y yo seguidamente fui bajando mi mano hasta su bulto y me posicione sobre él con miedo y frío a la vez. No me explicaba en ese momento, pero tuve el valor de hacerlo, tocarlo por encima de su shorts, cuando de repente su pene empezó a dar unas palpitadas enormes, cómo si quisiera salirse de su shorts.

Fue cuando aproveché el momento que él pedía a gritos que le mamara la verga, así que fui metiendo mi mano debajo de su shorts, luego su trusa y pude sentir todos los pelos que traía.

Era toda una selva lo que traía mi primito. Luego no pude contenerme más y se lo saqué afuera y haciendo movimientos con su pene y testículos me incline y metí ese pedazo de carne en mi boca, era algo delicioso, chupar su cabeza, sus huevos y esos bellos que subsionaba una y otra vez.

De pronto él con sus manos me empujaba mi cabeza, me sorprendí pero seguí haciendo lo que él quería, entonces me puso boca arriba y se montó encima de mi para que le siguiera mamando el pene, era muy tosco, pero también sabía lo qué quería y cómo hacerlo.

Luego me puso de espalda y me bajó el short, fue cuando quiso enterrar su verga en mi culito, pero a la primera entrada me dolió mucho y me retiré de él.

Después buscó una crema y se lo puso en el pene y poco a poco me fue metiendo su pene, al principio despacito, y mis lágrimas me salían; de repente, en dos intentos por metermelo fue cuando sentí que a la tercera ya tenía la mitad adentro y sentí como me partía el culo en dos.

El siguió metiendo más y más hasta que ya la sentía toda adentro de mi, yo mordía la almohada y él me seguía embistiendo más rudamente, pareciera que tenía mucha experiencia y que realmente estaba con un hombre, con el hombre de mis sueños, me sentía amado por él.

Luego el dolor fue pasando, tal vez por el grado de excitación, porque realmente estaba súper caliente, o por que mi primo hacía movimientos increíbles, se veía que realmente estaba disfrutando hacerlo por primera vez conmigo.

Luego de varios minutos de intenso jadeo sentí algo caliente dentro de mi, sentí que me ardía mi culito; eran los chorros de leche que acababa de expulsar de esa verga virginal, fue algo placentero y lleno de satisfacción, una sensación hermosa de parte de él, de ese peque que se convertía en hombre y yo en su puta favorita.

Después de esa noche volvimos a estar más de 4 años juntos, y se convirtió esa en mi experiencia vivida con mi primo que dónde quiera que se encuentre lo sigo extrañando como si fuera la primera vez.

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