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Mi nuevo entrenador de atletismo

Corría medio fondo en el colegio y competía frecuentemente. Cada noche pasaba por una caseta de vigilancia de una empresa y el vigilante empezó a ofrecerme agua al pasar. Por dos semanas recibí su agua y por fin un día decidí parar para darle las gracias. Conversando con el descubrí que había sido corredor y empezó a darme tips para mi carrera.

El siguiente fin gané los 1.500 m y fuí a darle las gracias. Me preguntó el tiempo y al decirle que tendría 16 años en unas semanas, me dijo que era el momento de empezar a explotar mi potencial. Me ofreció su ayuda y acepté. La siguiente noche empezó a entrenarme y me hizo estirar muy bien. Después de tres días me dolían las piernas por el trabajo extra y me ofreció un masaje para relajar.

Accedí y me llevó a una habitación dentro de la empresa. Allí me dió un delicioso masaje en los pies, piernas, y muslos. Luego me dijo que me desnudara completamente. Me corté un poco, pero obedecí y el me dió un masaje integral. Al día siguiente estaba como nuevo.

Los entrenamientos continuaron y al tercer día me dijo: Hoy te toca tu masaje.Al entrar a la habitación me ordenó desnudarme. Esta vez tenía un aceite y comenzó por mis hombros. Fue delicioso, sus manos no respetaron ni un cm de mi piel, y cuando masajeaba mis glúteos tuve una fuerte erección que me dejo muy perturbado y avergonzado, pues el me giró y se dió cuenta de mi excitación.

Al verme a la cara sonrió y me dijo que no tenía de qué avergonzarme. Es algo natural excitarte si te tocan o tocas, yo también me excito, me dijo, y sin darme tiempo de nada tomó mi mano y la asentó a su virilidad. Sentí su pene duro bajo su pantalón, era grueso y largo.

Quedé sorprendido y me dijo. Acuestate, sigamos. Y como si nada continuó con su masaje. Mientras masajeaba mis pies sentí un gran placer. Esto se repitió tres días después. Jason empezó a conversarme sobre sexo, de como los machos alfa hacían el amor a los beta y gamma. Lo natural que era el sexo entre machos, etc. Yo estaba muy excitado y perturbado, pues aquello me excitaba mucho. Le conté que correría en un chequeo al día siguiente y me dijo: «Te voy a dar un masaje de pies que va a relajarte mucho» y sin más empezó a chupar los dedos de mis pies.

Fue una experiencia divina que prolongó largo rato. Yo perdí el control de mi cuerpo, me giré y puse de espaldas gimiendo de placer, mis gluteos se levantaban eroticamente, entonces el separó mis nalgas y beso mi ano acariciandolo con su lengua un rato y me dijo que me fuera y recordara eso cuando estuviera en la última vuelta de la carrera.

Baje varios segundos mi tiempo.

Esa tarde fui a contarle y el me dijo que había que relajar y que fuera a la habitación y lo esperara desnudo. «Hay unos videos en la computadora, míralos y me cuentas». Había varios videos de hombres negros haciendole el amor a hombres blancos, los miré fascinado. El entró luego de una media hora y me dijo que lo esperara en la ducha, en ese momento supe lo que me haría. El entró desnudo y me beso en la boca con deseo. Yo estaba muy avergonzado y cortado, vi que tomaba una crema y la ponía en todo mi cuerpo. Ví que era crema depilatoria y lo deje depilarme. Al salir me llevó a la cama y entre besos y caricias me fue dilatando sin apuro. «Tocame y describeme lo que haces y sientes». Empecé a acariciar su negra y lisa piel, diciendole lo hermosa y oscura que era, describí sus musculos, pecho, y vientre.

Acaricié su pene, era enorme y grueso, bese sus piernas y pies. Yo estaba muy asustado, pero también muy excitado, entonces Jason me dijo que estaba enamorado de mi, que le fascinaba mi firme y paradito trasero, y que me quería como mujer, me volteó y se montó sobre mi y empezó a introducir su pene en mi ano, sin ningún apuro, invadiendo mi cuerpo poco a poco.

Al sentir molestia el retrocedía un poco y empezaba de nuevo. De prontó sentí un ligero desgarre que dolió un poco, pero esta vez su miembro continuó su camino hundiendose hasta la base en mi cuerpo. Me sentí lleno, completo, suyo, poseido, y un fuerte e inesperado orgasmo explotó dentro de mi cuerpo, y no lo pude reprimir.

Fue algo salvaje, intenso, divino. El empezó a bombear y mi placer se prolongo mucho. Jason eyaculó con gran potencia y me abrazo con deseo diciendome que me amaba y empezó a besar mi boca con pasión. Poco después eyaculaba dentro de mi por segunda vez sin separarse de mi cuerpo. 

Esa noche empezó una tormenta y me quedé con el aprendiendo a satisfacerlo con mi boca, ano, y todo mi cuerpo.

Seguí mis entrenamientos con el y nuestras sesiones de amor. Hoy soy de los mejores corredores del país en 1500 m, y cuando viajamos juntos a una competencia nos quedamos en un hotel y pedimos habitación matrimonial. Cuando estoy solo con el no oculto mi verdadera sexualidad. Nunca en estos 4 años he estado con una mujer, ni siento de necesidad de hacerlo. Mi Jason me colma de amor, deseo, placer, y lujuria.

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