... ...

Las ganas de coger con cualquiera me llevaron a un albañil

Eran mediados del 2013, yo recién había cumplido 24 años, y también por problemas familiares, acababa de “independizarme”. Me moví de los suburbios en que vivía con mis padres, para rentar un…

Por faltar a un turno de trabajo me cogieron como puta

Tengo 20 años delgado, pero un culo parado, pelo negro y ojos grandes simpático. Mi primer trabajo es de vendedor en tienda famosa de nombre Electr*, en donde venden electrodomésticos…

De tener novia a ser el amante de mi jefe

Los primeros meses los pase prácticamente en casa. Del trabajo a casa y viceversa, pero con la llegada de Germán el jefe de mi sección, que regresaba de un viaje…

Mi cita con el gerente del banco

Cuando Gustavo entró aquella mañana al banco no sabía dos cosas, que iba a demorar más de lo previsto, y de que esa no iba a ser una mañana más…

Mis experiencias como repartidor en moto

Con 17 años tenía todas las tardes libres y buscaba un trabajo que pudiese compaginar con mis estudios de bachillerato cuando a dos manzanas de mi casa abrieron un Video-Club…

El cliente favorito de la estilista

Después de varios años, nuestras pláticas se volvieron más intensas y poco insinuantes, ya había coqueteo por ambas partes y ese jugueteo me encantaba.

27 cms en el taller

Ese señor de 48 años alto flaco con diente de plata moreno, se bajó el cierre y dormida flácida medía unos 22 CM , típico los que pierden molestos y los que ganaron halagando del enorme tronco moreno y gordo pero al final todos riendo y yo disfrutando esa imagen.

El dueño de la papelería ahora es mío

«Sé que me traes ganas desde el primer día que se fue mi esposa y he notado como me miras, aprovecha que ella no está y que ando bastante ganoso» me dejó helado su confesión.

Mis experiencias como repartidor de comidas – 4

Desde el momento que entré mi cliente me recibió con una mirada lujuriosa como siempre, y pude darme cuenta que su socio me observaba de pies a cabeza de la misma forma. Nunca nos habíamos visto hasta ese momento.

Mis experiencias como repartidor de comidas – 3

No podía creer que hubiera entrado sin ninguna molestia. Él empezó a empujar suavemente mientras ahora yo empezaba a mover mis caderas de forma circular, fue algo tan rico. Los dos nos movíamos a sincronía mientras nos comíamos a besos.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.