Un masaje me sedujo
Estaba por trabajo en un hotel y decidí darme un masaje. Enviaron a un hombre negro, me turbé un poco pero me desnudé como el me indicó. Sus manos eran deliciosas y fuertes, los masajes que me hizo en los Leer más
Relatos eróticos gay en español
Estaba por trabajo en un hotel y decidí darme un masaje. Enviaron a un hombre negro, me turbé un poco pero me desnudé como el me indicó. Sus manos eran deliciosas y fuertes, los masajes que me hizo en los Leer más
Los conocí en una fiesta, eran una pareja de guapos. Primero fue el mayor el que aprovechando que estaba solo me entregó el culo, pero luego fue Javi, su novio, que era el que a mi me había gustado.
No recuerdo exactamente la fecha, pero fue un verano del 2020 mucho antes de la pandemia en mi ciudad o país, mejor dicho, era un día como cualquiera y me encontraba en mi cuarto aburrido sin hacer nada. Para entonces, Leer más
Cuando los Wapayasos se hicieron famosos comenzaron los imitadores. Pues esta es la historia del show pirata que se convirtió en orgía.
Entonces noté que su verga estaba dura porque se le veía marcada en el pantalón cosa que hiciera que me excirtara un poco pero no pasó nada más en ese rato, así que nos fuimos a dormir y como a las 2 de la mañana me despertó un ruido que venía del baño de la habitación.
Mi nuevo reto decía: Deja que el jugador de tu izquierda juegue con el maseajeador prostático durante dos minutos, sin correrte. 4 puntos. Yo mismo había escrito ese reto, así que lo busqué entre mis cosas y se lo entregué, me quité el short y me tumbé bocarriba en el suelo, dejando al aire mi entrada, mientras que mi erección era contenida por la tela del suspensorio.
Me acarició la cola y sus dedos se metieron en mi ano. Fue hermoso. Dedos fuertes y ásperos que gracias a mi calentura entraban sin problemas, siempre tengo crema puesta en la cola para evitar lastimarme porque mi piel es delgada, así que recibí una dedada de tres firmes.
Ya con mi calentura al cien, no aguante y me la metía de golpe a lo que este dejaba salir muchos gemidos suaves, aun estando en la escuela, sin importar que nos vieran los profes.
Me sacó de pedo y nomás veo que se cruza la calle donde hay una bodega de chile y al costado de ésta el camino hacia el canal de riego por lo que al no haber casas está todo oscuro así que luego de esperarme un rato me lanzo sin ver ni madres pero con la adrenalina a tope.
En los bajos mundos de los elementos que poco llegué a conocer me comentaron su apodo le decían «el nalgón». Eso me excitaba porque lo comparaba con Cristian Mendoza, solo del volumen de nalgas lo demás nada que ver jejeje.