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La polla de mi vecino

Desde algún tiempo habíamos descubierto el gusto del uno por el otro, ya contábamos con 17 años ambos, y ahí descubrí mi gusto por el mismo sexo, tanto disfrutar con ello pero que me hicieran disfrutar del sexo, sobre todo cuando quería disfrutar de su rico pene que ya conocía.

El espía en los baños de la universidad

La historia que a continuación les cuento me ocurrió mientras me duchaba en los baños de mi universidad.

Mi primera vez con el repartidor de Bimbo

Yo solo quería vender pan en mi tiendita, y terminé dando las nalgas para lograr un mejor precio. Apenas tenía 17.

El chavito chacalón

Lo que les contare sucedió cuando tenía 14, estaba molesto por que no tenía dinero para un teléfono, quería uno, todos los de la secundaria a donde iba tenían uno y yo no, eso me hacía sentir mal, hasta que Damián me enseñó cómo podría conseguir dinero fácil.

Mi hijastro ahora es mi puta

🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥 Después de tres matrimonios ya estaba harto de criar hijos, tanto propios como extraños, esta era la cuarta vez que me casaba, lo…

Mi tío borracho me hace suyo cada noche

Hola diré que mi nombre es Camilo tengo actualmente 33 años, nací en una ciudad de Colombia que se llama Barranquilla y les voy a contar como tuve mi primera experiencia sexual con mi tío que en esos momentos tenía como uno 38 años y yo 18.

Mi historia con mi profesor

El profe no era un hombre muy alto, mediría un metro setenta, no era ni gordo ni flaco, estaba en su punto justo en relación a su estatura, tendría unos cuarenta y dale años, era blanco, con ojos color café, como la miel verdadera, de piel muy clara y usaba unos horrorosos anteojos correctores como culos de botella, con montura gruesa de pasta.

Lo compré por mil pesos

Me encontré a un necesitado y por mil pesos lo convertí en mi chacal de cabecera.

El machito del salón

Me hacía bully, me molestaba, me trataba mal en público… pero en privado me cogía de la mejor forma posible.

Me quedé sin trabajo y comencé a venderme

Me despidieron injustificadamente, y al quedarme sin dinero tuve que comenzar a venderme. Nunca pensé que me iniciación fuera tan violenta.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.