Me llamo Abraham, esto pasó justo después de mi primera vez con mi primo. Verán ya teniendo los 18 años era más caliente monja en convento, pues verán, después de mi cumpleaños había sentido demasiada calentura al ver chicos mayores, sobre todo maduros y velludos. 

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Esto pasó cuando él estaba en tercer grado, pues ya estaban cerca las fiestas patrias, osea que también estaban organizando en mi escuela una quermes (una fiesta) a la cual estaría padre, puesto que no había más que solo estudiantes conviviendo.

Pues que paso, justo unas semanas antes, había notado a un chavo de sexto año, el cual era muy grande y muy guapo que a veces me miraba y yo «inocente» le sonreía. Cosa que a él también aveces me sonreía de vuelta e incluso me levantaba la mano.

Ese chavo era alto, no tan gordo, ni tan flaco, pero si tenía músculos, y se notaba su gran paquete que tenía, además de ser piel no tan moreno. 

Pues mientras salía al recreo un día me tocó verlo solo en una esquina mientras veía su teléfono, en eso decidí armarme de valor e ir con él mientras mis amigos seguían jugando a la pelota.

En eso me presento con él, pues total me dijo que se llamaba Alexis. Su voz era masculina para tener esa edad. Ya intercambiando platica y cosas me preguntaba a qué horas salía, puesto que a veces nuestros horarios eran distintos. Ese día salía justo a su hora.

Alexis me dijo que si lo esperaba para así charlar a gusto, yo acepté sin dudar. Al llegar la hora de salida todos mis compañeros salieron corriendo y yo estaba en el pasillo mientras veía como los de sexto también corrían a la salida pero yo esperaba A alexi, y él salía al último.

En eso me dice que entre al salón de él, y ya adentro estábamos solos. Ahí empezamos a charlar un poco mientras me sentaba en sus piernas, con mis nalguitas casi en su bulto.

-y dime Abraham, ¿tú vendrás a la kermes?
– mm? Pues sí, sería muy aburrido no hacerlo ¿y tú?
-pues sí, si vienes también yo, ya que quería pasar un rato contigo

Yo sentía que me sonrojaba al escuchar eso, mas con su mano cerca de mis nalgas, a lo que ya sabía que quería, y pues yo también no desaproveche la oportunidad y empecé a moverme un poco así dejar mi mano en su bulto y lo sentía duro, y yo «inocentemente» le decía 

-oye siento algo duro, que es?
-es mi verga
-dime, es malo?
-nel, es normal que se te pare, además se siente mejor en un culito como este. 

Decía eso mientras me agarraba más mis nalguitas, pues ya sentía las ganas de coger de nuevo. -mírate, tan chiquito y ya quieres verga de hombre~ -mmrr~
– … Sabes.. No soy tan pequeño.. Así que.. ¿Puedo?
-¿Qué quieres? 

En eso me dijo que me arrodillara mientras se sacaba esa verga, la cual era de 15 cm, no era tan grande como la de mi primo pero si estaba gruesa y con una punta rojiza, puesto que estaba muy caliente y se notaba que no se la había jalado en días. 

Ya con mi calentura al cien, no aguante y me la metía de golpe a lo que este dejaba salir muchos gemidos suaves, aun estando en la escuela, sin importar que nos vieran los profes.

La verdad solo quería esa jugosa verga en mi. “No mames, chiquito.. La mamas bien rico” me dijo mientras me agarraba mi cabecita y la empujaba hacia él. 

Yo ya sabía qué quería, y en eso, yo doy un empuje a sus caderas, metiéndome toda su vergota a fondo, puesto que ya tenía garganta profunda gracias a mi primo quien fue quien me entrenó. 

-SU PUTA MADRE.. HASTA TE LA TRAGAS ENTERA NO MAMES!

Se escuchaban sus gemidos por todo el salón y sentía como movía sus caderas rápido sintiendo como él violaba mas mi garganta y llenaba de su rico pre corrimiento, además cuando la sacaba, y volvía a meter era más rico porque sacaba más pre corrimiento por segundo. 

-NO MAMES CHIQUITA… YA ME VOY A VENIR.. TRÁGATE MI LECHITA SI? ANDA BEBÉ

Yo con un asentimiento rápido empecé a mamarsela rápido y entera mientras agarraba sus huevos duros, y palpitantes hasta que me llenaba de su rica lechita.

La verdad estaba más rica que la de mi primo, quizás por tenerla acumulada durante un tiempo, pero aun así cuando tragaba toda su leche, no quería separarme de su rica verga pero no fue hasta que me dijo «wey ya!.. Mis huevos están vacíos… Aparte puede que venga un profe». 

Fue entonces que reaccione y me la saque y rápidamente le metí su verga en su pantalón y me limpie mis rodillas, para así irme, no sin antes me jalaba y me besaba mis labios y decía «no mames que eres una perrita en celo, ahora quiero que me la chupes seguido».

Yo con un sí y otro beso en sus labios, le abracé. Así empezó mis aventuras en el colegio, pero después les contaré cada historia de esas.

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