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Me cogieron en una orgía en portugués

Estábamos en un sofá. Ya los dos me metían manos. Me sacaron toda la ropa. Uno me comía un pecho y el otro me metía dedos en mi culo. Me estaban poniendo loco.

Los machos que me dieron su chorizo argentino

Tenía en aquél momento 19 años…si bien sentía muchas veces deseos de tener sexo con hombres no era fácil encontrar la ocasión y me resultaba muy difícil ser el provocador…

En un cuarto oscuro de Buenos Aires

Visitar Buenos Aires es una experiencia gratificante cuando se va por placer y se tiene dinero para gastar. Esa primavera fresca la gran capital se ofrecía tentadora para una pareja…

Luego del trabajo, en un bar de Buenos Aires

Vivo hace unos años en la ciudad de Buenos Aires. Cuando llegué no conocía a nadie, vine solo y es una ciudad tan grande…Como vine por trabajo y me veían…

Mi tío me hace suyo en casa de la abuela

No habia nadie en la casa, mi abuela no estaba, pero mi tio se encontraba durmiendo, era una habitacion chica donde si o si compartian camas, como en esa habitacion estaba el televisor, pues llegue y lo prendi, me puse a tomar un té.

Marcelo, el argentino que conocí en mis vacaciones

Este es mi primer relato que quiero compartirles. Está un poco largo pero estoy seguro que los disfrutarán. Para efecto del mismo cambiaré nombres. Mi historia sucedió en unas vacaciones con mis primos y hermanos.

Descubro a mi tío y me uno a su fantasía.

Sentí las manos del flaquito abriéndome las nalgas, y sentí también esa cabeza en punta ajustándose a mi agujero, sentí la saliva del flaquito empapando más la zona, y sentí, con terrible dolor mediante, cada uno de los centímetros de esa verga que me estaba matando.

Sexo en un bar de Buenos Aires

En eso entra el mozo a decirme que están por cerrar, yo no escucho porque estaba en otra cosa. Así que abre la puerta y me ve con los pantalones abajo, sentado con la pija en una mano y el celular en la otra.

El trailero me da un aventón

Cada tanto él se tocaba la garcha, me ponía como loco ver ese bulto, me empezó a preguntar por que iba a ese boliche, a lo que respondí que tenia ganas de tener sexo.

Los sexys albañines

Acto seguido, me puse sobre la mesa boca arriba, con las piernas levantadas y ofreciendo todo mi ojete. Carlos empezó con el trabajo de lubricación, llenándome de saliva el ano, metiendo uno, dos, tres dedos…

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.