🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Toda mi vida había sentido atracción por los chicos, recuerdo de niño besarme inocentemente más con amigos que amigas, pero en una sociedad tan conservadora como la que vivía hizo que reprimiera todo sentimiento hacía ellos y que me encaminara en la soledad, diciéndome a mi mismo ser bisexual como intentado no desencajar tanto.

Cuando salí a la capital a estudiar la universidad quise ser un poco más libre, en mi vida solo había tenido una experiencia sexual, pero por el miedo y confusión que sentía no lograba serlo.

Mis padre eran religiosos protestantes así que eso complicaba el normal desarrollo sexual de mi vida, y ya llegaba un punto donde la familia se le hacía extraño que nunca hubiera tenido algo relacionado con una chica.

En mis últimos años de estudio de colegio conocí a una chica, sin saber porqué, desde el momento en que la vi me enamoró, no entendía cómo si nunca había sentido algo por una mujer, pero solo era como una combinación de aprecio, admiración o cariño pero nada sexual.

Ella y yo empezamos a compartir mucho, como amigos, cabe aclarar que a pesar de mi homosexualidad no era alguien afeminado, y actuaba como cualquier otro heterosexual frente a las chicas, pero cada vez más sentía algo por ella y ella por mi, claro que le coqueteaba, pero nunca se llegó al punto de proponerle algo, porque a pesar de que me llamaba la atención no me sentía capaz de complacerla.

Nos graduamos y ella me dio un ultimátum para proponerle algo o no se iba a negar a algo con alguien más, la deje ir, porque la apreciaba y no quería usarla como intento de hetero.

Pasó el tiempo, y volvimos a vernos, ella estudiaba en la capital igual, yo seguía generando sospechas y ella estaba soltera, así que un esfuerzo por “adecuarme” a la sociedad, usando ese pequeño y raro sentimiento que tenía por ella, le propuse una relación, pero siendo sincero, le dije que era bisexual, pero que ella era la única de que me había enamorado y que podía esforzarme por ser el adecuado, aceptó.

Empezamos la relación y de verdad me esforzaba por ser una buena pareja, lo más difícil obviamente era lo sexual, pero me especialicé en buenos orales para satisfacerla, y suprimía todo lo homosexualidad de mi, por ella.

Me sacrificaba mucho, porque es difícil ir en contra de algo que viene de adentro, pero íbamos bien, conocía sus padres, familia, amigos, todo, una pareja formal. Cuando llevábamos casi 6 meses y medio pasó lo que siempre sentí que podía pasar, ella empezó a engañarme, lo supe porque mi instinto femenino me hizo buscar señales, y al final lo descubrí, sostenía relaciones sexuales secretas con un compañero de la universidad, llevaban como dos o tres semanas haciéndolo, recuerdo que estaba en mi apartamento cuando me enteré, me partió el corazón, sufrí demasiado al ver que no valoró todo lo que hice, y aunque entendía que buscara más de lo que yo podía, me dolía que no me hubiera terminado antes de engañarme y jugar con mi esfuerzo.

Sentí mucha tristeza, pero sobre todo furia, así que desde ese sentimiento me propuse vengarme, y sin pensarlo mucho supe que debía hacerlo con su padre. Continúe como si nada junto a ella mientras cumplía mi propósito, y más que por hacerla sufrir, quería una indemnización a mi tiempo perdido.

Aquí entra mi objetivo, su padre, como es muy común ahora, era divorciado, tenía novia, pero no la mamá de mi novia, tenía como 35 o 36 años, recuerdo que era uno de mis mayores conflictos, porque cuando pasábamos tiempo, él, su hija y yo, me sentía demasiado atraído pero me reprimía obviamente.

Cristian, como es su nombre, era un poco más alto que yo como 1,78, blanco, cabello y vello negro, se veía macizo, entrenaba y muchas veces me propuso ir al gimnasio juntos, pero por aquello de mi tentación nunca acepté, tenía una barba negra, pero bien arreglada, se veía joven para su edad, era de esos tipos que tienen más de 30 pero están mil veces mejor que uno de 20.

Había pensado muchas formas para intentar lograr algo con él, sabía que no era gay pero uno nunca sabe, y en mi resentimiento no me importaba lo que pasara, pero eso si hacer todo bien. Empecé a ser más cercano, usándola a ella con él, ella vivía con su madre, pero salíamos con su padre o íbamos a su apartamento, etc.

Mi novia tuvo que acompañar a su madre a una ciudad cercana de viaje, así que era mi oportunidad, todo o nada, sin pensar en nada, lo llamé y le propuse hacer algo, de “amigos” obviamente, como tomar unas cervezas o tragos, la vieja confiable, pero le dije que el clima estaba muy malo para salir, que si lo hacíamos en el apartamento, para mi fortuna aceptó que fuera al suyo tipo 6:30 pm, que mirábamos un partido, bebíamos y jugábamos play o algo.

Tenía nervios de muerte, pero me aliste lo mejor que pude, ya saben limpieza full, me quite todo vello, lo más femenino posible, use ropa interior masculina pero que favoreciera, y oliendo lo mejor posible hasta el fondo.

Yo iba con toda la intención de usar esas habilidades que puede uno tener, yo antes había logrado sonsacar a varios heteros, pero solo sexting porque mi miedo y el de ellos no daba para más.

Yo mido 1;76, soy blanco, delgado pero no demasiado, cintura marcada, pequeños rasgos femeninos, y una cola redonda y parada a pesar de mi masa corporal. Y hábil para mostrarme sumiso.

Llegué a su casa, como 10 minutos tarde, estaba en ropa de casa, sudadera, camiseta de casa, que le quedaba apretada, yo iba vestido algo relajado igual. Me saludó de abrazo y me estremecí todo, olía a hombre, pero debía hacer las cosas bien para no joder todo, entre a su apartamento, tenía pizza y bebidas, pero le dije que solo las bebidas que ha había comido, porque de alguna forma iba a ser mi “primera vez” y pues no quería “ensuciar” el asunto.

No sentamos a ver el partido, tenía mucho alcohol, pero yo tomaba com disimulo para no terminar dañando el plan, vimos el partido, hablábamos de todo, y ya iban como dos horas y media bebiendo, pero él tenía aguante al alcohol, pero estaba ya entrando a la parte de la entonada, empezamos a jugar algo de play, y seguíamos bebiendo, yo estaba igual con ganas de todo, y empece a actuar más amable, sumiso, femenino pero sin exagerar para que no se alterara, antes de que fueran como las 10 se me ocurrió decirle que si podía quedarme que era algo tarde, a lo que aceptó sin problema, gran logro.

Pasados unos minutos le dije que si podía prestarme algo más cómodo para colocarme y el dijo que si y fuimos a su habitación a cambiarnos, me prestó una pequeña sudadera, y él empezó a cambiarse, lleno de valor, le di la espalda y me quité toda la ropa como si nada, sentí la presión de su mirada, pero me controlé para no erectarme, tarde lo más que pude y vi que el no salió rápido tampoco.

Sentía que podía todo, esa intuición que te dice que puedes hacerlo, salí a la sala él estaba sin camisa y en una sudadera corta, y yo con mi camiseta y sudadera corta igual.

Empezamos a hablar del gimnasio, y de los cambios, llegamos a hablar del cuerpo, y entre tragos se habla de todo sin tapujos, empece hablar de lo artístico de un cuerpo sin importar si era de hombre o mujer, en ese momento le dije tener algo de calor, así que levanté del sillón y me quite la camisa enfrente de él mostrándole mi espalda y cintura, y a la vez mi cola ya que solo tenía la sudadera corta y nada debajo.

Seguíamos hablando del cuerpo, y ya saben la técnica de hablar del cuerpo del otro, cómo para entrar al tema y luego el “déjame tocar para ver si es cierto”.

— Lo bueno que tienes un cuerpo bien trabajado, te ha servido el gym
—le dije sonando lo más hetero posible
— tú también vas a tener resultados si le haces duro —me dijo
— ojalá, porque este cuerpo femenino no ayuda — Se rió amablemente y dijo
— tu cuerpo está bien
— no tienes que mentirme para hacerme sentir bien, un cuerpo así “femenino” no le gusta a nadie — dije como broma.

Ya sentía el ambiente, caliente, y mi sangre bombeaba por solo hecho de hablar del cuerpo, trataba de no mirarlo mucho, y levante mis piernas para ocultar una erección.

— pues a un hombre le gusta un cuerpo femenino — me dijo

Supe que ahí debía intentar subir el nivel de la conversación, y empezar a hablar y verlo de una forma sumisa y tierna, pero sin exagerar. Le dije, como si fuera broma pero serio

— ojalá este cuerpo le gustara así sea a un hombre, jaja, pero ni eso — continué , viéndolo suavemente pero con intensidad — porque objetivamente me dirías lo “ no gustoso” que está — me sonreí
— no diría eso — respondió.

Sabía que era el punto de quiebre, y pensé todo o nada, ya no era venganza, era mucho deseo que sentía

— o sea que diría que si le gusta, eso sería hipocresía — lo dije sonriendo y con algo de sarcasmo
— no lo he visto bien — dijo con una ligera sonrisa

Pause el juego, procedí a pararme, lo más femenino posible, con las manos tapando mi entrepierna, giré y dije:

— ves parezco adolescente o colegiala — él me miró, cerró sus piernas y dijo:
— tienes buena cintura y una cola que parece de mentira — sonrió
— ¿cómo? Al menos eso es real, mire — y me agarré, colocando cara de “ves! No miento”, se sonrió, puso cara de interesado, continué como si fuera broma pero sumiso y serio

— si se agarra fuerte, la silicona no explota, jaja— y sonreí con cara de retador, me giré como si fuera a sentarme, y cuando iba a hacerlo, me detuvo y dijo:
— a ver — como broma, pero decidido, me enderecé y ligeramente incliné mi cola, mi mente a mil me hizo decir
— y la sudadera no me ayuda — riéndome suavemente, gracias a la vida funcionó, me bajo la sudadera, y me apretó las nalgas y me nalgueo; yo hice un “auch” pero que pareció gemido, y le dije con voz suave — ¿superé la muestra?

Está bueno — me dijo
— gracias pero no tienes que mentirme respondí fingiendo como tristeza, me senté y el me miró y me dijo
— eres muy sexy
— ojalá fuera cierto que me viera así, tu no necesitas que te lo demuestren porque sabes que lo eres — le dije mirándolo como si me sintiera mal, ya saben técnica de sumisa y tierna
— pero ¿cómo lo demuestro? — me dijo viéndome; estaba cerca a él, con la cara más sumisa que pude, le dije
— no sé, cómo quieras — sabía que era mi última carta en lo que hablar se trata.

Acercó su mano, me tomo el cuello por detrás y me bajo a su entrepierna, estaba a reventar de deseo, y mi sudadera estaba mojada de liquido seminal, la suya igual, y su pene medio erecto.

Apenas estuve ahí empecé a lamerlo con sudadera, lo saqué, estaba medio erecto como 15 centímetros, blanco y con algo de vello, y bolas duras, sin pensarlo me lo metí a mi boca hasta el fondo, y lo saqué apretando la cabeza con mis labios y empezó a ponerse durísimo, estaba sudado y algo salado, me encantaba.

Me puse en cuatro sobre el sofá para chuparlo, me lo metía al fondo, chupaba sus bolas, besaba y lamía su glande, me tomaba la cabeza y me la enterraba toda, y gemía como macho, empezó a tocarme la cola, y pasarme los dedos por el medio, me levanto la cabeza, me metió sus dedos para que los chupara y luego se escupió en la mano y empezó a meterme los dedos.

Sentía un placer único, el sudaba, y cerraba sus ojos, me detuvo, se levantó me tomó de la mano y me llevó a la cama, entrando al cuarto me alzo, cruce mis piernas alrededor de él, y lo mire tiernamente, apretando los labios como enviando una señal pero sin exagerar, me besó y me metío su lengua, fue de los mejores besos que he tenido, me mordía mis labios y me apretaba fuerte.

Me acerqué a su oído y gemía suavemente;

— ¿enserio te lo demuestro? — me dijo
— por favor — con la voz más susurrada y sexy posible; fue como un potenciador me besó y me dejo en la cama, me puse en cuatro, se arrodilló en la cama, puso su pene y empezó a rozar mi ano, y meterlo suave, gemía y me tapaba la boca, se me recostó encima y me gemía al oído, entro todo, era doloroso pero muchísimo placer lo valía.

Lo dejo unos segundos, mientras me besaba, mordía suavemente y acariciaba, luego lo sacó suavemente dejando la punta dentro y volviendo a meterlo suavemente, así unas veces mientras escupía cada vez que entraba, cuando sentí más comodidad bajé mi pecho, y me empuje contra él, gemimos juntos y empezó a darme duro, lo hacia increíble, pesar de que solo lo había vivido una vez luego supe que era muy bueno, era fuerte y constante, mientras apretaba, mordía.

Me dijo que me subiera encima suyo, y empecé a hacer sentonazos, moviendo mis nalgas, me fascinaba ver apretando sus labios, se sentó y me abrazaba, yo solo gemía en su oído, y le decía de todo lo sucio que podía, en ese momento me agarro la cara, apretó para que abriera mi boca, saqué mi lengua, y me escupió, fue tan placentero.

Me acostó, se hizo detrás de mí, como de “cucharita” y empezó a romperme, estaba más apretado y me dolía pero era el mejor día de mi vida, me abrazaba fuerte, ahí sin haberme tocado mi verga, él tampoco, me vine en su cama, mis gemidos lo excitaron y empezó a gemir fuerte y apretarme hasta que sentí el chorro caliente, y líquido como se escurría fue increíble.

Seguía gimiendo cada vez más suave y dándome despacio, me mordía el cuello, nos quedamos un momento así, hasta que sentí que la sacó, se levantó y siendo prudente me levanté, y empecé como a vestirme, obvio rogando que no me dejara ir, regresó y extrañado dijo — ¿qué haces? — — pues imagino debo irme — respondí

Me miró sonriente y como con pesar y dijo — acuéstate mejor — Entre al baño me limpié un poco, y estaba dando vueltas buscando mi sudadera y dijo: — ¿qué haces? — — buscando la sudadera — respondí — ven aquí, así— me dijo mandándome, y sonreí, pero por dentro gritaba de emoción. Apagué la luz me acosté, en silencio, hasta que me tomó y abrazó, me dormí como nunca. En la mañana me desperté primero, y me quedé junto a él hasta que él despertará, cuando lo hizo, fingí despertarme, me sentía algo extraño. — ¿cómo dormiste? —Me dijo — muy bien, creo, ¿tú?— respondí — pensando en Carla — su hija, mi novia

No quería que se sintiera mal, así que le dije: — perdóname, fue culpa mía todo esto, y no te sientas mal por ella, para serte sincero ella hace dos semanas me está engañando con un compañero de su universidad, y lo mejor es terminar la relación para que ella pueda ser libre — le dije algo adolorido — ¿o sea que viniste para desquitarte? — me preguntó pero amablemente — no, solo quería hablar con alguien, y distraerme, lo digo para que no pienses que ella sufre por mi, ya que tiene alguien más, y pues ya no nos volveremos a ver, así que perdón por haberlo molestado — dije buscando su atención — lo siento si te hizo eso, no debía haberlo hecho, eres un gran chico, pero lo de anoche es algo que no tiene que ver como dices y no me tienes que pedir perdón, fue una noche de los dos — me respondió Dije — entonces gracias por haberme ayudado a distraer y disfrutar, al menos un poco mientras se me pasa la tusa — buscando dar pesar que se pague con placer :). Sonrío y me dijo: — ¿quieres hacerlo de nuevo? ¿cierto? —como entendiendo mis intenciones Lo miré, suave y sumisamente, como diciendo lo que quieras, me dijo —vamos a bañarnos —.

Y muriéndome de hambre aproveche para un round más, fue igual de bueno, aunque más poco tiempo. Le dije que fue un placer conocerlo, que gracias por todo, pero que terminaría con su hija. Me dijo que lo entendía, pero que eso no significaba que no podíamos hablar, obvio era mi mayor esperanza que si se daba, no se acabara.

Terminé con Carla, hace mes y medio, pero me veo con mi ex suegro desde ese entonces, cogemos al menos una vez a la semana, es lo más rico, incluso nos hemos grabado; siempre he tenido esa arma de vengarme diciéndole a Carla la verdad, pero por mi ex suegro, lo guardo, al menos quedé con lo mejor de esa familia.

Algún día subiré los videos, editando los rostros a internet :))

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