Antes para ir a laborar tomaba el bondi, pero como mudaron oficinas a Microcentro, me tengo que tomar el tren. El tren a las casi 7am es ahora es lo más cómodo. Me subo como todos los días, me recuesto sobre una paredcita de un coche que es semi furgón que tiene un espacio amplio al fondo, no estaba lleno pero había bastante gente.

El viaje era aburrido y adelante mío había un flaco alto, 1.80 meros de unos 40 y pico años de edad, pero eso sí bastante elegante, nada desagradable; yo iba escuchando música y en una de las estacione vi por la ventana que se subió otro flaco como de 27 o 28 años, piel trigueña, 1,72 mts, delgado, tenía remera tipo chomba ajustada y se notaba que estaba definido o por lo menos algo marcado.

Traía una bermuda de vestir beige ajustada, era lindo el pibe; vi que se subió al vagón siguiente y nada, el viaje prosiguió normal. Ya cuando estaba cerca del fuelle, o sea, de la parte donde van unidos los vagones, podía ver hacia el siguiente vagón, lo que observo es que el flaco estaba mirando hacia donde yo estaba, le clavé la vista y veo como disimuladamente, empieza a tocarse el bulto.

Se empezó a acercar más y más a mi vagón, venía con un morral, el celular en la mano y con la otra, se agarraba el bulto. No le sacaba la mirada de encima, cruza hacia mi lugar y se pone al lado mío, donde se hace una L entre la ventana y esa paredcita pegada a la puerta.

Me hago el estúpido, saco mi mano del bolsillo y la apoyo en un caño cerca a su pierna, el flaco gira y empieza a apoyar su bultazo sobre mi mano, a lo que no pierdo tiempo y empiezo a sobárselo. Por suerte atrás de mi, venían 2 minas hablando de espaldas, y no veían lo que pasaba y me cubrían del resto del vagón.

El flaco parecía que tenía una verga enorme por lo que se notaba, cosa que me fascinó así que me decidí a bajarle el cierre y meter la mano por dentro del calzoncillo, sacársela ahí en pleno tren y lo empezar a masturbarlo.

No me equivoqué, el tamaño de aquél tronco que ya tenía en mi mano era grande, podría asegurar que de 20 centímetros. Además, la cara de placer del vago era terrible, excitante. Me tuve que detener porque empezó a subir más gente, y fue cuando noté que el tipo de 40 y pico nos miraba y se puso al palo (cachondo) y empezó a tocarse ahí mismo.

Al que yo masturbaba miró al de 40 y como que lo invito a sumarse, pero fue cuando dejé de pajearlo y me hice a un lado. Llegando a retiro, el pibe al que yo pajeaba, se me pega atrás mío y me empieza a apoyar la pija, trataba de alejarme por que había gente y más se me pegaba. Bajamos porque tenía que entrar al subte, a lo que decido ir detrás del pibe a ver hacía dónde iba.

En efecto, el pibe se mete al subte mientras yo lo sigo detrás. Fue que nos vamos al último vagón que más gente tiene, me ve, decide apoyarme y yo continué con la sobada sobre su erecto miembro sobre el pantalón, bajando y subiendo, sintiendo cómo su trozo crecía y palpitaba en cada recorrido de mi mano.

La cara del tipo solo cerraba los ojos, se mordía los labios, apretaba la mano con la que iba detenido en el pasamanos, cuando solo noté como lanzó un pequeño e imperceptible sonido, un gemido ahora al tiempo que empecé a sentir humedad en su bermuda. El muy cabrón ya había acabado, lo hice acabar enmedio de un montón de gente que ni se dio cuenta.

La situación de haberlo dominado me encantó, le guiñé el ojo y bajé del subte. Nunca más lo volví a ver en el tren lamentablemente.

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