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El taller de bicicletas

Tenia 18 años cuando paso esto que les voy a relatar. Vivía con mi familia, en una calle tranquila sin mucho tráfico y a un lado de nuestra casa había un pequeño taller donde reparaban bicicletas; en ese taller siempre estaban 2 muchachos: a uno le decían el gato, tenÍa 29 años, y el otro se llamaba Martín y tenia 31 años.

Yo me llevaba bien con ellos, sin ser los grandes amigos, pero pasaba bastante tiempo en el taller, también porque me llamaban la atención y en el taller siempre se la pasaban hablando con groserías y eso me gustaba.

Un día que regrese de la secundaria como siempre pasé por el taller y saludé al gato, y pude ver que estaba un poco caliente, de hecho cuando le miré el bulto él se dio cuenta que se lo estaba mirando, lo tenía bastante hinchado, le pregunte por Martín y me dijo que no estaba, mientras se agarraba la garcha, me di cuenta que abajo del pantalón no tenia nada.

Llegue a mi casa y me bañé y como no había nadie en mi casa me fui de vuelta al taller. Me puse a hablar con el gato y sin mas salió la charla y me dijo que andaba caliente. Me empezó a preguntar si tenía novia y todo el rollo, yo me puse un poco nervioso y sin esperármelo me empezó a decir, tocándose el bulto, que si le ayudaba, me sacó de onda y le dije que si él no le decía nada a nadie si le entraba, yo ya me había calentado bastante.

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El dijo que no había drama y me agarró de la cintura y me apoyó la verga en la pierna y me llevó al baño.

Ahí me arrodilló y se bajó el pantalón, mientras se bajaba los pantalones salió su chota al palo toda mojada y me dijo que le chupara la verga, para mi era una sensación extraña pero placentera, me decía que le chupara los huevos y que quería que le sacara la leche.

Me paró y me bajó el short con todo y el bóxer y me decía «que buen culo tienes, cabrón» y empezó a chuparme el culo, jamas había sentido algo así yo tenia la verga babeando del placer, con las manos me abría el culo, me daba besos tronados, me metía la lengua con fuerza, tenia la lengua bien caliente y me estaba enloqueciendo.

Estuvimos como media hora en el baño y me puso otra vez a comerle la verga y lo huevos y me dijo que ya se iba a venir y que quería acabar en los cachetes del culo para que sintiera como corría su leche.

Así lo hizo, se vino ne mi culo y cuando termino sentí su leche caliente escurriendo por mis piernas… me dijo que la próxima vez me iba a meter la verga pero no en el taller, porque ahí nos podrían sorprender, que quería que fuéramos a su casa y así pasaría muchas veces.

Les cuento que no cumplió con su promesa y le contó a Martín, esa es otra historia pero a grandes rasgos así empece, chupando pijas en un taller.

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