Con mi primo al final de la peda
Estábamos en una jardinera en la esquina de la casa donde solo entraba poca luz de la calle y yo solo escuchaba cómo gemía despacio para no hacer ruido.
Relatos eróticos gay en español
Estábamos en una jardinera en la esquina de la casa donde solo entraba poca luz de la calle y yo solo escuchaba cómo gemía despacio para no hacer ruido.
De pronto se acerca a mi, toma mi mano y hace que le agarre el pene y me dice con voz ronca «hazme el paro, wey» apuntando con la mirada su enorme miembro que estaba durísimo.
Al parecer le gustaba mucho por que gemía un buen, y me decía cosas como, «¡ah, no mames Tony, a mi esposa no le gusta hacerme esto!»
Después de decir eso me volvió a besar y pude sentir su boca con la mía lo cual me volvió loco; este segundo beso no fue un piquito como el otro, no claro que no, éste fue más intenso, me comenzó a besar de manera apasionada, metía su lengua en mi boca, yo no sabía qué hacer, estaba borracho y la verdad me estaba gustando.
Soy Gustavo, soy un activo-pasivo de 23 años, y voy a contarles una historia que me pasó hace pocos días cerca de donde yo vivo, en la ciudad de Buenos Aires. Esto pasó gracias a Grindr en una gran obra Leer más
El vecino solo decía «eres mio por fin» y me preño hasta llenarme el culito de leche, luego me dejó y se volteó yo solo llore no se si de asco o gusto y dolor pero ya no sentia gusto por las mujeres ahora tenia pensamientos raros.
Me dijo sonriendo «qué menudo despertar más rico», mientras que yo me quedé un poco cortado y fui al baño a mear y el padre se puso en la puerta del baño y por el espejo miraba como yo meaba. Me dijo que tenía una buena polla y que si me hacía pajas pensando en su mujer. Yo todo cortado le dije que sí y él se rio y me dio una palmada en el culo.
Ellos no sabían que decir a lo que yo le dije a mi tio si podía taparme con su frasada él me dijo que no pero le rogué y me metí entre su frasada y mi hermanito empezó a buscar yo debajo de la frasada pude sentir que mi tio estaba sin trusa y con su pene duro.
«Ya me hacía falta salir de la casa no te conté pero soy casado desde hace tres años vivo con mi mujer y tenemos una bebe y estar todo el tiempo en casa me está volviendo loco» me dijo el sexy motociclista.
Yo decidí ofrecerme a desvestirlo para que durmiéramos cómodo, y él aceptó, era mi oportunidad de ver realizada mi fantasía, inmediatamente empecé a sentir que se me paraba, estaba quitándole la ropa al hombre maduro que desde años me tenía loquito.