Mi mejor amigo
Empezamos a coger tan rico que se vino casi enseguida, pero siguió con el mete y saca revolviéndome la leche ahí dentro del culo, hasta que me dijo que estaba agotado.
Relatos eróticos gay en español
Empezamos a coger tan rico que se vino casi enseguida, pero siguió con el mete y saca revolviéndome la leche ahí dentro del culo, hasta que me dijo que estaba agotado.
Tenerlo entre mis manos lo sentía muy grande y grueso, rápidamente yo quite mi mano de ahí a lo que él no dijo nada, dentro de mí había una sensación de querer volver a tocar ese enorme pene así que esta vez yo solito puse mi mano en esa enorme verga.
Después de eso me llevo al baño arrastrando mientras me penetraba y al llegar me metió a la ducha mojandome y golpeándome contra la pared mientras me ahorca y me metía sus dedos en mi boca y la fuerza.
Pero él, al no ver respuesta, decidió bajar su mano a mi bulto, yo no estaba erecto aún, pero su masajeo fue suficiente para parármela en un 50%.
Él calló mi boca metiéndomelo de nuevo y estaba sujetando mi nuca y mi cabeza y empujando para que llegara hasta mi garganta, lo cual me producía arcadas pero a él no parecía importarle así que yo solo me deje dominar.
En la taquilla pidió un privado y entramos. Me compró una Fanta con el chavo de los refrescos, que yo juraría que se dio cuenta de lo que pasaba. Adentro, prendió el vapor y me dijo que me quitara la ropa, se quitó la suya, bajó la colchoneta al suelo y se sentó en el banco de concreto. Yo estaba desnudo, erecto, en la puerta.
Terminé de lavar mis manos, y me toca la verga para ver si me seguía, y volví a los urinarios, y vaya que dio resultado porque al rato veo al tipo a lado mio, por dentro me sonreía porque es más fácil de lo que pensé.
Comenzamos a quitarnos la ropa, entre besos, mordidas y caricias. Me acostó y se subió hasta mi pecho, y me puso en la cara su verga que le medía fácil 19 cm y era muy gruesa, recta.
Mi ahora nuevo primo notó que yo le miraba esa tremenda erección y solo se sonrojó y me dijo «es que quería acción, pero Samantha está como muerta».
En la madrugada me paro al baño y estaba ahí Mario, dormido en el sofá solo en tanga con ese culo lampiño al aire, como ofreciéndomelo. Sin dudarlo lo empecé a mamar con lo que lo desperté y él me empezó a mamar mis 20 cm de verga.