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Soy un chico Dominicano, alto moreno y con unos kilos de más. Esto pasó hace ya 3 años. Me encontraba trabajando en una tienda de alquileres en un mall de una ciudad de mi país y a la hora de entrada y de salida tenía que caminar unas millas para abordar el carro de concho que me llevaría de vuelta a casa o en su defecto a mi trabajo; siempre a las 7 AM y de regreso a las 6 pm.

Uno de esos días me encuentro mientras caminaba un chico que había conocido en una aplicación para encuentros pero que hasta ese momento no conocía en persona, él me reconoció, me miró y tomó la iniciativa; conversamos y me enteré que trabajaba justo en frente de mi trabajo en una empresa de telecomunicaciones. Le dije que me podía visitar cuando gustara sin ningún inconveniente.

Pasado los días de repente lo veo que entra a mi trabajo, yo me encontraba solo, sentí que se me paralizaba el corazón la sangre bombeaba más y más fuerte; entró y nos saludamos pero mis nervios me traicionaron y no pude hacer más que quedarme inmóvil y él, al ver mi indiferencia se despidió y se fue.

Pasado los días iniciamos un contacto vía WhatsApp y en chat en una ocasión le comenté que tenía pesar de no haber reaccionado en esa ocasión que me visito porque en verdad él me gustaba, corrección, me gusta hasta el momento, y él ni tonto ni perezoso ese mismo día al salir de su trabajo puesto que salía unas horas antes que yo, me visito otra vez decidido a complacerme, solo faltaba que yo reacionara.

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En mi trabajo tenía que tomar medidas de los cuerpos de los clientes para hacer los alquileres ya que eran totalmente a la medida, y entre conversaciones e insinuaciones él me dijo que le gustaría saber la medida de su pene, yo no lo podía creer, los nervios me traicionaban y mi cuerpo se estremecía, pero me arme de valor y le invite a pasar atrás a el vestidor

No podía creerlo tenía en frente a un moreno alto de cuerpo esbelto y un poco definido dispuesto a que yo con mi cinta métrica en manos le tomara la medida de su miembro, me acerque quite el corte de su pantalón y no podía creer lo que estaba mirando, un pene de unos 19 cm un poco grueso y con una cabeza que se imponía en grosor y tamaño casi me desmayo pero me arme da valor no podía desaprovechar esa oportunidad lo tome y con mis manos casi temblorosas medi centímetro a centímetro todo el largo y ancho de aquella anaconda que la vida me había puesto en frente.
Al terminar el me insinuó que quizás mi cinta de medir está sucia y sin dudar le pregunté. Quieres que te lo limpie? Me dijo que con que yo lo limpiarla y yo sin contestar me arrodille ante el y tome su miembro semi erecto y sin dudar me lo metí en la boca, mi cuerpo se estremecía yo no podía creer cuál delicioso helado de chocolate me había regalado el destino para que yo disfrutará sin censuras mire su rostro y era obvio que le producía un inmenso placer, lo chupe suave y detenidamente.

Observé cada sentimiento de ese delicioso trazo de carne pase mi lengua por todo lo largo y lo ancho de ese hermoso y delicioso pene mientras veía como le brillaba su rostro en agradecimiento al inmenso placer que sentía, en me animo a disfrutarlo despacio y con suavidad pues lo estaba disfrutando y no deseaba que ese momento terminara tan rápido y yo así lo hice pues me gustaba mucho su sabor, si olor y hasta su presencia era inexplicable lo que yo sentía al punto de no importarme que la puerta de la tienda está abierta y que alguien podía llegar en ese momento.

Estuve hace por varios minutos mamando, lamiendo, chupando, sintiendo su olor y el sabor de su líquido pre-seminal hasta comenzar a observar que se intensificaba su placer y no lo podía disimular.

Yo comencé a mamar con más ganas hasta que en un baile de placer, evitación y la más lujuriosa voluntad sentí a chorros en mi boca toda su leche caliente y extasiaste, dulce como el néctar de los dioses y no dude un instante en saborearlo y dejarlo bajar por mi garganta pues era todo lo que en ese momento deseaba probar y tragar toda la leche de ese hombre al que por tanto tiempo desee y que al fin la vida sin yo imaginarlo me puso en frente.

Luego nos limpiamos y salimos a través al frente de la pequeña tienda a la cual para mí buena suerte no había acudido nadie en ese momento y hablamos ahí sentado en un sofá durante pocos minutos el se despidió y al irse ya en la puerta voltea y me da las gracias por haberle liberado de su estrés y yo solo pude ponerme a la orden para cuándo el quisiera volver a deshacerse de su estrés nuevamente, invitación que el no desaprovechó en innumerables ocasiones.

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