Este relato ocurrió hace 10 años. En ese momento tenia 18 años, os cuento un poco de mi: soy bisexual, super tapado ya que siempre me han gustado las chicas. Mido 1,76, soy flaco de genética, no voy al gym ni me gusta hacer ejercicio, me cuido para mantenerme en forma, soy castaño tengo ojos verdes.  

Os contare esta historia que es 100% real. Esto ocurrió en la estancia de mi familia, en agosto del año 2010. Siempre desde chico me gustó mucho el campo e iba bastante seguido a quedarme algunos fines de semana, o simplemente por el día en ocasiones. El tema es que disfrutaba mucho del aire de campo, de pasar horas recorriendo las praderas en caballo y viendo los animales.

Siempre me gustaba pasar tiempo con el Ingeniero que era el encargado de la Estancia, se llamaba Pablo y tenía en ese momento 33 años, algo mayor que yo claramente. Con Pablo verdaderamente teníamos una relación rara desde que yo era muy chico, pues cuando estábamos solos en el campo y haciendo trabajos, etc, nos llevábamos bien, nos entendíamos muy bien, pero cuando había otras personas delante siempre discutíamos o teníamos problemas, al igual que frente a mi familia, el siempre me criticaba como yo a él.

Hoy entiendo que ambos teníamos celos uno del otro, y por ello aquella relación tan complicada. Pablo era un tío muy guapo, las mujeres siempre tenían que ver con él, era extremadamente guapo, un rostro angelical, un cuerpo muy bien proporcionado, pectorales marcados, llevaba su vello natural, un tío hermoso por donde lo mirases. Era casado con hijos ya en ese momento.

Luego de esta introducción para que entrasen en conocimiento un poco de las partes, comenzaré a relatar lo sucedido aquel fin de semana de Agosto 2010: como tantas otras veces, cogí una camioneta, preparé mi bolso y salí para el campo pero esta vez puse algunas cosas especiales en mi bolso ya que tenía algunas ideas en la cabeza hacia ya algún tiempo, relacionadas a Pablo.

Luego de tener todo listo, emprendí mi viaje a la Estancia que me quedaba a 70 kms de casa, que los hacía por una ruta antigua de tierra ya que aún era mejor y conducía sin carnet. Bueno, en la mañana llegué a la estancia como tantas veces, bajé mis cosas para la casa principal, y saludé al personal que tenían libre ese fin de semana y se estaban preparando para irse.

Pronto llegó Pablo quien ese fin de semana pasaba el día en el campo supliendo al resto que tenía libre. Nos saludamos como siempre y le pregunté a Pablo que haría ese día, me dijo que debía cambiar una cantidad de vacas de una pradera a otra y traer para cerca del casco unas ovejas que estaban por empezar a dar cría.

Bueno preparamos nuestros caballos y salimos al campo, serían las 9 de la mañana o algo así, pues hicimos lo que debíamos recorrimos algún otro sitio, y por eso de las 16 horas íbamos volviendo para el casco y comenzó una fuerte tormenta, en cuestión de segundos quedamos completamente mojados, la lluvia golpeaba tan fuerte nuestros rostros que debíamos cerrar los ojos para poder seguir, al rato logramos llegar al casco, dejamos los caballos y los largamos en sus corrales, fuimos dentro a secarnos un poco. Y enseguida decidimos partir, coméntamos de irnos en la camioneta mía ya que era más alta para cruzar los puentes (en el camino de salida hay 3 puentes que cruzan arroyos).

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Para nuestra sorpresa al llegar al primer puente ya el agua estaba cruzando por encima de manera muy fuerte y nos impedía pasar, allí había en los extremos de los puentes unos marcadores los cuales si quedaban tapados por el agua significaba que no se debía pasar, y literalmente no se veía ningún marcador. Pues dimos vuelta y regresamos al casco. 

Allí nos fuimos a la casa principal, y decidimos preparar algo de comida e instalarnos para pasar la noche allí. Pues sacamos fiambres de la despensa y algunas cosas e hicimos una picada bien completa para comer entre los dos, yo saqué una botella de whisky y serví uno para cada uno.

En ese momento recordé que había puesto en mi bolso esta mañana un frasco con un preparado que tenía por si se daba alguna ocasión en la que pudiese ser útil, ese preparado eran 3 pastillas de viagra molidas y un poquito de MDMA, lo había disuelto todo dentro del frasco con un poquito de agua. Se me ocurrió hacer eso ya que hacía tiempo fantaseaba con alguna situación sexual con Pablo, me excitaba mucho la idea de lograr algo con el sexualmente hablando. 

Servida la picada en la mesa nos sentamos a comer y beber el whisky, rápidamente nos tomamos el primero y le propuse a Pablo servir otro, me dijo que si, en ese momento se levantó al baño y aproveché a poner parte de mi pócima en su vaso de whisky.

Regresó y seguimos con la picada y una amena charla, como os conté antes, Pablo y yo nos entendíamos muy bien cuando estábamos a solas. Hasta ese momento solo hablábamos de cosas del campo etc, cuando ya me pareció llevábamos un buen rato tomando, me dispuse a cambiar de tono la charla, comencé a preguntarle sobre el matrimonio.

— ¿Oye Pablo, no te aburre un poco el estar casado? A mi se me hace aburrido tener que follar todo el tiempo la misma chica, me aburro fácilmente de mi novia, no quiero imaginar lo que sea estar casado como tú.
— No es tan así, además estar casado no significa estar castrado, uno puede tener aventurillas por ahí, siempre con cautela y discreción.
— Sí claro, y a ti te sobran propuestas con lo guapo que estás, las tías se deben morir por follar con vos.

Pablo rápidamente comenzó a reírse y quedó algo ruborizado. La charla siguió mientras yo intentaba cada vez subirla más de tono, hasta que notée la erección inminente que tenía Pablo, ya que sentado en la silla se podía notar que se marcaba bastante su bulto, que él trataba de disimular con sus manos. El MDMA también estaba dando su efecto junto con el whisky. 

Tanto así que me dijo en cierto momento Pablo, «joder me está pegando duro el Whisky» y yo le dije «relájate tío, estamos solos, en este día lluvioso no podemos salir, aprovecha relajarte y beber en paz».

Siguió pasando el rato, y Pablo sin aviso se levantó de la silla y se dirigió al baño, en ese momento pude ver la impresionante erección imposible de disimular que Pablo llevaba consigo. Inmediatamente se dirigió al baño yo le seguí, me quedé detrás de la puerta escuchando, no oí ningún ruido, imagino que quiso orinar y no lo consiguió con tal erección.

Silenciosamente Pablo, abrió la puerta y me encontró allí, en ese momento quedé congelado, el miedo recorrió mi cuerpo pues si Pablo percibía mis intenciones y no eran de su agrado podía ser el fin de mis gustos ocultos. De todos modos era tantas las ganas que tenía de comer ese rabo que no podía sacar mis ojos de su bulto.

Enseguida me tomó por los hombros y me dijo con voz grave: «¿qué pasa chaval, sos maricón o por qué me miras tanto la polla, qué quieres aquí espiando como marica?» Yo «perdón Pablo, no no quise…» y titubeaba y me temblaba la voz.

Pablo me sorprendió cuando dijo «dale Dieguito, yo sé que me tienes ganas hace mucho tiempo, nunca pierdes oportunidad de mirarme el paquete y ahora mucho menos». Cuando escuché eso mis miedos fueron aún mayores, hasta que Pablo me tomó de la mano y la llevó hacia su polla, «tócala» me dijo, «sentí cómo está.. Te gusta? La querés probar?» Yo solo asentí con mi cabeza tímidamente.  

Paso siguiente me abrazó fuertemente y comenzó a besarme el cuello y a bajar sus manos a mis nalgas y tocarme de una forma muy morbosa. Yo explotaba de placer y todo el miedo pasó a una sensación que jamás había sentido. Esos morreos vestidos en la puerta del baño no duraron más de 5 minutos, cuando Pablo me dijo «vamos al cuatro que estaremos más cómodos». Y así fue, nos dirigimos al dormitorio principal, y nos tumbamos en la cama matrimonial y seguimos morreandonos como si no hubiese un mañana.

Comenzamos a quitarnos la ropa hasta que ambos quedamos en bóxer. Pablo se puso sobre mí y me besaba el cuello el pecho y me fue besando cada centímetro de mi cuerpo haciéndome estremecer de placer. Hasta que lo hice tumbar a él boca arriba y baje por su pecho hasta su bulto que se marcaba enorme debajo de unos bóxer blancos que dejaban una hermosa imagen de ese macho que tanto había soñado.

Luego de besar todo su cuerpo, me dispuse a bajar lentamente ese bóxer y dejar salir un enorme pollon de nada más ni nada menos que 22 centímetros, grueso, recto, hermoso, parecía tallado a mano, bien blanco y su cabeza rosada hermosa que apenas se veía la puntita fuera del prepucio. con 2 huevos hermosos acorde a esa polla.

Luego de mirar maravillado esa obra de arte, me dispuse a comenzar a mamar, pensé que debía esforzarme mucho para hacerlo sentir en la gloria y que eso fuese solo el principio. Sin dudas fue la mejor mamada de mi vida , cada vez que engullía esa polla en mi boca me extasiaba de placer y Pablo emitía algunos gemidos que me indicaban estaba disfrutando tanto como yo.

Habrán pasado unos 10 minutos y seguía comiendo aquella hermosa polla sin parar y todo el tiempo quería más, tenía un sabor tan delicioso y una textura que jamás antes había probado, la mamada cada vez le ponía mejor ritmo hasta que comencé a sentir cómo se ponía más dura y Pablo comenzaba a gemir sin parar, me tomo la cabeza con sus manos y presionó fuertemente hasta que emitió un grito de placer y automáticamente mi boca se inundó de su semen caliente, y de un sabor especial que me lo trague todo sin pensarlo y queriendo más aún.

Enseguida limpie bien su polla con mi boca y me retiré. Pablo me tumbo boca arriba se puso sobre mí y mirándome a los ojos me dijo: «esta fue la mejor mamada que me han hecho nunca, pero prepárate porque solo fue el comienzo», y se hundió en mi cuello y pecho besándome y pasando sus carnosos labios y su lengua por todas partes.

Bajó mis bóxers con sus manos y siguió el morreo mutuo el encima de mi, polla con polla. Enseguida pude notar que su polla seguía erecta pidiendo más y más, así hasta que en cierto momento me susurro al oído «Dieguito te quiero comer bien esa cola y follarte bien rico».

Cuando escuché eso me estremecí de placer y rápidamente le dije: «sí, fóllame todo, haceme tuyo» y dicho lo anterior Pablo me dio vuelta en la cama, me colocó boca abajo y comenzó a hacerme una comida de culo que jamás antes me habían hecho, me hacia quebrar de placer cada vez que metía su lengua en mi ano y lamía cada milímetro de mi.

Así estuvo algunos minutos hasta que le dije con fuerza «por favor ya fóllame que no aguanto más.» Y enseguida asintió a mi pedido y colocó su enorme y perfecta polla frente a mi ano, la lubricó con bastante saliva y jugaba con la punta en mi entrada, yo no aguantaba más solo quería sentir que entrase por completo dentro de mi.

Allí me dio vuelta, me hizo poner frente a frente con el, levantó mis piernas por sobre sus hombros y comenzó a penetrarme lentamente, yo solo sentía placer, aquella polla abría camino dentro de mi, y no sentía dolor, ni nada, solo placer y las ganas de que siguiese entrando. Hasta que entro toda completamente sentí sus huevos tocar mis nalgas.

Allí Pablo se detuvo haciendo presión y acercó su rostro al mío y nos fundimos en un apasionado beso, cuando comenzó a moverse lentamente dentro de mi, aquella follada solo estaba por comenzar, Pablo aumentaba el ritmo de sus embestidas mientras yo jadeaba de placer, me sentía completamente extasiado y en la gloria, aquel macho hetero con el que tanto había soñado me estaba follando de una forma increíble.

Cada vez el ritmo de la follada era aún mayor, yo observaba la cara de placer de Pablo y cómo comenzaba a gotear sudor de su frente y su pecho comenzaba a brillar mientras seguía dándome la mejor follada de mi vida, estuvo así más de 20 minutos y en cierto momento sin haberme siquiera tocado mi polla comenzó a largar trallazos de leche sobre mi pecho, mi cara y hasta en el pelo cayeron gotas de semen.

Allí fue como si me hubiesen dejado sin aire, me desinflé y Pablo seguía follando mi culo y jadeando como un animal, hasta que me dijo «me corro, joder, que me corro», y enseguida sentí dentro de mi varios chorros de semen caliente que inundaban mi interior. Pablo sacó su polla y se tumbó sobre mi, dándome un beso de lengua que fue eterno.

Enseguida nos quedamos tumbados y nos dormimos rápidamente los dos juntos en aquella cama, ese sábado de lluvia. Este fue el comienzo del mejor fin de semana de mi vida. Luego os contaré más de ese finde, y de la relación que duró mucho tiempo con mi querido Pablo.  Espero no haberlos aburrido ya que fue mi primer relato y quizá algo largo, pero traté de relatar todo tal cual sucedió.

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