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Mi tío y sus fetiches

Mi nombre es Juan tengo 17 años recién cumplidos, soy de una región bastante tradicional de México, mi familia se dedica al campo y yo entre ratos les ayudo, sobre todo fines de semana y vacaciones.

Vivimos en un lugar familiar y todos nos llevamos bien, yo estudio en el pueblo el 5to semestre de prepa y tengo algunos amiguitos con quienes en su momento descubro mi sexualidad, me encanta mamar verga de mis compañeros y hay un policía que me busca de vez en cuando para sacarle el veneno.

En esos tiempos había intentado ser penetrado pero por ‘x’ o ‘y’ nunca lo había podido consumar, por miedo, dolor o falta de confianza. Un día sábado de enero mi mamá recibe la noticia de que su hermano había llegado de Estados Unidos al rancho y que pasáramos a saludarlo ya que nunca lo habíamos visto, su nombre es Óscar y era un tipo de unos 40 años, alto, robusto, con pansa de la que se forma con pura cerveza, ojos verdes aceitunados y una ligera barba.

Nos saludó muy enérgicamente y pude ver que era un tipo muy varonil y agradable. El ya había regresado para quedarse ya que después de que mi abuela murió había podido ahorrar un buen dinero para hacer uso de sus tierras, remodelar la casa que tenía en éstas y buscar alguna morra en el pueblo para casarse.

Con el paso del tiempo conocí muy bien a mi tío y nos hicimos cercanos, nos buscábamos mucho y me contrató para poder ayudarlo en sus negocios, mi papá no tuvo ninguna objeción ya que el realmente tenía suficiente ayuda.

Me encantaba ver a mi tío trabajar, con sus playeras ajustadas y sus botas de trabajo, con un sombrero de paja viejo que utilizaba para cubrirse del sol, como su color de piel era muy claro, con el trabajo se ponía rojo y el sudor recorría su piel.

A veces a la hora de la comida se quitaba la playera para echarse agua y podía ver su torso peludo, con músculos escondidos bajo la grasita normal de su edad pero que lo hacían ver muy atractivo, su forma de hablar y su forma tan caballerosa de ser me ponían al full. Era un tipo muy divertido y todo el tiempo sonreía.

Una tarde con bastante calorcito, trabajamos hasta tarde, y me pregunta si quiero acompañarlo al pueblo a tomar algunas cervezas. Yo nunca había tomado más que algunas chelas ya que mis papás eran religiosos y me lo tenían prohibido, sobre todo no me podían ver borracho ya que mi papá es bastante conocido.

Mi tío le pidió permiso a mi papá para poder quedarme ese día con el y fuimos al pueblo por unas cervezas para después ir al terreno a trabajar y beber hasta emborracharnos. El ambiente era buenísimo ya que la chela estaba haciendo efecto y hablábamos de todo. Yo nunca había tomado tanto pero me estaba gustando mucho el desmadre y como me sentía, mi tío no me dejaba tomar tan rápido para que no me fuera tan mal pero el se estaba bebiendo todo lo que yo no podía.

Empezamos a hablar de su vida en el otro lado, estaba juntado con una chica americana pero la dejó ya que tenían muchos problemas, y vivió la vida en Colorado sin broncas. Pero decidió que era hora de regresar. Lo rico empezó con las ganas de orinar, al principio nos alejabamos y procurabamos no vernos los pitos, pero mi tío se empezó a sacar el rabo y a orinar enfrente de mi sin tapujos, por lo que yo hacía lo mismo.

Estábamos sentados en la puerta de la batea hablando de todo y como toda platica de borracho empezamos con intimidades. Mi tío me empezó a contar de las chicas que se había cogido, y se sobaba la verga cada que recordaba algo, yo tenía la picha bien dura y sabia que el igual y yo le hacía preguntas para que me contara más, en una de esas con la erección y la cerveza nos estábamos orinando, y se sacó el pito erecto y me retó para ver quien orinaba más lejos, yo me quedé sorprendido pq su verga no era tan larga, pero si era muy gruesa y su cabeza era grande.

En mi vida no había visto tantas vergas, y la de el me sacó mucho de onda. Mi tío se dio cuenta que lo miraba y me orinó, riéndose «marcando su territorio», y empezó a jugar conmigo haciendo como que me cogía, en una de esas me arrincona a la camioneta y quedamos de frente y le besé. El me miró, su mirada se volvió lasciva y hundió su lengua en mi boca, lentamente, pero de forma desesperada, nunca me habían dado un beso tan apasionado, abracé su cuello y el bajo sus manos a mis nalgas.

Guardo silencio y empezó a guardar todo, yo no sabía que hacer… me sentía muy mal, me ordeno subieramos a la camioneta, como estábamos muy tomados fuimos a su casa de campo donde nos quedaríamos, el se encerró en su habitación y yo quedé en la sala.

Empecé a beber nuevamente sólo, mientras escuchaba algo de música. Me sentía muy mal, entonces me decidí a ir a la habitación a pedir disculpas, toque la puerta pero no contestó nadie, y entré, escuché la ducha y sabía que el estaba ahí. Me senté en la cama esperando que saliera y toqué algo que había y que x la falta de luz no había apreciado bien, había lencería color negro, pantis y medias de encaje de mujer.

Salió del baño con la toalla en la cintura, me mira tiernamente y me besa. No entendía lo que pasaba. Me dijo que quería prepararme, y entre al baño con el, se puso un short y a mi me desnudó, se me hacía muy raro. Me pregunto si quería complacerlo a lo que yo le dije que si… tomo algo de jabón haciendo espuma y un rastrillo y empezó a quitarme el vello de las piernas, lo hacía delicadamente, subió a mis nalgas y realizo el mismo procedimiento, me puso en 4 y empezó a depilar mi ano con mucho cuidado.

Tomo crema humectante y después de bañarme la untó por todo mi cuerpo. Yo estaba muy excitado, me tomo de las piernas y me sentó sobre el, sentí su pene duro, me dijo «te amo» y me besó. Yo no sabia que pasaba, estaba avergonzado, me sentía humillado, pero me sentía bien.

Salimos a la recámara y abrió un cajón de donde saco unas cajas con llave, la abrió y un saco un utensilio negro, era un consolador pero un poco más pequeño, me ordenó ponerme en cuatro, puso lubricante y poco a poco lo fue metiendo hasta que entró, tenía una sensación muy extraña, nada placentera y me ordeno ponerme unos pantis rojos que tenía guardados, mientras me ponía los pantis me veía, entonces como por instinto empecé a hacer poses para que me viera y provocarlo.

Puso una película en la tv me dio una playera y me pidió acostarme con el a ver la película. No entendía, pero la forma en que me lo pedía me excitaba muchísimo. Entre escenas me daba besos y mi excitación dilataba mi ano con el juguete dentro de mi. Se quedó dormido y me abrazó… yo no quería dormir, pero el alcohol y lo pesado del día me agotaron y dormí como un bebé.

A mitad de la noche siento una mano en mis piernas acariciandolas, besos en mi cuello y mordidas en mi oreja, «Te voy a hacer mía» abrió mis piernas y quedando sobre mi empezó a besarme, quito la playera y devoró mis pezones, estaba listo, mi cuerpo lo pedía, hizo a un lado las pantis y me pidió empujar para sacar el juguete, sentí un placer tremendo al salir y el empezó a comerme el culo, era lo más delicioso que me había pasado, sentí su verga haciendo presión en mi ano y sentí como entro sin mayor problema, empezó a moverse salvajemente, un niño de 17 años siendo embestido por un tremendo oso de 40 años, sentía su verga dentro tocando lugares que no conocía y sintiendo cosas que nunca había sentido, empecé a venirme sobre mi abdomen y el conmigo, sentí su semen llenandome y en medio del placer y la humedad me dijo: «Te amo mi amor» y se quedó dormido en mi pecho.

Al otro día desperté sin comprender, me sentía muy excitado, pero también confundido. Era algo que nunca había sentido en mi vida, era como tener un deseo constante y en cada pensamiento quería más de eso. Encontré una nota sobre el buró: «Hoy quiero más de lo de anoche, sali por el desayuno, dúchate y ponte lo que está sobre la silla, espérame».

Eran unas pantis negras con un baby doll transparente en color piel, mi cuerpo se erizó, entre al baño, me vi al espejo, no sabia que me pasaba. Escuché la camioneta tomé la ropa interior y me la puse sintiéndome muy excitado justo entraba a la casa cuando salí a su encuentro de la habitación y sus ojos se encendieron, me acerqué a el con un aire seductor, nos besamos, me acostó en la mesa y me cogió.

Fue un día increíble, en unas horas mi tío me había enseñado cosas que nunca pensé se sintieran tan bien. Era todo suyo.

En la hora de comida me platico que la ropa interior de mujer le gustaba mucho y que sentía mucho placer en dominar a sus parejas. Resulta ser que la chica de colorado, no era una chica, era un chico que hacía drag. Prácticamente mi tío en Colorado triunfó al ser un latino atractivo. Pero sentía la necesidad de regresar al hogar, también me contó que la CDMX tenía un departamento que le habían heredado, que si quería acompañarlo un fin de semana.

A lo que le contesté que si. Prácticamente mi tío y yo vivimos un romance a todo lo grande. Me compraba ropa, me daba dinero, me quedaba en casa a dormir con el, sin contar, las cogidas en el terreno, en la camioneta, las mamadas furtivas. Aunque mayormente yo era pasivo en alguna ocasión mi tío hizo que lo cogiera, pero definitivamente me encantaba ser dominado.

Un fin de semana mi tío llegó donde mi papá y le pidió permiso para llevarme a la CDMX ya que tenía que hacer unas compras, mi papá aceptó sin problemas.
Nunca había estado en la CDMX pero se me hacía una maravilla, era mucha gente con tan distintos estilos, hombres tomados de la mano y/o besándose en público, edificios, reforma, era un mundo distinto para mi. Pensé que iríamos al departamento pero en vez de eso nos quedamos en un motel del centro histórico.

Mi tío no me había tocado en todo el camino, incluso pidió camas separadas, se me hacía muy raro. Compramos ropa, zapatos, mi tío hizo algunas diligencias y al ser de noche, mi tío salió y me dejó dinero, me dijo que no me alejara, que iba a salir un momento, que no podía ir pq al lugar donde iba no me dejarían entrar por ser menor. Me enojé mucho y el se dio cuenta, se acercó a mi y me besó.

-No te enojes, cielo, te amo. ¿Lo sabes verdad?-
Si- contesté muy cortante- pero no tienes que dejarme solo.
-Te prometo que no voy a tardar- me dijo- te traeré algo que te guste-
-Quiero coger, te necesito papi- sus ojos se iluminaron y de su maleta sacó algo que había comprado ese día. Era un huevito, que vibraba y que había conectado a su teléfono .
-Hazme un favor- métete esto y no te lo saques. Si te sientes excitado prendelo y envíame una foto, para sentirte cerca y aumentar mis ganas para regresar para cogerte.

El salió y de inmediato me lo metí, así le mandé la primera foto.
Paso la noche muy lento, y yo le seguía mandando fotos, me empecé a poner muy creativo con las imágenes hasta que empecé a dormir, mi verga lubricaba a montones pero quería que mi hombre llegara para sacar todo mi jugo. A eso de la media noche, sonó el teléfono.

-Hola bebé sigues despierto?-
-Si mi rey, te estoy esperando.
-Quiero que te vistas, ponte guapo, vamos a salir, cuando esté abajo te aviso.
-Ok bebé.
-No saques el huevito, en mi maleta hay unos suspensorios negros, quiero que te los pongas.
-Ok amor, lo que mandes.

Me arreglé, y esperé su llamada, 20 minutos después baje para encontrarme con el, lo vi en la puerta y me dijo, ven, quiero presentarte a alguien. Subimos a una camioneta y me presento a dos hombres, de la complexión de mi tío, muy parecidos, morenos, y agradables. Uno de ellos era un hombre mayor con algunas canas, se llamaban Víctor y Manuel.

-Mucho gusto Juan, hemos oído buenas cosas de ti.
-Gracias. Andabas con ellos bebé?
-Si bebe, a ellos los conoci del otro lado y parte de venir a la CDMX era visitarlos.
-Oh bien y a donde vamos?
-Vamos a casa de los chicos, no te preocupes.
Me dio un tierno beso, y empecé a sentir el huevo vibrar.
-Que fue eso bebé?- le dije apenado y en voz baja mientras los Víctor y Manuel platicaban

El aparato vibró más fuerte y solté un ligero gemido.
-Nos empezamos a reír mientras el aparato volvía a vibrar.

Llegamos a casa de Víctor y Manuel que por cierto, era una casa muy moderna y grande. Nos dirigimos directamente al jardín trasero con alberca donde empezamos a tomar algunas cervezas y pusieron música para el cotorreo. Ahí me enteré que Víctor y Manuel tenían 10 años juntos, y que en un viaje a

Colorado contactaron a Óscar, mi tío, para gozarla a lo grande y desde ese tiempo tenían relación amistosa, de hecho, Manuel se volvió el abogado de mi tío. Las copas se empezaron a subir a la cabeza y Víctor y Manuel nos propusieron entrar a la alberca.

Oscar les dijo que nosotros no iríamos pero que por ellos no había problema, podíamos tomar en la alberca. Nos pidieron disculpas ya que ellos acostumbraban a meterse desnudos, y se empezaron a desvestir.

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Victor era un tipo de 37 años, moreno, con pelo en pecho, labios súper sexys, peinado de mohicano, pancita y un cuerpo gordito pero obviamente trabajado en el gym, sus piernas imponían muchísimo y el rabo que se traía flácido era delicioso de ver, depilado con unos huevos enormes colgando.

Por otro lado Manuel era un hombre de 55 años, piel Morena-clara, con canas, bigotes, barba, sin pelo en el pecho pero con un cuerpo grueso por trabajo o algo de gym. Su culo era delicioso y entre las piernas había una verga muy grande sin pelos y circuncidado. Al verlos desnudarse Oscar tenía las vibraciones a tope, no aguantaba mi culo, estaba muy excitado.

El solo me veía mientras en la alberca veía esos tremendos osos besarse. De forma inmediata salte sobre Óscar y empecé a besarlo a lo que el respondió con más vibraciones. Los anfitriones empezaron a reírse.

-Parece que Juanito ya no aguanta lo que trae en el culo-Dijo Víctor.- debes sacarlo y dejar que disfrute.
-Deja que mi bebé goce un poco más, lo está gozando- me dijo- perdón bebé, pero les enseñé tus fotos y saben lo que tienes en el culo.
-En mi mochila hay aromas mágicos por si quieres dar a probar Óscar- dijo Víctor, pero Óscar se rehusó.

Aromas Magicos? No sabía que pasaba. Óscar puso el vibrador con pulsaciones y me dijo, no te toques, solo disfruta. Me dio más cerveza, hasta que empecé a sentirme muy borracho y empecé a abrirme con los invitados, nos quitamos la camisa, pero Osxar no dejaba que me tocara y de vez en cuando encendía el huevito.

Víctor y Manuel salieron a la alberca y entraron a la casa, antes de eso hablaron con Óscar en privado y éste se acercó a mi.
-Bebe, como te sientes?-
-Bien bebé, estoy muy caliente, vamos a coger con ellos?-
-Que bueno que preguntas bebé, Victor y Manuel quieren cogerte y yo también, pero ellos tienen sus reglas, aceptaras?
-¿A que reglas te refieres?
-Dolor?-
-Quieres hacerme feliz?-
-Claro mi amor-
-ahazlo por mi-
-esta bien-

Tomo mi mano y entramos a la casa. Me besó y quitó mi pantalón, acarició mis nalgas que por el suspensorio se veían más pataditas de lo habitual.

El se quitó la ropa también y subimos las escaleras a la habitación principal, era amplísima había un columpio para coger y una cama grande. Ellos salieron sin ropa y se acercaron en completo silencio y empezaron a tocarme. Sentía sus manos por todo mi cuerpo, Manuel acerco su boca a la mía y me besó, fue un beso muy intenso y sexual mientras Victor baja a besarme las nalgas. Empezó a chuparme el culo.

Mi tío Óscar, encendió el huevito y las vibraciones con la mamada me tenían en ma gloria, justo cuando iniciaba a tocarme Óscar me detuvo.
-No puedes bebé, no puedes tocarte.

Paso su mano por mi bulto y noto que mi suspensorio estaba húmedo.
Había una silla en una esquina de la habitación, Manuel me llevó y sentó y me amarró con unas gasas las manos a la silla. Óscar encendió el vibrador y lo dejo muy sutil, entonces empiezo a ver como Manuel besa a mi tío, mi sangre ardió, pero Óscar me miró y me dijo «Te amo».

Y entendí que solo era sexo y tenía que disfrutarlo, baje dos rayitas a mi humor y empecé a ver a esos 3 hombres besarse y tocarse con un deseo increíble. Manuel empezó a chupar la pija de Óscar mientras Víctor le comía el culo. Óscar volteo a verme con cara de goce, tomo su teléfono y empezó a aumentar la velocidad del vibrador.

Ahora tocaba el turno de Óscar de mamar verga, pero antes de eso Víctor sacó un frasco que abrió y le dio a oler a Oscar, justo en eso Óscar se metió la verga completa de Manuel a la boca, sin arcadas, hasta el fondo, manuel tiro su cabeza hacia atrás sintiendo una ráfaga de placer y tomando la cabeza de Óscar empujándola para que la verga perforara más profundo su garganta.
Víctor se acercó a mi, y me dio a oler, yo no quería, pero insistió y así lo hice.

Un calor empezó a subirme hasta la cabeza y mi cuerpo empezó a hormiguear, y Víctor metió su verga en mi boca obligándome a metermela toda en la boca, pero no tenía problemas me encantaba, sentí las vibraciones en mi culo y mi ritmo se aceleró. Saco su verga de mi boca y se dirigió nuevamente a Óscar que ahora mamaba la verga de Víctor, y la de Manuel, las dos al mismo tiempo.

Estaba muy excitado mientras veía como Óscar subía el ritmo del vibrador. En eso empecé a sentir mi suspensorio húmedo, y mis piernas se humedecieeron, pensé que me había orinado pero era lubricante que salía de mi verga.
-Creo que Juanuto está listo.

Óscar se acercó y me besó, no podía ni hablar, y me cargó como un bebé hacia el columpio amarró mis manos, quito mi suspensorio y pude ver mi verga húmeda, acto siguiente tomo mis pies y los amarró a cada extremo del columpio.
-Empuja bebé, saca el vibrador.

Oscsr tomo el vibrador y Víctor se acercó puso su verga gruesa en mi culo y la introdujo sin problema. Debo confesar que mi culo ardía y empecé a llorar, en eso Óscar se acercó con más poppers, y cuando menos cuenta me di Víctor taladraba mi culo descomnalmente mientras Óscar y Manuel lo acariciaban y hasta porras.

Mis huevos dolían muchísimo.

Cuando sentí a Víctor soltando su leche dentro de mi, su cuerpo se tensaba y me pegaba una cachetada mientras como cual toro tenía un buen orgasmo. Acto seguido Óscar, mi tío, introdujo su verga, y empezó a bombearme. Mi verga se lubricaba aun más y Víctor me daba poppers para aguantar cuando sentí también su lecho dentro.

Acto seguido manuel me dio poppers y metió su increíble verga. Y empezó a culearme con mucha violencia, yo no podía más y gritaba, Óscar me veía con mucha lujuria, orgulloso de mi.

Mi verga se puso rígida y mi culo apretó y empecé a sentir como la leche brotaba de mi verga, no pude evitar lanzar un grito de placer y a Manuel llenandome el culo de su leche…

Sentía como de mi ano brotaba la leche de estos 3 machos y mi verga seguía erguida de placer.
Manuel y Víctor salieron de la habitación hacia la alberca y Óscar me desabrochaba los seguros me tomo y me puso en pie.
-Estas bien amor?
-Mejor que bien.

Mi erección no bajaba y me sentía muy cansado y adolorido, Óscar me acomodó en la cama y me metió la verga de nuevo. Lo miré a los ojos con deseo y empezó a cogerme, me monté sobre el y empecé a cabalgarlo, la leche escurría de mi culo por los huevos de Óscar hasta que nuevamente yo me vine y al apretar Óscar no pudo evitar correrse dentro mío. Mi verga bajó y quedé sobre Óscar.

Me miró a los ojos y no pudo más que soltar la frase: te amo.
Bajamos a la alberca y ahora si convivimos juntos con unos buenos churros de mota para relajar. Me hice amigo de la pareja y siempre que podíamos nos encontrábamos para coger.

Con el paso del tiempo me mudé a la CDMX con mi tío, empecé a hacer ejercicio y comer justo para ser un oso como ellos, creo que ha funcionado, y ahora que mi tío y yo ya no estamos juntos trato de no perder esa vida, una vida donde el placer no tiene límites, y puedes disfrutar de los buenos hombres.

Mi tío me hizo pasar de ser una nena en lencería dispuesto en complacer a mi hombre a un cachorro inexperto aprendiendo de hombres hermosos y ahora un hombre disfrutando al máximo de su sexualidad.

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