Desde hace un año que vivo solo, estoy obsesionado con mi vecino. Yo tengo 28 años y él debe tener unos 30 años. Está casado y su esposa está embarazada. Yo imagino que él debe tener mucha leche almacenada si no ha vuelto a hacer sexo con su mujer.

A veces me lo encuentro y me intereso cada vez más en él. Intercambiamos sonrisas, miradas, coqueteos, pero nada más. Hasta que un día mi carro se quedó sin carga de batería en el parqueo de los departamentos. Mi carro está junto al de mi vecino así que mientras yo batallaba con mi carro, él apareció y me ofreció ayuda pasando corriente de su carro al mío, mientras yo lo que deseaba era otro tipo de coriente: corriente de placer, sudor, sexo…

Eran como las 8 de la noche y estaba semioscuro en el parqueo cuando después de un rato de charla e intentos de cargar la batería, pasó rosándome atrevidamente varias veces debido a la estrechés entre los autos. Hablamos de todo hasta que llegó el asunto del sexo cuando con la camaradería qué hay entre «dos compas»confesó que hacía mucho que no lo hacía con la mujer y que tenía que sobársela bien seguido para aguantar pero que ya se estaba aburiendo. Yo agarré fuerzas y le dije:» Yo te puedo ayudar al respecto». Me acerqué y lo besé a la brava.

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El se asustó pero me correspondió. Nos besamos con pasión, me apretaba las nalgas y me presionaba contra su carro. Él es un moreno, con brazos gruesos, pecho fuerte y ricas nalgas redondas. La excitación era tanta que me olvidé del lugar en el que estábamos.

Me agaché y le empecé a mamar aquella verga que cuando liberé de su truza blanca marca CK salió volando erecta y cabezona dejando al aire más de 20 cm de carne deliciosa, olorosa y completamente erecta. Cuando la vi se me abrió el culo del antojo, pues aunque había fantaseado con él muchas veces nunca pensé que fuera de esas dimensiones, bien peluda, delgada y curvada a la izquierda, con unas venas saltonas qué parecían qué iban a reventar.

De una me la metí a la boca pues estaba dispuesto a comprobarle que era un máster en esa labor y que si me lo proponía podía hacerle mamadas mejor que las qué le hacía su esposa. Casi me ahogo la primer bocanada de carne que me comí, de hecho me provocó una fuerte arcada que baño de saliva su tronco.

Él se quejaba pero de placer y en silencio para que nadie escuchara a causa de mis embestidas. Yo estaba como loco comiendome por fin esa carne. De solo recordarlo estoy pasando saliva pues recuerdo como sentía la suavidad de su pitó por mi lengua y cómo él clavaba sus uñas en mi nuca, como obligandome a no irme nunca de ahí.

Luego de un rato de tenerme de rodillas frente a él, se agacha y me empieza a succionar como loco mi pene, que es más chico que el de él pero nada despreciable con mis 16 centímetros… Luego me doy vuelta, me baja los pantalones y le ofrezco mi trasero. Solo alcancé a oír que dijo «qué rico culo de putita me voy a cenar hoy, cabrón… No sé cómo no te encontré antes». Obviamente eso dicho con su ronca bvoz mientras me tenia recargado sobre la puerta del conductor de mi coche me ponía loco. Estábamos aprovechando la oscuridad de los árboles para coger como salvajes.

Él se lubrica con saliva y me la empieza a meter con suavidad pero con deseo, sus uñas me arañaban todo el cuerpo como queriendo dejar marca en mí, después siento su aliento en mi cuello y como comienza a bufarme, como un demonio poseído.

Luego empieza a meter y a meter cada vez con más fuerza y pasión en esa pose, dos pilares le llaman, ahí bajo la oscuridad de los árboles, enmedio del parqueo frente a nuestros depas, así cogiendome rico hasta que se riega dentro de mi. Yo me volteo y él se baja de una y me empieza a succionar la verga hasta que me riego en su cara, manchando su barba de macho que me encanta.

En eso escuchamos que alquien se acerca y nos subimos los pantalones. Rápidamente le digo: «Sospecho que mañana como a las 8 de la noche se me va a descargar nuevamente la batería y voy a necesitar de tu ayuda». Van 5 veces que se me descarga su batería y a la mujer le faltan 2 meses de embarazo…

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