Hola a todos los seguidores cachondos de esta página; he leído muchos relatos de primos y me da gusto saber que no solo fui yo el enfermo que me comí a uno de mis primos.

Por entonces yo tenía 32 años de edad y mi primo era más chico, su nombre es Raúl quien tenía 24; él, desde aquel tiempo, trabaja en Cd. del Carmen, Campeche, en las plataformas de Pemex, su trabajo es 15 días en las plataformas y 15 días de descanso, tiempo que aprovechaba para venir a Puebla a visitar a su familia. Raúl desde los 21 años se había juntado con una chica y ya tenían una bebe de 2 años de edad.

Yo a Raúl tenía como 6 meses que no le veía, siempre nos llevamos bien.
Recuerdo bien que era un domingo 8 de agosto como las 12 del mediodía que yo estaba en casa haciendo algunos quehaceres y estaba solo; de repente escuché algunos toquidos en la ventana, me asomé y era mi primo Raúl.

Salí a la puerta, le abrí y vi que llevaba consigo dos caguamones de cerveza Victoria, lo hice pasar y me di cuenta que ya iba medio entonado, me dijo que la noche anterior había estado tomando con sus dos hermanos mayores.

También me contó que su esposa no estaba en casa, pues había ido con sus papás a una fiesta y que él iría hasta el lunes por ella, me contó que había llegado el sábado por la madrugada.

Quería seguir tomando, serví la cerveza en dos vasos y tomamos mientras charlábamos; para esto ya estábamos en la sala de mi casa viendo televisión. Las dos cervezas que Raúl llevaba se habían agotado y salí por otras dos. Como él ya iba medio entonado, la cerveza que tomamos ya había hecho efecto en él.

En esa estábamos, cuando de repente dice: «quita esa chingadera y pon mejor una película, si es porno mejor, yo quiero ver pelos». Afortunadamente tenía una película que me habían prestado; la puse de inmediato. Con las primeras escenas me dice: «no mames, esta bien buena la vieja y yo que ando bien caliente… te imaginas casi 20 días sin coger y para acabar, llegó y mi vieja no está, son mamadas».

Yo solo reí y le di un trago a mi cerveza. Continuamos viendo la película y hubo una escena donde dos vatos cogían a la dama haciendo un sándwich; Raúl vuelve a exclamar «no mames ya me prendí gacho». Yo lo observo de reojo y veo que se acomoda la verga dentro del pantalón, se veía de buen tamaño.



Serví más cerveza y vimos la película por otros 5 minutos; yo ya estaba muy excitado, más que por ver la película por imaginar lo que podía suceder con mi primo.

Nunca hubiera imaginado que pasaría algo con Raúl, pues siempre fue muy varonil y apuesto, a sus 24 años tenía un cuerpo espectacular por el arduo trabajo en las plataformas, es como de 1.75 de estatura, pelo largo medio quebrado y con barba de candado, guapo el wey.

Pasa otra escena y nuevamente dice: «wey así como vengo de caliente y con 20 días sin coger, si tuviera a alguien le daría así como en la película». Para mi ya no había duda, él quería que alguien lo deslechara y yo no viva a dejar pasar esa oportunidad.

Me tomé un sorbo grande de cerveza, respiré profundo y le dije: «qué… a poco si vienes muy caliente we, ¿neta ya se te paró?». El de inmediato se desabrochó el pantalón, bajó el cierre y dijo «si wey, mira cómo la tengo de dura».

Me la enseñó y yo solo tragué saliva. Era una verga como de 19 centímetros no muy gruesa, con una cabeza algo grande. Le dije: «no pues si que la tienes bien dura». Y le solté «¿quieres que te la mame?».

El me respondió de inmediato «¿a poco si me la mamarías? Pues ven siéntate aquí conmigo».

Me pasé al sillón dónde estaba él sentado, se la comencé a acariciar y él daba pequeños gemidos de placer; entonces me dice: «ya pues, mámala».

Me la lleve a la boca y comencé a lamer el glande y a recorrerla de arriba a abajo mientras él decía: «no mames wey, sí lo sabes hacer».

Le pedí que se pusiera de pie, le bajé el pantalón hasta los tobillos y comencé a disfrutar de aquel gran pedazo de carne humana de un macho semental ; yo hincado frente a él veía cómo levantaba la mirada hacia el techo disfrutando la mamada que le estaba dando.

Me tomó de la cabeza y comenzó a cogerme la boca llegando hasta el fondo de mi garganta. Él quería llevar ritmo pero yo le pedí que sólo disfrutara y que me dejara a mi hacer las cosas. Después de 5 minutos así le pedí que se quitara el pantalón y se recostara en el sillón.

Así lo hizo, y yo seguí manándole ese hermoso mástil duro y cabezón. RRaúl exclama: «wey no pensé que te gustara la verga, de haber sabido ya desde cuándo hubiera venido a visitarte más seguido; la neta la mamas chingón wey».

Como pude, me fui quitando mi pantalón y bóxer, mientras se la mamaba; se la ensalivé muy bien y cuando reaccionó ya me estaba sentando en su gran verga, no le quedó más que empujar y me dejó ir sus 19 centímetros,. Prácticamente lo violé.

Ya cuando la tuve toda adentro comencé a cabalgarlo y él puso sus ojos en blanco, era señal que lo estaba disfrutando. Me tomó de la cadera y comenzó a llevar él el ritmo, al principio lento y poco a poco más rápido.
Yo gritaba de placer encima de él, pidiéndole que me lo hiciera más duro.

Raúl aceleró sus movimientos y en 2 o 3 minutos dió un gran gemido y dijo: «no mames wey, me vengoooo». No aguantó mucho.

Sentí como su verga palpitaba dentro de mi, expulsando 5 o 6 chorros de leche caliente que inundaron mis entrañas. Nos quedamos quietos unos minutos, hasta que su pene perdió dureza y salió solo.

Fue cuando nos limpiamos y nos vestimos. Raúl dijo: «qué cogida tan chingona te acabo de dar; neta de haber sabido ya desde cuando me tendrías aquí».

Fue la única ocasión que disfruté de Raúl, nunca más volvió a suceder pese a lo animado que se fue ese día. Pero me quedan gratos recuerdos.

TÚ TAMBIÉN PUEDES PUBLICAR TU RELATO

Escríbenos a redaccion@relaroticos.com  o da clic aquí y llena nuestro formulario. Puede ser anónimo o con tus propios datos para que más personas te contacten.

¡Comenta! (No es necesario registrarse, solo escribe el comentario y da ENVIAR)