Me llamo David y tengo 26 años, éste es mi primer relato así que espero hacerlo bien, es verídico. Vivo en Argentina y soy gay, piel blanca, mido 1,78 y soy de contextura medianamente delgada con músculos levemente marcados.

Era mi cumple y me suena el celular.

* Hola feliz cumple loco lindo.
* Hola Diego, gracias, ¿Qué estás haciendo?.
* Hace un rato salí de trabajar y quería pasar a saludarte, ¿estás en tu casa?.
* Si, vení – Le dije sin pensar en el regalo que me iba a dar.
* Mirá que llevo una sorpresita, espero que estés solo.
* Si estoy solo… ¿qué sorpresa? – Pregunto sorprendido.
* Ya te vas a enterar en un rato llego – Y corta.

Me tocan el timbre y cuando abro la puerta era Diego, entra, me abraza apoyándome todo el cuerpo y me da un rico beso en la boca. Me agarró desprevenido.

* Epa… como estamos.
* Si, y hoy quiero estar con vos… en todo sentido.

Siempre hubo onda entre los dos, pero nunca nos animamos a decirnos ni hacer nada por tontos, pero ese día él se animó a besarme y tomar la iniciativa, (menos mal que suerte para mí, ja ja).

Nos pusimos cómodos en el sofá y abrimos una botella de vino, tomamos un par de copas y el ambiente ya estaba medio calentito.

* Tomá tu regalo pero te lo tenés que probar adelante mío – Era un boxer y una camiseta negra con una raya finita blanca a los costados.
* Bueno ya vuelvo.

Aparezco con ambas cosas puestas y le digo:

* ¿Y… Cómo me queda?.

Se para y apoyando una mano en la pared y la otra en mi cintura dice:

* De diez, estás hermoso – Besándome el cuello y poniéndome cachondo.
* Pará… me estás excitando y te podés arrepentir…
* Nunca me arrepiento de lo que hago – Contesta y se va agachando besando todo mi pecho haciéndome cerrar los ojos del placer.
* Seguí, seguí – Le pido mientras me baja el boxer para comenzar a darme una mamada espectacular como nunca antes había recibido.

Mientras me come de una forma impresionante la pija comienzo a gemir y a agarrarle suavemente los cabellos haciendo remolinos y dirigiendo despacio su hermosa boca carnosa que me chupaba desde los huevos hasta la cabecita de mi pija en forma muy rica.

* Si, así dale, me ponés loco – No podía abrir los ojos del placer que estaba sintiendo.
* Te vas a acabar como merecés… bien espeso, rico y adentro mío.

Escuchar eso me calentó muchísimo, a tal punto que lo levanté y abrazándolo desde atrás lo llevé hasta mi habitación. Mientras caminábamos besaba su cuello dulcemente y apoyaba mi pija en su cola, él todavía estaba vestido.

Al sentirme como lo apoyé arqueó la espalda y me apoyó aún más la cola en mi pija.

Me dijo casi en susurro:

* Hacéme tuyo papi.

Al llegar a la habitación yo ya estaba a mil, no daba más, quería tomarlo ya.

Le saco la camisa y empiezo a besarlo desesperado buscando torpemente su cinto para sacarlo y bajarle el jean, lo logro con su ayuda. Le saco el jean, luego el boxer, lo volteo y queda frente a mi una cola hermosa firme y redondita sedienta de pija. Me puse más cachondo.

Lo estimulo dándole besos y caricias en ese hermoso agujero que tiene y me pone loco. Como un gato ronronea de placer, y solo sin decirle nada se pone en 4 dejando su cola a mi merced.

* Dale, dale… quiero.

Sigo mi tarea, lo beso y pongo un dedo, se excita, pongo dos calentándolo mucho, sigo un poco y… Listo su cola ya está lista para recibir mi pija, ya está bien dilatado y caliente.

Agarro mi pija y le apoyo la cabeza en la entrada, empujo despacio y entra sin dificultad. Se estremece.

* Meté, meté – pedía una y otra vez.

Empujo de nuevo y entra la mitad larga un quejido de placer.

* AAAAAAAAAA…

La meto toda hasta los huevos.

* MMMMM… SIIIIIIIIII.

Dejo que su cola se adapte y comienzo a moverme despacio, eso le encanta a mi chico que arranque despacio y voy tomando velocidad y ritmo, según él suelto la cintura y cabalgo como loco.

Le beso la espalda y lo tomo suave de los pelos con una mano y con la otra le agarro su cintura sin parar de cogerlo, eso nos pone locos.

La saco, nos acostamos yo detrás de él y se la meto de costado, enredamos las piernas, seguimos cogiendo sin parar con la verga re dura a punto de explotar.

Cada vez con más ganas de acabar aumento la intensidad de las envestidas apretándolo contra mí y gimiendo como loco.

* Dame leche dale, damelá.
* Te doy, te doy.

Lo cogí intensamente hasta que ya no aguanté las ganas, se la saco y lo pongo boca arriba, subo sus piernas a mis hombros masturbándolo y lo penetro de una.

* AYYYYYY – grita del placer.
* ¿Te gusta Die? Decíle a papi si te gusta.
* Me encanta no pares por favor… cogéme con toda, dale.
* Te culeo entero Die.
* SIIIIIIII… no acabes, seguí papi…

Cuando vi que el también se estaba por acabar aumento las envestidas y la masturbación para acabar juntos. Tras unas cuantas cogidas y varias masturbadas intensas a su pija no pudimos más.

* Me acabo papi… me acabo…
* Yo también, gozá bebé, gozá rico.

Ahí nos dejamos caer ante el placer y el calor inconfundible del orgasmo. Tuvimos una acabada intensa y larga.

* AAAAAAAAAAAAA, ACA… ACABOOOOOO.
* SIIIIIIIIIIIII LOS DOS… JUNTOSSSSSS.
* AAAAAAAAAAAAAA.
* QUE RICOOOOOOOO.

Quedamos tirados en la cama, yo encima de él y sin parar de besarlo y acariciarlo. Él con semen en la cola aún habiendo usado condón y en su vientre por su gran acabada.

Al recuperar un poco el aliento le digo:

* Vamos a ducharnos estamos todos lechados, jeje.

Entramos a la ducha sin dejar de apoyarle la pija, nos mimamos mucho y enjabonamos mutuamente. Se vuelve a poner cariñoso y me agarra mi pija para empezar a mamarla de nuevo.

Estuvo muy bueno porque me hizo acabar a puro sexo oral, cuando me recuperé de esa buena corrida lo seco, lo llevo a la cama y lo hice correr yo a él con sexo oral también.

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