Hola me llamo Luis de 19 años de edad, estudiante universitario; la siguiente historia esta basada en mi primera experiencia gay poco antes de cumplir los 17 años en febrero del 2005.
Era un día jueves 10 de Febrero, 13:30 de la tarde cuando me encontraba en casa después de una mañana en el colegio, antes de almorzar entre a chequear mi cuenta de e-mail para saber si recibí respuesta de un chico de mi misma edad con quien había quedado en encontrarme en el centro de la ciudad.
Efectivamente el me había respondido confirmandome la hora y el lugar exacto, de repente estaba muy contento porque era mi primer encuentro gay y aún no sabía como iba a resultar llegado el momento de vernos.
Me alisté colocandome mi remera favorita, unos jeans bien apretos y tardé mucho tiempo en el baño tan solo peinandome, noté que casi era hora y entonces tomé un taxi dirigiendome hasta el parque central donde se llevaría a cabo el encuentro.
Llegúe unos doce minutos tarde y estaba muy triste, casi arrepentido porque pensé que el ya se había ido o nunca había llegado, de todas maneras estuve esperando en una banca sentado por casi 20 minutos, mi desesperación me invadía y me fui a un ciber-café, me dieron una máquina donde entré a mi cuenta de messenger.
Le envíe una carta, entonces decidí ver quienes estaban en línea.. había un chico llamado Victor al que le hablé, sería mi desesperación en ese momento de no irme a casa sin haber conocido a alguien con los mismos gustos, entonces le dije que nos veamos lo mas rápido posible, el me dijo que tenía un poco de miedo y nunca había tenido un encuentro gay, además tenía mi edad e incluso estabamos en el mismo grado del colegio.
De todas maneras accedió y yo le aseguré que llegaría hasta donde el se encontraba, estaba unpoco alejado pero de todas maneras tomé otro taxi y nos vimos en una esquina donde se encontraba un templo antiguo, al fin pude ver un rostro angelical que buscaba al joven que lo había citado, de repente nuestras miradas se entrecruzaron y nos dimos un apretón de manos, Victor era delgado y alto casi de mi tamaño, expresaba e inspiraba ternura con su mirada de ojos grandes cejas gruesas y muy apuesto.
Comenzamos a caminar por la ciudad y fuimos a comer algo liviano en la tarde, el me pedía estar en un lugar un poco mas «privado» porque tenía un temor comprensible y confusión por hablar de ciertos temas en lugares muy abiertos, le dije lo mismo y entonces pague la cuenta del consumo y nos fuimos en busca de aquel sitio solo para los dos.
Era imposible llegar a ninguna de nuestras casas, entonces me acerqué a una residencial donde nos pidieron el carnét de identidad e incluso notaron que eramos menores, asi que se nos puso un tanto difícil encontrar lugar, finalmente hallamos un pequeño hotel donde antes que yo el pagó la cuenta por una noche, llegamos a nuestra habitación de dos camas.
Cerré la puerta con llave, continuamos con nuestra conversación, nos reíamos de todo lo que se nos ocurría, hasta que en un momento quedamos muy callados, con una mirada penetrante y seria el se me acercó y me dió un pequeño beso, a lo que yo respondí con uno más largo, sentí sus labios delgados y finos, no podía quitarle los míos… entonces le dije que lo hagamos, me miró medio inseguro y me dijo que le inspiraba mucha confianza, cerramos con llave y encendimos la lámpara de la mesa de noche, ninguno de los dos sabía como lo ibamos a hacer pero actuamos por sentido común.
Le quite la remera mientras el me tocaba todo, luego me quité la mía y comencé a bajarle muy lentamente los pantalones queriedo degustar del delicioso paquete que quería ser probado por primera vez,, entonces de repente aparecimos sin nada en la cama, nos besamos hasta el alma, sentí volar muy lejos, llegar hasta los cielo, le besé los pectorales y lo abdominales de su delgado pero cuidado cuerpo hasta llegar a rociar con mis labios la punta del pene, me tomó de la cabeza y empecé a mamarsela completa en un vaiven que no cesaba.
Él gemía de gusto y pasión luego tomé su lugar y me hizo vibrar de emoción al sentir que le gustaba chuparmela, entonces se me acercó me dió un abrazo y le susurré al oído si quería hacerlo por el culo, me dijo que si y entonces mientras sentía su cuerpo en la cama echados y abrazados con las piernas una sobre la otra me desprendí y lo puse de cuatro.
Al principio no sabía como funcionaría, entonces lentamente acerqué mi pija rodeando la entrada anal, empecé a introducir lentamente pero me dolía un poco, entonces cesé y le pedí a él que lo intentara conmigo, pues puedo asegurar que lo hizo mejor logro penetrarme y sentí su enorme dotación yo con las piernas abiertas,, dentro de mi mientras sentía como la movía en forma de vaiven.
La sacó muy pronto y volvió a abrazarme, seguimos besandonos hasta que nos empezamos a mastrurbar mutuamente, mi mano tomó el control y mientras la movía también pude ofrecerle sexo oral., el hizo lo mismo hasta que nos levantamos mientras seguiamos masturbandonos con las pijas tan erectas como nunca, derrame el liquido sobre todo su pecho y abdomen, mientras yo seguía masturbandole me di la vuelta y todo recayó sobre mis nalgas y espalda.
La sensación era única, estabamos satisfechos, sentimos que éramos uno para el otro tanto en la cama como en donde sea, fue así que llegamos a ser pareja y el se convirtió en mi joven amante que tanto había deseado desde hace mucho tiempo.