... ...

El capataz de mi rancho

Tranquilo chiquito, esa es la prueba de que fuiste una buena hembra, es mi leche con algo de sangre. Ahora me perteneces y cada vez que lo necesites aquí estaré para darte la leche que tu culito ansía.

Abandonado por mi novio en la carretera

No lo pensé y yo llevé mi mano a su paquete, lo apreté, y sentí la dureza de su pija y ademas prometía ser bastante grande, gruesa seguro que era, mi mano no la abarcaba toda, con lo que me puse más cachondo, y empecé a bajar su cremallera, mientras él seguía manejando.

Mi tío y sus fetiches

Me encantaba ver a mi tío trabajar, con sus playeras ajustadas y sus botas de trabajo, con un sombrero de paja viejo que utilizaba para cubrirse del sol, como su color de piel era muy claro, con el trabajo se ponía rojo y el sudor recorría su piel.

Fui la amante de mi tío divorciado

Mi tío y yo nos quedamos un rato hablando, ahí surgió el tema de la ex mujer de mi tío a lo que él decía que la extrañaba y así. Yo de verdad siempre había querido experimentar algo con un hombre así que le dije sin tapujos «si quieres puedo ser tu mujer tío» él solo me miró como sorprendido y dijo «deberíamos ir a dormir

Mi padrastro y yo

Me sentí muy excitado y caliente con semejante pene en mis manos y comencé a jugar como lo hacía con los chicos, la movía, la frotaba, la veía como hipnotizado. Además, empezó a enseñarme cómo hacerlo mejor, a su pedido le acaricie los huevos grandes y peludos así estuvimos muchos minutos.

El confinamiento con mis hijos

Le conté a un amigo de un chat de padres, lo que sucedió y él me aconsejó que me masturbara porque era obvio que mi hijo sentía curiosidad, pero le daba pena preguntarme y así lo hice.

Comprando chavitos musculosos

—Oiga patrón, ¿y por cuánto me va a salir todo esto del gym y el entrenador?—. Me preguntó —No tranquilo, solo quiero algo a cambio Hernán. ¡Quiero follarte!—. Le respondí de una manera serena, tranquila y denotando seguridad.

Los mecos de mi tío Camilo

Mi tío se bajo el short hasta las rodillas dejando ver su enorme verga que estaba en reposo, para mi era enorme, pero me gustaba, era el primer pene de hombre que veía en mi vida, tenia muchos pelos y una cabecita rosa.

Mi tío me quitó la pena (y la ropa)

Me abrazó y me besó en la mejilla para tranquilizarme, pero más que tranquilizarme me puso a mil sentirme rodeado por sus fuertes y peludos brazos y disfrutar de sus suaves y sensuales labios en mi rostro.

Por andar espiando a mi tío

«Que zorrita saliste, te tragaste toda mi leche acumulada, de haber sabido que te gustaba la verga desde cuando te hubiera tomado como mi perrita»

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.