Buen día. Soy obrero y ya tengo más de 15 años trabajando donde conocí a Martín, un buen amigo de herramental. Siempre nos llevamos bien y en pedas nos la amanecimos. 

🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Después de un divorcio tuve que empezar a buscar sexo ocasional. Eso me orilló a, una vez al mes, ir a las calles a buscar algo diferente. Una de esas noches me encontré un lugar donde van los trans a ofrecer servicio y a punto de irme vi una niña nueva delgada, de unos 20 años, muy bien vestida. Yo la invité a subir y fuimos por unas cervezas.

Entre plática le fui bajando sus medias y dando unas nalgadas que hacían gemir a la putita. Realmente no tenía la intención de cogerla pues era la primera vez que estaba con alguien así como ella, TV pues.

Ya medio borracho me dice “sé amable conmigo, es mi primera vez”. Como me lo dijo muy apenada yo sin querer me reí y le dije “perdón pero no te creo” por el lugar en el que estábamos.

Se bajó el calzón de abuelita pude ver un pomis firmes y bien cuidadas; fue una sensación de poder o hombría que se adentró en mí así que instintivamente lo puse en cuatro en la cama pecho al colchón y me prendí de ese culo.

Le decía “ahora si putita, ya valiste”. Me bajé el pantalón, tomé mis 19 CM (cabezón y medio curvo para arriba), puse mi mano en su cintura y con la otra centré mi verga en su culo.

Sentía que me la doblaba y con algo de dolor le saqué un grito. Vi cómo tembló y se agarró de la almohada. Luego le di unas remetidas profundas y fuertes que le rebota la minifalda y vi sangrado salir de su ano mientras él nada más soltaba gemidos de placer.

Luego terminé dejando mi semen en su depósito; me limpié y me fui dejándolo con el culo reventado, era mi fantasía, no por ojete, y yo seguí mi vida normal.

En el cumple años de mi amigo me invitó a su casa; tenía años de no entrar a ella pese a nuestra amistad. Ese día salimos del trabajo y nos fuimos a cenar. Ahí conocía a su esposa, me presentó luego a su hijo y a una niña menor de unos 10 años.

Estuvimos platicando mucho y notaba el nerviosismo del joven, cómo si me conociera pero yo no lo ubicaba de ningún lado. Terminó la cena y me fui a casa a dormir. 

Llegó un lunes mi amigo a mi área de trabajo y me pidió que lo fuera a dejar una semana porque el carro lo había metido al taller. Yo acepté sin problema y al tercer día vi como una niña salía de su casa. Fue mi sorpresa pero le hablé, pues dije “a lo mejor es la novia de su hijo” pero al retirarme en mi vehículo tenía la misma dirección que la joven me percate que era su hijo y la muchachita que le había reventado el orto.

Le hablé pero no contestó así que me bajé del carro, la pare dije “a dónde vas Toño? párate” fue cuando dijo que no quería saber de mí por su padre y por qué era su amigo de él . 

“Espera, mi vida privada será muy a parte, a poco supo lo que pasó? no verdad… por qué eso es entre tú y yo” le dije y le tomé su bolsa y le dije “vamos… súbete no quiero que estés en las calles”.

La lleve a mi casa, mi única hija ya hizo su vida a parte, así que vivía solo y no habría problema. Le abrí la puerta como una dama. La verdad es que estaba de buen ver; era de tez blanca, labios gruesos, delgada, de mi estatura, peluca negra, hasta las nalgas con pantalón de vini piel de tacones muy sexy. Era una gatita que le gusta el mambo jaja.

Estuvimos en la sala platicando lo sucedido; me contó que tardó dos días para recuperarse de lo sucedido. De hecho me estaba calentando de no más acordarme. Fue ahí donde camino a mi cuatro, se acerco a mi entrepierna, bajó el cierre y se puso a mamar con esos labios gruesos de color rojo.

La verdad lo hacía de maravilla, sin dejar una gota. Luego me desabrochó el pantalón y me bajó el pantalón tocándome los huevos y chupandolos; se puso de pie, me dio la espalda y poco a poco bajó su pantalón de binipiel negro susurrando “vas a estrenar culo por segunda vez porque recién me opere las nalgas”.

Sí se le veían perfectas como las de una muchachita caliente así que empecé a darle besos alrededor de sus glúteos abriendolos para darle besos negros a mi nalgona.

La puse de orilla del sillón y otra vez me la cojo salvajemente rebotando sus nalgas en mi pelvis sin control alguno. Fue una sensación increíble. Ya estaba muy rojo su orto de tantas embestidas y antes de reventarlo ella se salió se puso a mamar hasta que me sacó toda la leche. Fue delicioso ver mi leche en su carita bonita.

Luego nos bañamos, ya se iba ir pero la detuve pidiendo que se quedara a vivir conmigo, que la aceptaba tal y cómo era y que si necesitaba algo o seguir con sus operaciones le ayudaría. Dijo que lo pensaría. Un viernes de febrero del 2019 llegó y tocó mi puerta. Era ella con su maleta.

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