🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Hola soy blanco, 180, 30 años, activo. Un día normal iba en el metro ya como a las 6:30, hora pico y la verdad hacía mucho que no hacía nada en el putivagon, ese que está hasta atrás del metro, donde todos los hombres podemos morbosearnos entre nosotros.

Total, que iba a la mitad, entre los asientos y pues ahí no pasa nada interesante, iba en mi música y de repente se sube un chavo como de 35 todo tatuado traía botas y casco, como que venía de trabajar en la construcción.

Él atrajo mi mirada al instante pero me hice el tonto. Noté que se colocó al lado mío, iba agarrado del barandal de abajo y yo de el de arriba, hasta que en un enfrenón le tomé la mano sin querer y le dije «perdón». Fue ahí cuando nos vimos a los ojos.

Total que yo lo deje pasar, él se volteó y vi como un señor le quería agarrar el pene, pero él no se dejó, y más bien como que le daba las nalgas.

En ese momento me saqué de onda pues se veía muy macho y soy algo heteronormado por lo que me entró la duda y me acerqué a el, revisaba su celular y vi que en whats estaba platicando con una morra y le decía que el metro iba algo lento y así hasta que le pone «mi amor» y ¡pum!, que tengo una ereccion super intensa pero la dejé pasar pues no quería hacer nada de exhibicionismo en el metro.

Pasamos como 3 estaciones y no dejaba de fantasear con él, que ahora estaba de espaldas y podía ver como se le levanta la chamarra de atrás dejando ver que traía el pantalón a media nalga, notándose sus nalgas marcadas en el boxer.

Eso hizo que otra vez mi pito se me parara a más no poder y decidí ir a toquetearlo, bueno, al menos intentarlo.

Y así fue, me acerqué y le di unos tallones en su nalga derecha movimientos a los que él se dejó; luego bajé mi mano izquierda y le empecé a rozar con un dedo la nalga izquierda y como él no decía nada yo me decidí que le podría hacer lo que yo quisiera.

Con más valor que antes le metí la mano por el pantalón y sobre el bóxer le toqué sus duras nalgas y pensé en la posibilidad de tocarlo pero ahora por dentro del bóxer.

Sobra decir que para ese momento yo ya andaba bien mojado. Envalentonado le agarré esas nalgas que ahora sabía que estaban deliciosamente peludas y con movimientos de mi dedo le empecé a estimular su ano peludo y super limpio.

Al tacto todo su trasero me encantó y fue cuando él me volteó a ver con unos ojos que se clavaron en mí con cara de placer. El puso su mano por detrás suya tocandome la verga. Como yo traia Pans el contacto fue muy fácil, además que yo decidí bajarlo y sacarme el pito que ya estaba súper duro y mojado, para que dejara de imaginárselo y lo sintiera con sus manos de cabron.

Así estuvimos 3 estaciones más, pero se vació el vagón, quedando poca gente que nos tapara y se cambió a la otra puerta, no sin antes pasar por delante mío para acabarle de restregar mi verga por sus deliciosos glúteos.

Pasaron dos estaciones y se fue a la tercer puerta y yo a la segunda. Sin ponernos de acuerdo nos bajamos en la misma estación y se bajó hablando por teléfono, yo me puse a su lado y escuché como le decía «ya llegué a tal estación amor, llevo la leche, ahorita nos vemos, besos».

Cuando colg volteó y me vio, nos sonreímos y me atreví a hablarle, diciéndole «qué lindos ojos, me gustó ponértelos en blanco» a lo que él se puso súper rojo y, con una voz muy varonil y nerviosa, me dijo «apunta mi número y márcame para registrarte, deseo que me la metas, deseo tu verga de macho».

Yo me quedé con cara de seguridad, pero por dentro estaba que me cagaba de nervios. Nos vimos al otro día, le hice su sueño realidad, perdió su virginidad conmigo y sí, confirmamos con mis 19 centímetros que es hetero-felxible

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