🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Soy hombre, pero tengo muchos pensamientos malos; soy maduro de 46 años de edad, bajito. Tengo un cuñado que está casado con la hermana de mi mujer; nos encontrábamos bebiendo y entre copa y copa nos pusimos hablar de sexo a eso de las tres de la mañana, ya que nos quedamos solos.

Estaba tan buena la charla que ya me sentía calenton y mi mirada se iba a su bulto que también se notaba que estaba excitado; yo sentía esas enormes ganas de tocarlo y sentía que mi culo palpitaba así que me atreví a pasarme para el sillón donde él estaba sentado.

Ahí fue donde rompimos el hielo; nos miramos muy de cerca y nos empesamos a besar; me tragaba su lengua y él la mía suavemente hasta que baje mi mano a su bulto y él al mio.

Yo le fui desabrochando su camisa mientras él metía su mano entre mis nalgas; se sentía tan rico como intentaba tocarme el ano mientras yo seguía bajando hasta llegar a su bulto que estaba muy parado. Lo olí por encima del pantalón emanaba un aroma delicioso, a macho.

Desabroché entonces su pantalón y oli sus boxer, los bajé y vaya que sorpresa, estaba empapado en líquido pre seminal que sabía saladito y espeso. Mi boca disfrutaba ese sabor mientras él seguía metiendo su dedo en mi ano cada vez más dilatado.

Le bajé todo el pantalón, le lamí sus testículos, le pasaba la lengua por su ano y lo hacía gemir.

Le puse sus piernas en mis hombros rosé mi verga con la suya y él agarró mi verga con la mano y la puso en su ano así que yo empujé y se le empezó a ir poco a poco.

Nos besamos y luego de mis movimientos y por mi gran excitación al poco tiempo yo me empecé a venir. ¡Qué delicia fue venirme dentro de su rico y apretado culo!

Me retiró y entendí que ahora era mi turno de recibirlo; él se subió el pantalón, fue asu cuarto y trajo ropa interior de su mujer, muy linda, de encajes. Me desnudó, me puso las tangas de su mujer y un bra.

Luego de ponérmelos me empezó a besar por todos lados, me volteó y me chupó el culo tan rico que sentía esas ganas enormes de ser penetrado pero él solo me metía su lengua en el culo y lo chupaba. Qué rico se sentía, era algo que nunca había sentido.

Me puso en cuatro en el sofá y abrió mis nalgas y empujó duro; ahí sentí morirme de dolor y placer. Sentir cómo entra esa verga dura hasta el fondo me hacía sentir algo en mi cuerpo que nunca había sentido, me daba y me daba tanto y tan rico que me hacía gemir duro hasta que empecé a sentir cómo su leche mojaba mi culo y apretaba mis pechos.

Qué sensación más rica; luego lo sacó y me chorrio mi culo de sus mecos que salían en grandes chorros. Yo me sentía soñado; lo besé y él me correspondió; me acomodó nuevamente la ropa interior y me dijo «eres hermoso» y me besaba la verga, pasaba su lengua por el borde de la ropa interior de su mujer.

Nos vestimos, yo me quedé con la ropa de su mujer puesta debajo de mi ropa, se sentía raro pero rico; tenía mi culo mojado con tangas de hembra y por ende no se me bajaba la calentura de solo pensar lo que habíamos hecho.

Eran ya las seis dela mañana y le dije «ven, vamos pa otro lado» y así lo hicimos, nos fuimos pa un hotel y allá si disfrutamos totalmente, pues le pude modelar la ropa que llevaba puesta. Ahí me amarró y me penetro como quiso; se lo mamé, me llenó de leche mi culo, mi boca, grité como loca, me hizo cuanta cosa quiso.

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