1:00 am, vengo en mi carro vía a casa después de una fiesta de sábado como cualquier otro; ya en la vía me encuentro a aquel muchacho que siempre le he tenido ganas, un chamo de 24 años aproximadamente, de piel blanca, no muy agraciado físicamente pero con un cuerpo atlético y un culo digno de un futbolista. No desaproveché la oportunidad de ofrecerle la cola. Él venia algo ebrio, en el camino compartió su vaso conmigo y apenas y cruzamos algunas palabras. Él ya había tenido encuentros sexuales con 2 amigos mio y sabia que yo lo deseaba.
Al llegar a casa le pregunto «qué haremos?» a lo que él propuso seguir bebiendo, lo hago pasar a mi casa y lo escondo en mi cuarto ya que mis padres no lo podían ver; salgo a estacionar el carro y en eso se levanta mi padre, me atacan los nervios pero manejo la situación y mi padre se va a dormir nuevamente.
Entro al cuarto, paso el seguro a la puerta y enciendo el tv con alto volumen, él esta sentado en mi cama, sin camisa y en short, lo miro con deseo, me acerco y lo empujo hacia atrás, seguidamente meto mi mano en su short y saco aquello que tanto deseaba, un gran pene de 22 centímetros, grueso, derecho, erecto y con sus venas pronunciadas, tenia frente a mí lo que tanto quería y de inmediato me lo llevo a la boca; un rico y suave olor a sudor masculino alborota mi deseo sexual, pongo mi boca y garganta en acción proporcionandole un placer inigualabe que me lo hacia saber con sus gemidos.
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Más pronto de lo que pensé él me lo saca de la boca y me dice que quiere culito, yo le coloco un condón, y me echo un poco de saliva en mi culo para ponerme de inmediato en cuatro sobre mi cama ya listo para comenzar la faena, mientras él se queda de pie y dulcemente me mete sus 22 centímetros de placer provocando que yo suspire profundamente y él comience a disfrutar de mí, metiendo y sacando suavemente su miembro que yo tanto deseaba.
Me moría de ganas de gemir fuertemente pero solo podía morder una almohada para no despertar a mis padres, él disfruta verme retorcer pero es hora de cambiar de posición y me acuesto frente a él, reposando mis piernas en sus hombros, queria ver como ese semental me hacia suyo, y le pido que me penetre, él lo hace, y me da tan rápido como puede, su cuerpo altamente definido era un paraíso ante mis ojos, mirar ese «Dios» en frente de mí reventandome mi estrecho culo, haciéndome de él por primera vez.
Después de disfrutar mirar cómo me penetra, había llegado el momento de hacer mi trabajo, lo acuesto, me paro encima de él y me introduzco su grueso miembro, él gime mientras yo cabalgo de arriba a abajo, proporcionándole placer sin el más minimo esfuerzo; dejo deslizar todo su pene dentro de mí para hacerlo llegar al cielo, me muevo tan rápidamente que me dice que acabará.
Yo quería disfrutar esa explosión así que me bajo, abro mis nalgas y le pido que las llene de su semen, se masturba y lo escucho acabar en la entrada de mi culo mientras gotas calientes chorrean mis nalgas; me volteo y escurro su pene en mi boca para nunca olvidar su sabor, le doy una última chupada mientras me masturbó y logro acabar.
Mis padres aún están dormidos y lo acompaño a la puerta, desde entonces no se ha podido repetir aunque muero de ganas y él lo sabe.
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