De pequeño mi papá me bañaba con él, siempre solía preguntarle con respecto al por qué su pene era grande y tenía vello púbico, algo que yo no tenía y él me explicaba todo ese tipo de cosas.

Siempre me llamo la atención sus pies y sus piernas, ya que él es delgado y siempre usaba pantalón y zapato cerrado. Por lo mismo la parte baja de su cuerpo, siempre estuvo bien cuidada del sol. Iba pasando el tiempo y yo me daba cuenta que me gustaban los hombres. Cuando llegó mi pubertad empezaba con la masturbación y me gustaba fantasear con mis compañeros de clases y por supuesto con él.

En una ocasión me preguntó si ya me estaba masturbando y con pena le mentí, diciéndole que no. Pero me quedó la espinita de poder hablarle de esa nueva etapa de mi vida, y pedirle que nos masturbáramos juntos. No pensaba que eso era malo realmente, lo veía con la inocencia de mi edad.

Pues se presento la oportunidad y con mucho nerviosismo le terminé comentando lo que me pasaba y le pedí que me explicara qué es lo que pasaba con migo. Él me explicó a detalle todo el asunto. Yo terminé preguntándole si podía ser que nos masturbáramos juntos. Se lo dije con aquel nerviosismo que tenía incluso mi garganta re seca.

Me dijo que si, que íbamos a ver más adelante eso. Y sucedió en una ocasión que nos quedamos solos, me preguntó si me acordaba de mi solicitud hacia un tiempo atrás y yo le respondí que claro. Él me pidió que me pusiera pantaloneta; lo hice y el también, acto seguido nos acostamos en la cama y me pidió que me bajara la pantaloneta.

Lo hice y claro que lo tenía bien paradito. Yo era delgadito y bajito así que a la par de él se imaginaran cómo me veía. Seguidamente él hizo exactamente lo mismo y salió aquél animalón enorme, de casi 18 centímetros, grueso y blanco, rosado diría yo, con una cabeza que ya brillaba por el líquido preseminal que mi padre aventaba.

¡Qué sabroso se veía! Yo me excite muchísimo al ver que le estaba totalmente erecto también. Me la tocó y yo se la toqué. En esa ocaciòn nos masturbamos juntos, no hubo necesidad de ver nada más, con el solo hecho de estar cuerpo a cuerpo emanando calor tuvimos para venirnos. Recuerdo lo espeso y caliente de su semen cayendo por toda la cama y alcanzando a caer en mis muslos.

Pasaron meses después cuando nos quedamos solos en casa otra vez. Nuevamente él me pidió que durmiéramos en la misma cama. Así que lo hice pero yo ya estaba sumamente erecto cuando él me lo dijo.

Me pidió que lo penetrara y yo pues no sabía de eso así que me enseñó. Se untó crema en su anito y me untó crema en mi pene. Así que me fue explicando que lo hiciera poco a poquito a lo que yo accedí. Que rico sentí cuando entró por primera vez. Esa fue mi primera vez.

Lo hicimos unas tres veces recuerdo esa ocasión. Gemíamos como locos. Yo lo besaba por donde podía y él me acariciaba también. Me excitaba mucho besarle sus piernas, pies, muslos y sus nalgas. Eso me ponía super. Así lo hicimos durante años hasta que se divorció de mamá y ya no vivimos juntos.

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