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La perra de Chucho, el galán del barrio

Hola, soy Damián. Hoy tengo 24 años, soy de piel blanca, lampiño, cuerpo de deportista y mis amigos dicen que soy guapo. Me gusta verme y comportarme como cualquier otro hombre, ser varonil pues.

Lo que les voy a contar me pasó cuando tenía 15 años con un vecino de mi primo, (le decían Chucho) era conocido por ser cogelón, de hecho en la cuadra se sabía que había cogido con casi todas las chavas de la colonia, era alto para su edad, de abdomen marcado, bronceado,con una voz super sexi, se decía que estaba súper vergón por qué hacía gritar a las chavas en los callejones dónde se las cogía, y también se decía que el hijo de una señora casada era de él, es decir, un montón de chismes qué lo hacían una leyenda. Era por tal que los chavos lo respetaban, se reunían a jugar fut bol y cuando yo pasaba chucho me decía:

– psss, hey! Damián, ya dame el anillo.

Y todos se reían, al principio no entendía, pero después me dijo mi primo que chucho me quería culear,que si no quería me iba a coger a la fuerza, wow nunca pensé que un chavo cómo el que cargaba un montón de chavas, incluso se decía que se metía con dos viudas y una madre soltera, para su edad era muy caliente, nunca pensé que le llegará a gustar un culito tierno con el mío, al parecer notó mis nalgas y decidió que me convertiría en una perrita más de su colección, yo lógicamente cedería encantado, pero mi primo celoso, no me dejaba solo con el ningún momento.

Cuando había oportunidad me tocaba las nalgas y se reía, yo solo me ponía rojo y le veía la verga como se le movía en sus shorts de fútbol, se le notaba la cabeza abultada y la forma como se lo tocaba a ratos me calentaba un montón, mi primo me conocía y sabía que yo ya estaba deseando esa verga en mi culo,tanto me decía:

– dame el anillo, te va a gustar , anda.

Obviamente yo deseaba que me agarrara como su perra, pero era difícil admitirlo frente a todos los tipos de la cuadra. Fue un día de esos, iba yo llegando a la casa de mi primo que salió de un arbusto, me tomó de la cintura, me pasó su verga por las nalgas y me dijo, «no hay nadie en mi casa, los vatos van a jugar fut, quiero que cuando veas que comienza el partido te vengas a la casa, te voy a enseñar cómo coge un hombre, no como el pito chico de tu primo».

Sentía todo mi cuerpo caliente, mis orejas y cara rojas y sentía que temblaba, el tiempo no pasaba, y yo no sabía cómo esconder esta ansiedad, quería que los chavos jugarán ya y no se daban prisa, hasta que me dijo mi primo «quédate aquí, no vayas a ningún lado, total Chucho no está, se fueron todos los de su casa al río.»

El muy perro de Chucho había planeado todo y me estaba esperando para destrozarme el culo; en cuanto comenzó el partido me escapé y di la vuelta a la casa para salir por la parte trasera, me escabulli hasta la casa de Chucho. La puerta de su casa estaba entre abierta y yo aproveché para pasar. La siguiente escena pasó muy rápido pero noté como él ya estaba esperándome y cerró la puerta sin hacer ruido apenas entré. Se descontroló rápidamente, me agarró de las nalgas y me llevó cargando, casi corriendo a su cuarto, mientras yo me sentía como un bebé en sus brazotes, olía a qué se acababa de duchar, me recostó en la cama y me dijo.

– quieres ?
– si, si quiero darte el anillo que tanto me pedías
– así me gusta jotito, te voy a hacer mi perra. Esto te va a doler un poco al principio, pero después vas a querer que no te la saque.

Me puso boca abajo en la orilla de la cama y de un solo golpe me bajó mi shortcito que traía, vio mis nalguitas blancas, suaves y tiernas, yo intuitivamente arqueé mi espalda y levanté aún más mis nalguitas, lo que provocó que él se sonrió y se puso de rodillas para lamer mis nalgas, las mordisqueaba, lamía y chupaba cómo desesperado, las jugaba y las apretaba. En eso estaba cuando sentí algo en medio de mis nalgas, pensé que era su rodilla, pero cuando voltee, era una verga muy grande la que estaba entre mis nalgas, ya se le veían una gotas brillantes en la punta y yo pude sentir está humedad entre mis nalgas, olía muy rico ese líquido.

– me dejas darle primero unos besitos? – le dije – Mi primo me dijo que antes de metermela tengo que darle besitos.
– wow que bien entrenado te tienen, eso es lo que te iba a poner a hacer, venga a mamar.

Me incorporé y al verla de frente me asusté, era muy venuda y gruesa, tenía poco vello, y unas bolas muy grandes, rosadas y redondas, se veían llenas de leche, cómo las de un hombre que tiene sexo muy seguido y le crecen por la necesidad de producir leche a diario. En medio de mi asombro la tomé con las dos manitas y como pude me metí la punta humeda en mi boquita pero el muy cabrón aprovechó y me la empujó de un golpe, lo que yo me asusté por qué me dolió la garganta.

Él solo se río, con esa sonrisa un poco de lado que se le veía súper sexi, desde ahí la vista era muy buena, sus cuadros y precios los tenía muy duros y su manzana de Adán se le notaba mucho, eso me exitaba de él, alcance a ver el parecido de su verga que también parecia tener una garganta gruesa,tenia unos brazos y manos demasiado grandes, y se reía con esa voz ronca característica de su edad, tenía como 5 minutos mamando sus bolas y verga que ya estaba todo viscoso de toda la carita, mientras qué él solo hacía gemidos con esa voz ronca y me decía «qué rico la mamás, Damián»

Ahí fue cuando le dije «oye , creo que mejor no, no me va a entrar está cosota». Ahi ví el susto en su cara y de inmediato me puso boca abajo en la orilla de la cama y me sacó el short rápidamente, me abrió las piernitas, me puso la punta de su verga en en culo y antes de que pudiera gritar o decir algo me tapó la boca y me comenzó a empujar.

Yo no sabía qué hacer, pues sentia que me ardía mi culito y que se estiraba y apretaba cada vez, sentía que me iba a abrir en dos, todo mientras él me chupaba las orejas y los hombritos, y me decía, «que rico culito, apretadito Damián, siempre te he tenido ganas, una ves te vi con tu primo cojiendo a escondidas y desde entonces he querido meterte toda mi verga, quiero hacerte gritar, y escuchar tu vocecita pidiéndome más verga».

La revelación me dejó sorprendido, pues nos había visto a mi y a Andrés mi primo, pero en ese momento yo solo lloraba de dolor y de placer, aunque afortunadamente sus palabras me calentaba por lo que afloje un poco cuando me mordía la espalda y … Aaaahh … Me la metió toda, sentí como estaba todo él dentro de mi, cómo había entrado por primera vez hasta donde nadie más había llegado, sentí cada vena, cada músculo de su verga, afortunadamente lubricaba mucho y eso permitió el desliz, por lo que solo se encorbo y no se movió, yo tampoco podía moverme estaba completamente ensartado; lo había logrado, ese macho había entrado dentro de mi, sentí un leve movimiento, y comenze a escuchar sus gemidos, se estaba viniendo, y apenas y me la había metido.

Yo sentí los chorros de leche caliente, por primera vez sentía como que el se estaba quedando dentro de mi, tal vez por lo caliente que estaba, por qué no teníamos mucho tiempo o tal vez por qué era la primera vez que entraba en un culito, pero ese machote se vino rápido dentro de mi, cuando me la saco mi culito tronó, plop…

Yo tenía la cara llena de lágrimas y el culo escurriendo de leche y sangre,veía manchas oscuras, sentí que me iba adesmayar, me pasó un trapo por el culito y me dijo que de hoy en adelante era su perrita y que cada vez que él quisiera cogerme o que se la mamara yo tenía que estar ahí. Lo bonito del inicio había desaparecido, así que me sequé mis lágrimas y como pude me levanté, entonces escuchamos unos gritos en la puerta, era mi primo con los chavitos del partido que me estaban buscando, al parecer el hermano de Chucho me vio entrar en la casa y fue a decirle a los chavos después de ver todo el espectáculo.

Él abrió la puerta, mi primo entró y me sacó de la mano, le dijo Chucho que ya me había tronado, y se rió triunfante, yo como pude salí caminando, iba apretando el culito y los chavos solo me veían y no decían nada por respeto a Chucho, sentía un hueco enorme y sentía como que iba escurriendo en leche, al día siguiente me puso a mamar en una esquina mientras los chavos vigilaban si alguien pasaba, y así pasó muchas veces, había una casa abandonada dónde me llevaba y me cogía cada vez que me veía, yo aprendí a disfrutar ser su perra, a mamar frente a los chavos, y ver cómo se les paraba al ver mis nalgas que Chucho mostraba a su gusto y me nalgueaba como diciendo «esto es mío», mientras me tenía en 4 mamando.

Cuando pasaban adultos él solo se la guardaba y ya, luego me ponía a mamar por horas, yo estaba más que feliz, luego la mayoría de los chavos rodeaban mi casa por las tardes como buscandome, obviamente a escondidas de Chucho, me metí con varios de ellos, con los más guapos, y los más vergones, pero eso ya será en otra historia.

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