UN RELATO ORIGINAL DE RELARÓTICOS

Nuevamente por aquí con una nueva historia. Luego de debutar con Convertí a mi compa en pasivo voy con esta nueva.

Por aquí en la ciudad de Maturín, al este de Venezuela, hay un circuito de deportivo y de recreación integrado por llamado  polideportivo, el parque la Guaricha y el paseo aeróbico. Les recuerdo mi nombre Xavier.

Es un circuito de deportes, distracción, recreación y otras actividades al aire libre. Durante las mañanas y las tardes-noches muchas personas de todas las edades buscan las maneras de realizar cualquier actividad que los distraigas y/o ejercite que van entre caminar, trotar, correr etc,.

Había oído que igual que no todos iban precisamente a eso, sobre todo en las horas nocturnas. Ya tenía referencias de cualquier tipo de morbo en determinadas zonas ocultas o casi ocultas.

Con toda esa información y con la intención de ligar un buen morbo me dedique a cuadrar algo que llenara mis apetitos sexuales nocturno jajaja. Todo se dio durante una noche en la cual la cantidad de personas disminuían y era más efectivo hacerlo.

Caminé el circuito siempre pendiente de ver la opciones y fue cuando vi a un moreno claro, como de 1,95 de estatura, de treinta y tantos años, con porte de jugador de básquetbol, con un buen cuerpo y unas nalgas que llamaban mucho la atención, el cual caminaba y se le notaba las intenciones de ligar algo.

Dos veces paso por mi lado y las miradas se cruzaban, a la tercera lo seguí a una distancia algo alejada, cuando en un descuido lo perdí de vista, algo que me desconcertó. Lo cual me hizo de manera lógica meterme hacia una parte de árboles y ciertas malezas, que estaba a oscuras, con la supuesta intención de orinar.

Cuando me adentré a esa zona, cual fue mi sorpresa este personaje tenia a un chamo como de veintitantos años haciéndole sexo oral, algo que me encendió y me hizo agarrarme el güebo en señal de excitación.

De inmediato el mamador hizo a levantarse, algo que impidió el atlético hombre. Al mismo tiempo me hizo seña para que me acercara y participara de aquello que me tenía con el morbo encendido.

Inmediatamente me acerqué, mientras este bajaba al mamador para que siguiera en su faena, fue que comenzamos a besarnos. Luego este comenzó a bajarme el mono deportivo dejándome en bóxer y metiendo sus manos para agarrarme el güebo y comenzar a pajearmelo.

Luego hizo que el mamador se metiera mi verga en su boca y comenzara a mamármelo desde la cabeza hasta las bolas de una manera muy excitante. Mientras tanto seguíamos besándonos el moreno y yo.

Con cierto recelo comencé a tocarle las nalgas a ese mastodonte de persona con la prevención que se molestara y me quitara las manos de esa zona. Como se quedó quieto y vi que le gustaba, metí mi mano por dentro de su ropa interior apretándole con más gusto las nalgas y fue que comencé a meterle el dedo en el culo.

Comenzó ese moreno a retorcerse de cierto placer. Fue cuando pegamos los dos güebos y el mamador comenzó a mamarlos; los juntaba, los separaba, se metía uno a la boca, con el otro se cacheteaba, me mamaba las bolas, pajeaba al otro.

Comencé yo a mamarle las tetillas al moreno lo cual hizo que se estremeciera y su excitación creciera. Toda esa escena en medio de la oscuridad, entre cierta maleza y sin pensar que nos vieran, el morbo se apoderó de todos.

Entonces veo que levanta al mamador y le dice que se baje el pantalón y se ponga en cuatro; sacó un condón, se lo da y le ordena que se lo ponga a él, orden que cumplió de forma inmediata.

A la vez me dio uno a mí señalándome que me lo colocara, bajándose totalmente el bóxer y colocándose saliva con las manos en la cabeza del güebo y comenzó a metérselo al mamador. Colocándome a su espalda para que yo se lo metiera, previamente se había colocado saliva en la raja del culo.

No podía creer semejante escena, en medio de esa oscuridad con mi morbo encendido. Mientras él trataba de metérselo al otro, yo hacía igual con él. Se lo fui metiendo poco a poco, hasta que logré metérselo todo, comenzando a cogerlo, él y yo al mismo ritmo mientras él le daba al otro, yo a él de la misma manera.

«Oye que culo tan sabroso» me decía al tiempo que me apretaba la verga de una forma extraordinaria con el culo, algo que nunca me habían hecho así.

Parecía una succionadora natural que me hacía sentir a través de mi verga un placer único. Comenzamos a coger de forma rítmica los dos, algo preciso, como ensayado.

Yo le lamía la espalda, le apretaba las tetillas, le metía mis dedos en sus oídos, en su boca, estaba al borde de una excitación única.

Él lo único que atinaba a decir era «no llegues aún», algo que yo retrasaba, él no quería que eso se acabara y quería sentir el placer máximo por algo más de tiempo; yo estaba igual.

Ese culo tan buen succionador de mi verga merecía ese tiempo que pedía. Los tres estábamos extasiados, gemíamos de manera baja, para que no se oyera si podía venir alguien.

Al rato se lo saca a su pasivo trayéndome a mí a su lado, quitándome el condón y el suyo, poniendo al mamador nuevamente con esas dos vergas en su boca le ordenó que nos sacara la leche como solo él sabía hacerlo.

Comenzó éste a mamarse esas dos vergas, a pajearlas, a pegárselas de los cachetes, mientras nosotros nos comíamos a besos, yo le mamaba las tetillas, él a mí.

En eso estaba cuando comenzó a decir «me vengo», yo me concentré igual para hacerlo los dos al mismo tiempo. Los chorros de semen en la boca y cara del mamador eran grandes. La cara de felicidad de los tres eran de fotografía.

Luego de unos segundos procedimos a limpiarnos, yo lo hice de manera más rápida para salir de primero. Me sentí lleno de adrenalina, de excitación y de felicidad al mismo tiempo. Salí temblando por la excitación, el morbo, el miedo y otras sensaciones que no podría describir.

Ese morbo no lo olvidaría por mucho tiempo.     

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