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Un relato original de @PanitasVzla

Yo y mis cuadres locos… como siempre he contado me toco estudiar como a una hora en carretera de mi casa, años en los que pasé roncha que jode  como dicen. Todos los días, en ese ir y venir que a veces se complicaba y me agotaba como ustedes no tienen idea, porque de pana seré vago, morboso y todo eso, pero iba para allá a estudiar, quería salir lo más rápido posible de esa vaina.

Recuerdo que a veces salíamos a las 6pm, media hora más para llegar a la salida de autobuses y cuando llegábamos aquello full de gente, venía llegando a mi casa como a las 10 pm para salir a las 5am de nuevo a clases… vida de locos. Esta vez les contare algo que me paso una vez, una de tantas…

Estaba la profesora de algebra molesta conmigo porque perdí una evaluación, pedí que me la hicieran y ella aceptó pero puso sus condiciones, sería el jueves de 4:30 a 6:30pm…. yo le digo «¿profe, por qué tan tarde? yo no vivo aquí!» y me dijo «o  lo acepta o lo dejamos así». Desgraciada, como ella vivía como a 4 casas de la universidad.

No me quedó otra que aceptar. Ese día vi que mis compañeros ese iban a esa hora, yo con ganas de llegar temprano a la casa pero no podía irme. Entré al examen y me llevó las 2 horas completas resolverlo, bueno medio resolverlo, porque al final saqué un poco más de la mitad de la nota. «Peor es nada» pensé, así que cuando salí ya era tarde.

No había ya carritos que me llevaran hasta la parada, así que me tocó arrancar a pie para llegar a la parada de autobuses como a las 7 y algo.. y nada muchachos.

Les juro que estaba arrecho (enojado), quería llorar y lo peor es que salía un autobús pero hasta a medianoche que iba a Caracas, pero pasaba por mi pueblo antes. Era la única opción así que me fui a la entrada del pueblo y a pedir cola será.

A caminar de nuevo… llegué a la estación de servicio de la entrada del pueblo y allí me pare a pedir cola, cansado, vuelto mierda, deprimido, pensando en que rincón podría amanecer sin que me pasara nada.

Uno si pasa vainas, sé que muchos de ustedes han pasado por ratos así. De repente se para un carro Yaris azul, iban 2 hombres con camisa, uno manga larga y uno manga corta. Me dicen «¿qué pasó chamo, lo dejaron?» y le digo «algo así, más o menos».

Ellos me dicen «bueno si quiere lo llevamos, lo dejamos en la entrada allá porque vamos pa Valencia». La idea era salir de ahí así que acepté; me monté en el carro ya era bastante de noche y mi teléfono estaba descargado. Ellos iban hablando ahí, llevaban un carnet (gafete) no sé de qué, no logré ver pero trabajaban para cosas de gobierno.

En eso el que va de copiloto, moreno cabello corto y una barba muy bien arreglada, labios gruesos miró hacia donde yo estaba y me dice «y por qué tan callado papa», yo pensé de una «a estos les gusta la vaina» y les digo «no vale algo depre chamo, uno si pasa vaina en esto» y me dice el que maneja (que era moreno de bigotes, como cuarentón pero unos brazos bien formados que se veían por esa camisa) «no chamo, y lo que le falta, uno de estudiante lo que hace es pasar trabajo, pero igual se pueden arreglarlas cosas y pasarla muy bien», yo le dije «bueno lo único que me puede arreglarla noche es un buen baño y una arepita en mi casa».

El copiloto dice «te faltó lo más saludable… un par de huevos». Yo le dije «huevo a esta hora» y él me dice «claro que sí, es saludable» y voltea y me da la mano, mi reacción fue dársela también pero no sabía que iba a pasar.

Hicimos una parada, ellos se bajaron a orinar, yo no me bajé pero si me puse a verlos por el vidrio. Es que me da morbo ver a un macho meando eso me pone mal. Se sacudieron esos penes y aproveché para ver que el copiloto era bajito pero bonito y el tipo que manejaba todo un galán de pana madre reloj, la ropa, el perfume, buen cuerpo y esa cara pícaro sonriendo a cada rato.

Seguimos el camino. Aquello solo oscuro, carros iban y carros venían de vez en cuando, la típica carretera de noche y yo me sentía agotado de más. El copiloto me dice «y entonces, ya avisó para lo de los huevos» y le digo «no vale ando con el teléfono descargado».

Él me dice «pero es que no hay necesidad de avisar, aquí llevas par de huevos calientitos» y se pasó rápidamente para atrás mientras el otro manejaba. No me besó, pero ese perro se me acercó mucho. Su cara, su nariz junto a la mía mientras se desabrochaba la camisa y quedaba ese pecho peludito pero aseado total al aire.

Yo, sorprendido, no sabía ni cómo reaccionar así que lo que hice fue acariciarle un poco las tetillas, me agarró por la cintura y metió su mano por mi franela. Comenzó a acariciarme la espalda, el abdomen, la cara todo mientras yo le apretaba el bulto e intentaba desabrocharle el pantalón para verle ese huevo, ya yo estaba activado completamente.

El otro manejaba tranquilo. Le abrí el pantalón al copiloto una verga bonita, ni grande ni pequeño como 16 o l7cms me imagino, unas bolas grandes, carnosas, peloncitas, cosa que me encanta. Su verga era recta pero gruesa y estaba aun húmedo por la meada que había echado hacia minutos.

Eso no me importó y comencé a chuparlo suave, a mamarlo rico a juguetear con mi lengua, bajar a sus bolas impecables, duritas, cosa tan rica oírle gemir suave mientras que el otro seguía manejando, por el vidrio se veían era las lucecitas de las casitas y de los postes en la vía 

El copiloto metía su mano por mi pantalón , sentía como me iba dilatando el culito, lo más rico fue ver a ese macho sacar su mano de mi culo y olerla; se veía que lo disfrutaba, olía a culito rico. Metió dos dedos en su boca, los sacó babosos de saliva y volvió a meterme la mano por el pantalón enterrándolos suavemente.

Yo gemí un poco, traté de quitar su mano y él me dijo «aguanta, no te los saques». Seguí mamando mientras él me cogía con los dedos de lo más rico en ese asiento trasero.

El otro no podía unirse. ¿Quien iba a manejar después? Además no cabíamos ahí atrás. Pero fue astuto, se desvió y en una carretera de tierra que era como la entrada a una finca y ahí detuvo el Yaris.

Quedamos entre monte y monte eso oscuro húmedo porque había llovido temprano, mucha esa brisa fría típica de las noches de lluvia. Yo me bajé con el tipo y no paré de mamar. El chofer se bajó, abrió la puerta y me dijo «ven para aca».

Yo estaba con la verga tan babosa que parecía que se me iba a reventar y más porque era él, ese papi buenote quien me llamaba. Entonces se baja el cierre, dejándose la camisa, se baja el pantalón y verga, cargaba un puto calzón amarillo tipo tanga muy puto con una verga como de 20 cms que obviamente estaba saliéndose por un lado.

Cuando lo terminó de sacar me hinqué de una para mamárselo, le acaricié el abdomen por debajo de la camisa, ese tipo estaba demasiado bueno, todo ese abdomen y pecho y verle esa cara de macho sádico con esos bigotes no era nada normal…

En tanto el otro me inclinó y me comenzó a coger con los dedos de nuevo, yo me sacaba lo sacaba de la boca y lo pajeaba mientras volteaba a mirar al otro como me perforaba el culo sin compasión, muy excitado.

Así seguí mamando el tipo me lo saca me mira, yo lo miro y ha podido escupirse la verga con una saliva super espesa y me dice «cómetela», los pelos se me erizaban, me hinqué de nuevo a mamarme ese trozo ahora full baboso de saliva, mientras tanto el otro intentaba meterme el pene, corto pero grueso, así que yo sentía como me iba abriendo poco a poco y me quejaba, esas vergas así son demasiado ricas.

Fue cuando comenzó el mete y saca, me estaban cogiendo en ese monte húmedo de lo más rico y yo no paraba de mamar el madre pene negro del otro, luego me saco el penee de la boca y le digo «qué pasó». Él mira a su compañero le dijo «Listo compa, ya tiene el camino listo».

 Al parecer él acababa rápido, y entonces vino ese señor me agarró, me acostó en el asiento de atrás medio cuerpo dentro del carro y medio cuerpo afuera como arrodillado se apoyó en mi espalda, me escupió el culo y comenzó a enterrarme ese madre guebo.

Yo quería morder el asiento este tipo me estaba perforando el culo como si yo no sintiera, esa verga me entró totalmente, quería gritar, sentía esa corriente por dentro que desespera, que hace que lo que uno pida es verga y más verga. 

Estaba batiendo la leche del otro, me sacó del carro, me acostó boca arriba afuera en la parte de adelante, me abrió las piernas y verga pa dentro, el otro alumbraba con el teléfono porque el que me estaba cogiendo le gustaba ver como entraba y salía. Me lo sacaba completo y mi ano quedaba abiertote brotado carnoso, y luego lo dejaba ir completo de a golpe.

Yo estaba ya entregado, no tenia más escapatoria que aguantar tripa parejo, olía a guebo, a culo a todo junto, abría los ojos y veía era ese cielo nocturno nublado, volteaba de lado y lado y había era monte húmedo, que noche aquella. 

El carajo siguió dándome así hasta que gimió fuerte acabándome adentro uniendo su leche con la de su pana en mi culo. Duro un rato con el guebo adentro cuando acabo. Lo fue sacando poco a poco mientras a mí se me iban parando los pelos de nuevo, que rico se siente eso, sentir como suavemente va saliendo.

Buscó el teléfono para alumbrarme el culo y comencé a pujar y poco a poco, sentí como iba saliendo la leche, baba, todo ese fluido chorreándome las nalgas y dejando las marcas de la en esa parte del Yaris azul. 

Me busco toallitas húmedas, me limpió el mismo, y limpió el carro. Ellos se arreglaron de nuevo sus camisas, se las metieron por dentro y ahí vi que no eran carnets sino más bien como chapas cuadradas de funcionarios, que morbo veo como se acomodan un arma en la cintura y al final resultaron ser detectives o algo así, con razón estaban tan ricos esos perros. 

Me dejaron donde me dijeron, se despidieron de mi de lo más buen pedo posible, «se cuida galán» me dijeron esos perros,caminé como media hora pero ya cerca de casa, las piernas me temblaban, el culo lo sentía aun dilatado full.

Cuando llego a la casa mi mama casi llorando asustada, me bañe, comí  y me acosté demasiado cansado. Al siguiente día tenía que ir a la universidad y dije «que coman mierda, yo no voy a ir».

Estaba agotado cansado y de pana un el culo me dolía. Qué cosa más divina las que uno vive por ahí, inesperadas, gracias Dios ya es pasado ya no me toca andar en esos autobuses así llevando, al final valió la pena el sacrificio.

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