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Un riquisimo viaje en tren

Me acarició la cola y sus dedos se metieron en mi ano. Fue hermoso. Dedos fuertes y ásperos que gracias a mi calentura entraban sin problemas, siempre tengo crema puesta en la cola para evitar lastimarme porque mi piel es delgada, así que recibí una dedada de tres firmes. 

Cuando estuve con un chico muy chico

Ya con mi calentura al cien, no aguante y me la metía de golpe a lo que este dejaba salir muchos gemidos suaves, aun estando en la escuela, sin importar que nos vieran los profes.

La primer mamada del año

Me sacó de pedo y nomás veo que se cruza la calle donde hay una bodega de chile y al costado de ésta el camino hacia el canal de riego por lo que al no haber casas está todo oscuro así que luego de esperarme un rato me lanzo sin ver ni madres pero con la adrenalina a tope.

Mi primo mayor, el sargento retirado

En los bajos mundos de los elementos que poco llegué a conocer me comentaron su apodo le decían «el nalgón». Eso me excitaba porque lo comparaba con Cristian Mendoza, solo del volumen de nalgas lo demás nada que ver jejeje.

Mi enfermero favorito 2

Bajaron la cama y Jaime me metió su pene en la boca, yo era atendido en los dos frentes, Paco tenía sus manos llenas de aceite, y metió un dedo en mi culo, me hizo gemir de placer.

Mis experiencias como repartidor de comidas – 2

Cuando entre estaba ahi sentado en el sofá totalmente desnudo y con la verga bien dura y lubricando. Apenas y cerré la puerta me arrodillé ante él para meterme esa rica carne en mi boca.

Mi primo me enseña a jugar a las escondidas

Luego me bajó el short y me dijo que mis nalgas eran hermosas, blancas y rosadas, sin vellos y paraditas, entonces se paró junto a mi y me dijo «agáchate, que no te vayan a ver» y yo lo hice, él se paró frente a mi y sacó su pene erecto que era como de 16 centímetros más o menos.

Reencuentro con mi amigo

— Espero que aguantes que porque son años de no verte y mi verga, ya sabes como la pones – Solo le dije que si.

Con Fermín, el popular del Bacho

Así que entró y lo seguí, al llegar noté que ya estaba con la verga de fuera pero estaba nervioso al igual que yo, entré, cerré la puerta y acomodé mis cosas para que no notarán que estábamos dos ahí.

El capataz de mi rancho

Tranquilo chiquito, esa es la prueba de que fuiste una buena hembra, es mi leche con algo de sangre. Ahora me perteneces y cada vez que lo necesites aquí estaré para darte la leche que tu culito ansía.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.