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Complaciendo a tres negros

Yo miré a Luis con su verga en mi boca, como diciéndome «deja que hagan con mi culo lo que les de la gana». Luis entendió y me dió una rica cachetada y me dijo «eres una asquerosa perra». Luego escupió mi cara, sacó su rica y gruesa verga de mi boca y me escupió dentro de ella y luego otra vez en la cara y con su mano restregó su saliva por toda mi cara e hizo que volviera a meter su verga en mi boca.

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Dándole placer a todos

En medio del camión había un potro de estos de hacer gimnasia, y todo al rededor pijones enormes apuntando hacia el centro del camión, me agarró el camionero y me tumbó sobre el potro, dejando mi culo al placer de todos.

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Tres jóvenes hermosos solo para mi

Eran más altos que yo, rondando el metro ochenta, y los tres vestían con bermudas, algo bastante común en aquella época del año en La Paz (Mendoza). Uno de ellos abrió el maletero y sacó una gran toalla que extendió en el suelo, pidiéndome que me acercase para comenzar con el juego.

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