Relatos eróticos gay en español
Inmediatamente Miguel se emocionó al respecto, yo tenía algunas cosas comprometedoras en la galería, pero no quería dejar pasar la oportunidad de cinco puntos, así que desbloqueé mi celular, abrí la galería y se lo pasé a Miguel, mientras los demás empezaban a contar en voz alta hasta sesenta.
En ese momento Luis abrazo a Ale y como él quedó dándome la espalda, Luis empezó a tocarle las nalgas a Ale, eso me calentó tanto que mi verga se ponía dura. Luis le bajó el pans a Ale y se empezaron a besar así de la nada; Luis echó una mirada como diciendo: «Mira que rico… ven únete»
Luego se metió la mano en su trusa y la sacó para luego acercarse a mi y ponerme el dedo en la nariz diciendo que esa era el verdadero olor que buscaba en sus trusas, olor a verga.
Ahora que tengo 16, y tras la muerte de mamá, me obsesiona ir al cesto de la ropa sucia y sacar los calzoncillos usados de papá (con quien vivía yo solo), para olerlos y demás. Mi vida cambió hace dos noches.