... ...

Por culpa de papá

El vecino solo decía «eres mio por fin» y me preño hasta llenarme el culito de leche, luego me dejó y se volteó yo solo llore no se si de asco o gusto y dolor pero ya no sentia gusto por las mujeres ahora tenia pensamientos raros.

Jugando a las escondidas

Ellos no sabían que decir a lo que yo le dije a mi tio si podía taparme con su frasada él me dijo que no pero le rogué y me metí entre su frasada y mi hermanito empezó a buscar yo debajo de la frasada pude sentir que mi tio estaba sin trusa y con su pene duro.

Cumplí mi fantasía con mi tío

Yo decidí ofrecerme a desvestirlo para que durmiéramos cómodo, y él aceptó, era mi oportunidad de ver realizada mi fantasía, inmediatamente empecé a sentir que se me paraba, estaba quitándole la ropa al hombre maduro que desde años me tenía loquito.

Un trío en familia

«Lo sentimos por lo que acabas de ver, eso lo llevamos haciendo hace mucho tiempo, ahora que lo sabes espero nuestra relación no cambie» dijo mi hermano.

El semental de mi papá

Me perdí un poco mirándolo, sobre todo sus pies delgados, con dedos y uñas bien formados, que estaban uno encima del otro y que también se habían descubierto cuando jaló la cobija.

Costa Rica, mi primo y yo

La siguiente noche mi primito ya no se anduvo con medias tintas, desde que apagó la luz del cuarto me bajó la pantaloneta y se puso a m4marme la verg4.

Con mis dos primos y el vecino

En esa época mi familia y la de mis primos, hijos del hermano mayor de mi papá, vivíamos bien cerca, a escasas diez cuadras de distancia, por lo que el estar de visita en su casa, o ellos en la mía, era una actividad bien normal. Así comenzó mi despertar sexual.

Mi tío y sus fetiches

Me encantaba ver a mi tío trabajar, con sus playeras ajustadas y sus botas de trabajo, con un sombrero de paja viejo que utilizaba para cubrirse del sol, como su color de piel era muy claro, con el trabajo se ponía rojo y el sudor recorría su piel.

Mi tío sádico

Mi tío se llama Antonio, tiene 43 años. Tiene un cuerpo rico, pelón, con barba algo espesa y vellos en el pecho. Nada panzón. Aquella vez me fue inevitable verle el guebo, era gigante.

Vacaciones con mi hermanastro

Pasaron unos minutos y todo parecía ir bastante seco, yo seguía a full con mi erección. No sé me bajaba por nada del mundo. Hasta que en eso mi hermanastro me dijo «¿Me tallas la espalda?».

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.