Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Debo de decir que me he excitado con mucho relatos de primos, pero mi experiencia ha sido mayor pues he estado con varios primos, pero Carlos, con quien me llevo aproximadamente 5 años y que es con quien más me ha llenado.

En aquel entonces tendría unos 25 años, gay abiertamente ante la familia, pero no afeminado, macho hasta cierto punto, mi familia viene de un pueblo de las fronteras con EUA por lo cual vamos a visitarlos de 2 a 3 veces al año. En ese pueblo el común denominador es el alcohol, todos los días abunda, mi familia es parte de ese común.

Siempre que vamos nos quedamos en casa de mi tía, el ver a Carlos, ¡Dios! Me mata, le tengo mucho cariño ya que es el hermano que nunca tuve. Varias veces de menor edad jugué con él mientras dormía sin llegar a más.

Una de esas veces se me resbaló la trusa mientras le miraba el pene duro bajo esa trusa y solo vio y se volvió a dormir. Cuando llegó el clímax que tenía yo 25 años, como siempre llegue al pueblo y después de saludar a toda la familia él ya me esperaba con el asador prendido y listo para hacer la pachanga donde ya estaban varios de sus amigos y primos de nosotros.

La noche transcurrió normal cenamos y seguimos pisteando (tomando) cuando ya estaban todos tomados ya poco a poco se fue retirando y quedamos solo él y yo.

Me dice «Primo ya no tenemos cheve ya vamos a meternos» a lo que yo, algo tomado y tomando valor le dije, «pues vamos a mandar pedir más aquí a la vuelta está mando» (Armando) me dijo “va” cabe aclarar que los dos somos de carrera larga para tomar y apenas eran las 2 de la mañana.

Le gritamos y salió despavorido ya que le dimos aparte unos 300 pesos para que buscara un “pase” y le pedimos un 18 más para tomar. En lo que iba estábamos platicando y terminando la cheve que nos quedaba, el caso es que yo ya andaba algo tomado aún y después de vomitar un poco para aguantar más, le digo «oye… al chile primo… me quede con ganas de tu amigo Arturo”.

Y él me dice «ah cabrón… ¿se te antojó el?» a lo que le respondí qu sí, y es que durante la borrachera, para ir al baño o a mear cómo decir acá nos vamos a un solo lugar y aún en la sombras le veía a Arturo una buena verga y eso fue lo que hizo que me fijara en él.

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Me dice mi primo «pues está cabrón porque no creo que le entre primo» y en eso vi que se agarraba la verga y le dije «Bueno, ¿y qué? Cuando me dejarás a mi comérmela», él solo se rió y me respondió «nombre primo somos familia, eres casi mi hermano para hacer esas cosas ne yo paso… si sigues así mejor me meto ya». Típico de heteros que se sienten ofendidos.

Yo le dije «relax no te voy hacer nada»; total llegó este chavo, nos dejó las cheves y el perdido. Pasadas las 4 de la mañana me dice, «primo voy con una vieja que me anda mandando mjes, nos vemos en un ratillo».

Tomó sus llaves y se va, y la verdad dije «me voy a meter» pero quedaban aún dos cervezas de lo último que nos trajeron y dije «mejor me las tomo» y como buen alcohólico seguí un rato más.

Casi a las 5 de la mañana regresó mi primo bien enojado “no mames pinche vieja andaba en sus días y ni madre y me dejo prendido” a lo que le dije «ni pex primo, a Manuela le debes de hablar» (masturbarse).

Él se rió y me dijo «voy a mear»; para cuando dijo eso, siendo sincero, pasados 2 minutos fui a lo mismo, me puse casi a lado de él y los dos estábamos en lo mismo cuando veo que termina y seguía con la verga de fuera, cabe recalcar y describir qué es hermosa, de unos 16 cm dormida, sin circuncisión cabezona.

Viéndola me armé de valor a lo que le digo «presta no seas gacho». Él enojado me dice «no mames» pero yo me decidí así que lo agarro con valentía contra la pared y le digo «no seas así, te he encubierto en mil y un cosas, me la debes, de perdido unos besitos»

Ni deje que terminara y aún con gotas de orina se la empecé a mamar y poco a poco comenzó a tomar tamaño. Yo veía su mirada cuando volteaba a ver hacia arriba para ver la reacción de ver a su primo con su verga en la boca. Estaba enojado pero con una cara de caliente que no podía con ella.

Su trozo tomó un tamaño mayor a los 19 cm y yo solo estaba más que satisfecho de tener esa verga en mi boca. Estábamos en una jardinera en la esquina de la casa donde solo entraba poca luz de la calle y yo solo escuchaba cómo gemía despacio para no hacer ruido.

De la nada me levanta y me planta un beso y me dice «solo beso cuando ando prendido con los putos» y así siguió hasta que me bajó de nuevo a seguir mamando.

Seguí haciendo mi faena por un buen rato hasta hasta que sin avisar me los aventó en la boca con tremendos y espesos chorros de leche los cuales me tragué completos, sin dejar una sola gota por desperdiciar.

Yo no me vine, quería dejar ese regalo para mi. Terminado se fajó de nuevo y nos metimos como cómplices a la casas. Para mi buena suerte, después de eso pasaron muchas veces más, siempre después de que todos en la peda se iban y nos dejaban solos.

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