Tengo 29 años y esto me pasó a los 26. Soy alto, mido 1.76, varonil, atractivo y nalgón (sin caer en lo grotesco) A mi edad sigo luciendo muy joven, muchos dicen que parezco de 17.

Yo vivo en México D.F. a 3 cuadras del metro Constitución de 1917 y en aquel entonces trabajaba en la zona de Polanco y entraba a las 2;00 am por lo que tomaba el último metro de las 12 de la noche para llegar a las 2:00am al trabajo en Polanco.

Un viernes por la noche que se me hizo súper tarde, desperté a las 11:45pm. Al darme cuenta de la hora me levanté bien apurado y ya ni me bañé. Tenía 10 minutos para alcanzar el último metro.

Me puse unos jeans ajustados y una chamarrita de zipper, súper pegadita y cortita. No me puse playera por lo que se me veían los pocos vellitos que tengo en el pecho. Me peiné, me lavé los dientes, tomé mi cartera y mi BlackBerry y salí volando hacia el metro.

Al pasar los torniquetes de la estación vi como se me iba el último metro así que decidí tomar un taxi para llegar al trabajo. Al salir, revisé ambas salidas y al ver una patrulla opté por ese camino.

Me paré justo frente a la patrulla y noté que había dos policías, lo que me hizo sentir seguro. Hice la parada a 6 ó 7 taxis pero todos me querían cobrar más de 200 pesos por lo que seguí esperado hasta que llegara uno que me cobrara con taxímetro.

De repente sale de la patrulla un policía cincuentón y me pregunta:

– ¿Qué, nadie te quieren llevar?
– No, es que me cobran muy caro
– ¿Y eso? ¿Hasta dónde vas?
– Hasta Polanco
– ¡Uchalas mano! ¿Y no traes dinero o qué?
– Si, pero dicen que a estas horas ya nadie cobra con taxímetro y se están mandando con la tarifa
– Mmmm deja le pregunto a mi pareja si te podemos acercar un poco para que te cobren menos.
– Ok gracias.

Se fue a la patrulla a hablar con su compañero y pensé: «que chido, ojalá y me lleven para pagar menos»

En eso sale el otro poli, de 40 años, alto, delgado, unos brazotes… a pesar de que estaba oscuro, se veía galán. Obvio me gustó pero actué como si nada. Se acercó a preguntarme:

– ¿Para dónde vas chamaco?
– A Polanco
– Mmmta, pues ¿qué vas a hacer hasta allá, vas a la fiesta o qué?
– Voy a trabajar, es que me quedé dormido y se me fue el último metro.
– ¿En dónde trabajas que tienes que entrar a estas horas? ¿Eres prostituto o qué? Jaja
– No, es que trabajo en………
– Mmmmm ¿y para eso te vistes así?
– ¿Cómo?
– Mírate chamaco, con esas nalgotas si te andan dando violín, no mames…
– Jeje… este… jeje, no creo que alguien de atreva. (Desvié la conversación) A ver si alguien me cobra con taxímetro.
– No creo. Ya es muy tarde. Ahorita te acercamos. No se vayan a querer pasar de listos contigo chamaco.
– ¡Ehhhh! Gracias.

Me abrió la puerta de atrás y me subí. El poli más grande conducía y el guapo se fue de copiloto. Cuando íbamos por la avenida Ermita se metió en una calle oscura y le dije que nos estábamos desviando mucho. Me contestaron que era un atajo.

De pronto se detiene la patrulla en una calle oscura y sola. En ese momento pensé: «ya me cargó la chingada» creí que me iban a asaltar o a pegarme. Quise salir de la patrulla pero no pude abrir la puerta.

En eso se bajan los dos polis, el mas viejo se quedó afuera a fumar y el poli guapo se pasó para atrás conmigo…

-¿Qué pasó?, ¿Por qué nos detuvimos? Vámonos porfa, es que se me va a hacer bien tarde.
-Ahorita morro ¿A poco creíste que el viaje te iba a salir gratis?

Eso fue como un balde de agua helada, sentí un miedo terrible, creí que me pegarían o me quitarían mi cartera y mi BlackBerry. En eso pone su mano en mi entrepierna y me dice:

– No te preocupes chamaco, no te voy a hacer nada malo. Desde que te va ahí parado me dije: «Esas nalgotas tienen que ser mías»
– No, por favor déjeme ir, se lo suplico, tengo que llegar a mi trabajo, sino me van a regañar por llegar tarde…

Hasta ese momento no había caído en cuenta de la situación tan conveniente en la que estaba y que debía aprovecharla (era más mi preocupación de que mi jefe me regañara por llegar tarde jaja) Llevó mi mano a su paquete y me dice:

– Siente todo lo que te vas a comer ¿Apoco no se está rica?
– No, porfa déjeme ir, ahorita me voy solo… (Comenzó a besarme el cuello)
– Pues ya te chingaste. Quien te manda ponerte esos pantalones apretados con semejante culote…
– No por favor, en serio se me va a hacer tarde
– Me vale verga putito, no te vas hasta que me bajes la calentura.

Traté de abrir la puerta pero me jaló de la chamarra y me dio una cachetada tan fuerte que me hizo ver estrellitas…

Se bajó el zipper y se sacó la verga de unos 18 cm aprox., rosadita, circuncidada y cabezona. Al verla reaccione ante tal manjar y comprendí mi situación «Cogida y viaje gratis… que chido» pensé.

Me tomó m de la nuca e introdujo su verga, aún flácida, a mi boca.

La verdad me dio un poco de asco mamársela, él se dio cuenta de que no quería y eso lo alentó más a obligarme a tragar su trozo de carne que poco a poco fue poniéndose tieso, por lo que me dispuse a gozarla y darle una muuuy buena mamada. Me agradó que olía a limpio, así que mamaba con desesperación mientas él metía su mano por debajo de mis jeans y mi bóxer masajeando mis nalgas.

En cuanto comenzó a introducir su dedo mi culo me estremecí de placer y se la mamaba con más ímpetu. Él se dió cuenta y me dijo:

– ¿Te gusta que te den por el culo verdad putin? ¿Te encanta la verga verdad?
– Ajam…
– Ponche joto

Seguí mamando no se por cuanto tiempo hasta que me detuvo jalándome del cabello.

– Ya porque vas a hacer que me venga muy rápido. Bájate los pantalones

Yo súper excitado me hinqué en el asiento y desabroché mi cinturón y mis jeans cuando siento que me baja los jeans y el bóxer de un jalón para después bajar el zipper de mi chamarra. Comenzó a lamer y morder mis tetillas al mismo tiempo que masajeaba mis nalgas con desesperación y me decía:

– ¡No mames! que rico estas chamaco, pinches nalgotototas!!

Me tenía ahí expuesto para él mordiendo mis tetillas, apretando mis nalgas y metiendo su dedo en mi culito. Yo estaba en la gloria gozando de aquel placer que este cabrón me estaba dando. Yo por mi parte me aferraba a su cabeza y su cuello con mis brazos.

Cuando de cansó de manosearme, me pidió que me pusiera en 4 patas. Me quité los jeans y el boxer mientras él se ponía un condón, separó mis nalgas y escupió en mi culito:

-Ahí te va…
-Ajam si si…

Sentí como puso su verga en la entrada de mi culo y metió la punta. Esa sensación de la punta de su verga abriéndose paso en mi culo me tenía extasiado. Esperó unos segundos y de un chingadazo me la dejó ir todititita. Sentía un dolor y ardor en el culo horribles. Me agarré del asiento y de su pierna y le dije que se esperara porque me dolía pero no hizo caso. Se quedó ahí dentro por unos segundos, luego vino lo feo; unas embestidas horribles.

El ruido de sus huevotes chocando con mis nalgas me exitaba bien cabrón aunque a la vez sentía mucho dolor. Como me estaba lastimando mucho, traté de empujarlo hacia atrás poniendo mis manos en sus piernas pero no funcionó. Me dio una nalgada bien fuerte y me dijo:

– ¿Te gusta? ¿Ehhh? ¿Te gusta?
– Ayy si pero me duele bien cabrón…
– Pero si ya te la comiste toda putito, no mames…
– Ay, si me gusta pero nunca me habían metido una así de grande y gorda
– ¿Ah no? Ahorita vas a saber lo que es un hombre.

Por la fuerza de las embestidas comencé a sentí más dolor en el culo así que le pedí nuevamente que parara porque me estaba lastimando pero no hacia caso. Intenté salirme abriendo la otra puerta pero estaba cerrada y al darse cuenta me jaló de las caderas y me ensartó bien. Pasó sus brazos por debajo de mis hombros para atraparme y que ya no me safara. Fue ahí que empezó a cogerme mucho más fuerte. Yo estaba gozando de «la cogida de mi vida» como no tienen idea… gemía y gemía de placer mientras él me rompía el culo, con sus manos sujetándo mis hombros me besaba el cuello cuando me dijo al oído:

– Cuando ya no quieras me dices ¿va?
– Ayy ayyy si, síguele, síguele. Yo te aviso.

Estuvimos así por unos 15 minutos y en eso recordé que ya era tarde y le dije:

– Ya
– ¿Ya?
– Ay, su porfa ya
– ¿Ya?
– Si porque ya me tengo que ir y ya me duele mucho
– Pues ahora te aguantas marica…

En vez de detenerse me siguió cogiendo más rápido y más fuerte, le dije nuevamente que me dejara y sólo se reía.

De repente se detuvo, se salió de mi culo y se sentó, yo también me senté. Tuve una gran sensación de alivio y satisfacción. Le dije: 

– Ahhh no te pases… pinche cogidota jaja 

Volteé hacia abajo a buscar mi bóxer para vestirme y sin darme cuenta, me tomó de los tobillos con fuerza y los subió a sus hombros. De esa forma tomó mis piernas rápidamente, me atrapó muy bien y comenzó a cogerme en la posición del misionero. En ese momento les juro que ya no quería, ya me ardía el culo así horrible, por lo que le supliqué que ya me dejara ir.

– Ay ya por favor, déjeme ir… ya no aguanto, en serio.
-¿Qué, creíste que ya había acabado? Ahora viene lo mejor.
– Espérate, no ya no porfa, ayyyy es que en esta posición duele más

No hizo caso y siguió taladrándome. En mi desesperación comencé a gritar y pedir ayuda. En eso se asomó el otro poli y le dijo:

– ¡No mames wey! Lo estás lastimando…
-Ábrete a la verga wey

Continuó cogiéndome salvajemente, sin embargo, llegó el momento en que empecé a sentir bien rico, más cachondo… me besaba el cuello, me lamía la cara, las orejas y las pantorrillas. Con sus enormes manos apretaba mis pechos con tremenda fuerza.

De pronto comenzó a cogerme más rápido y duro hasta que sentí como su verga se ensanchaba y como su leche caliente entraba en mi culo. Yo estaba en la gloria viendo los gestos de placer que mi culo le provocaba. Eso me calentó bien cabrón y comencé a masturbarme hasta que me vine sobre mi estómago. Se quedó dentro de mi un rato, luego se safó y se sentó junto y me dijo:

– ¿Te encuentras bien morro?
– ¿Ahh? (No me salió la voz pues estaba entre nervioso, tembloroso y extasiado)
-Perdóname chamaco, es que estaba bien caliente, ¿Te lastimé?
– Essssteee algo (apenas y podía hablar después de tremenda cogidota)
– Chale, creo que ahora si me pasé de verga. Hasta mi valedor se asomó. Ándale, vístete y ahorita te llevamos a tu trabajo chamaco.
– Ajam…

Se estaba limpiando la verga y vistiendo mientras yo me deleitaba observando su vergota, sus brazos y lo que se asomaba de sus nalgas. Estaba muy bueno el cabrón

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