Desde muy niño me llevaba muy bien con mi abuelo que me cuidaba. Mis padres eran profesionistas, uno médico y mi mamá psicóloga por lo que nunca estaban en casa y viajaban mucho así que siempre éramos mi abuelo y yo. 

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Él prácticamente me cuidó desde niño y ya en la adolescencia, por un accidente vehicular, estuvo en cama por tres meses. Fue cuando lo conocí en pelotas por qué lo ayudaba a Bañarse. 

De cuerpo está muy bien, solo tenía pocas arrugas en la cara pero lo demás era muy hot, de piernas grandes, sus pectorales un poco caídos y poco de panza o barriga. De buen tamaño su verga 19 CM muy gruesa y negra.

Me decía que era natural el masturbarse y lo hacía enfrente de mí sin pudor, al natural. Claro que me llamó la atención, para qué sirve, cómo se hace, qué se siente y a qué sabe. La tercera ocasión que le preparé el agua para que se bañara en una tina para dos nos metimos y me dijo que le ayudará que le dolía la mano.

Fue como poco a poco sentí que se puso dura en mi mano, como iba creciendo a cada jalada y pronto tenía que usar las dos manos y el glande volando recuerdo que sobresalía del nivel del agua con gotas de agua escurriendo muy jugoso y firme.

Fue ahí que empecé a mamar, cómo era novato lo quería hacer todo rápido pero me sofocaba pero mi abuelo me fue enseñando el ritmo adecuado. Él tenía 48 años y lo tenía yo dentro de mi boca; fue cuando sentí palpitar y expulsar su semen en el agua vi como se diluye todo.

Dijo “a pesar de tus 11 años lo hiciste muy bien Luis”. Dos años estuve mamando la verga con garganta profunda y en todas partes de la casa. La que más me gustaba estaba debajo de la mesa mientras él comía o hacía otra cosa. Le llegaba por debajo y me tragaba toda su leche. 

En un fin de semana, llegaron mis padres dándome la noticia que para la secundaria sería un internado en la ciudad de México que era bilingüe y, según esto, era de lo mejor. Me despedí del abuelo y me fui. 

Al pasar los años y con la leche que me tragué me ayudó hacer un cuerpo de gym muy bien formado. Era la envidia de la colonia donde vivía. Cuando regresé tenía muchas citas organizadas por mi madre, pero para mi lo que me interesaba era ir con el abuelo ya que estaba en el asilo a donde se fue por decisión propia y para ya no escuchar a mis padres pelear.

Cuando mi madre tomó un viaje de dos semanas y papá estuvo ocupado, me fui directo al asilo. Era muy bonito y amplio con jardines y muy bien atendido. Al reencontrarnos fue excelente casi estaba de su estatura pero con la mitad de musculatura de él y unas nalgas paraditas.

Muy muy feliz que se puso el abuelo de verme; platicamos por horas cosas comunes hasta al atardecer. Ya era hora de terminar la visita y fue cuando me invitó a quedarme en su cuarto para que lo conociera. 

En el transcurso del camino todos lo saludaban y era muy querido. si había personas que necesitaban más ayuda médica y otros servicios de un asilo pero hay personas cómo mi abuelo quien están mejor en ese lugar que con su familia. 

Recuerdo que a uno casi de su edad le decían Jetas porque siempre estaba enojado y por todo se quejaba, me prestaba mucha atención y me apoyaba en todo. Ese día le habló el abuelo para tomar café. Entre dientes me dice “aver si le quitas lo amargado a éste”. 

Me sacó de onda pero íbamos entrando a su cuarto, muy amplio, con sala de estar, mirador, baño propio y una king muy bonito el lugar con su frigobar propio. Nos sentamos en unas sillas cómo de comedor, el abuelo frente de mi con las piernas abiertas, se veía que le había crecido el paquete pero por la edad, eso creo, para romper el silencio sacó la baraja.

Al cuarto juego dice “ya estuvo suave si te ganamos se la mamás a Omar, el gruñón” con risa morbosa y su amigo sacado de onda pero ansioso. Perdí y mi abuelo dijo “ándale, sácatela, aver si se te sale lo amargado” muy apenado deja ver un pene flácido de 13 CM negro con pocas canas con una gota de orina.

Yo tenía que cumplir con el castigo así que me incliné en medio de su piernas delgadas pero largas aún dudando, el gruñón ya tenía su cara de enfadado por qué pensó que no lo haría. 

Por detrás el abuelo me tomó de la cabeza me atasca toda la cara entre su pene y sus huevos del amargado de Omar que se sorprendió por la acción. 

Al querer tomar aire con la boca entró la cabeza negra del amargado y mi abuelo empezó a marcar el ritmo moviendo mi cabeza adelante para atrás. La verga aquella empezó a disfrutar el placer tomando un grosor de 5 por 24 CM hacia la derecha. Cambió el semblante del amargado quien se encargó de la silla para que siguiera succionando todo.

Mi abuelo me levanta del culo, me descubre mis nalgas lampiñas y tersas y con su carpa me da tallones y empieza a salivar todo mis glúteos blancos. Entonces empecé a sentir calientes una ansiedad de que me penetrara una verga. 

Aproveche la verga que ya estaba con mucha saliva enfrente de mí, que cambie de posición poco a poco y me fui sentando arriba del amargado Omar. El abuelo me tomó de la cabeza pero no antes de ver cómo mi espalda partida se iba comiendo el trozo de carne hasta que mis glúteos quedaron arriba de sus piernas.

La verdad no me quería mover, me sentía muy abierto y con dolor, así que hice ejercicios de respiración y empecé lento, suave, a tener penetración intensa. Después tome la polla del abuelo y me la trague de un bocado.

Estuvimos sincronizados por un buen rato hasta que el gruñón expulsó su amargura dentro de mí dejándome muy abierto y a pesar de que era la primera verga fue excelente. Terminamos tomando la leche del abuelo. 

Terminamos dormidos en su cama a las seis de la mañana, me despertaron. Me taparon con una bata de baño, lentes y cubre bocas. me explicaron cómo el asilo es muy grande como mucha gente parece pueblo y tienen poco personal que se dedican a ver a los enfermos y los que están bien de salud los dejan estar como en su casa muy poca supervisión. 

Nos fuimos caminando aprisa por el pasillo y llegamos a los baños de vapor donde me quitaron la toalla. Dentro de la habitación había un inmenso calor que se sentía que ni podía escuchar y muy poco ver dentro de lugar, por el vapor. 

Pero fácil más de 10 personas había y Si era tierno muy nalgon mi abuelo jaló un banco de madera acojinado y me puso en cuatro parándome el culo. Él fue el primero en penetrarme enfrente de todos generando un clímax de deseo.

Se facilitaba la penetración por el vapor y agua que escurría de sus mismos cuerpos con el deseo y el morbo que disfrutaban uno tras otro, unos más vergones y gruesos que otros. Había de todos los tamaños y algún panzón que me la ponía arriba de mis nalgas mientras me penetraba.

La mayoría se vino dentro de mí y sentía escurrir el líquido por mis piernas. Esperé un rato con mi abuelo y me bañé después para regresar a su habitación, se hizo lo mismo para que no me vieran, me cubrieron de pies a cabeza.

Al llegar a la habitación estuvimos platicando, me dijo que sin ningún problema las vacaciones las pasaría con él si quisiera. Pensé por un rato pero aún estaba muy caliente por el vapor y la piel algo pegajosa.

Caminé por la habitación y me sentía más nalgona, con las caderas grandes. Me vi por el espejo, bien rojas las nalgas, también el culo pero no me dolían. Me puse mi tanga blanca. Tocaron el timbre otros dos abuelos conocidos por el abuelo. No los esperaba, pero no lo buscaban, me buscaban a mi con dinero en mano y obsequios.

Sin pensar dije pasen y al verme me dicen “La verdad estas muy bueno y nalgon” camine con la bata de baño al tamaño de minifalda y me subí a la cama. “Vamos… a lo que vinieron” dije haciendo mi tanguita aún lado.

¡Nombre! unas deslechadas que le daba a mi abuelo y sus amigos que no querían que me fuera y aunque ganaba bien, yo tenía que seguir con mis estudios.

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