🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥
Salíamos a las seis de la mañana a obscuras en un tractor mi papá, mi hermano, mi tío y yo. Leugo de un rato terminamos de juntar leña. Eran como a las tres de la tarde cuando mi papá y hermano se fueron de regreso en el tractor.
Entonces mi tío y yo nos devolvimos en el remolque sobre la leña con unos costales para evitar lo incómodo de las ramas. Mi tío era divorciado a sus 44 años panzón, barbón, cada que podía me daba una nalgada o me agarraba un pectoral con una mano diciéndome «estás bien chichón o nalgón» dependiendo. Lo hacía en forma de juego.
Regresando a ese día que íbamos casi a costados y por el camino irregular el tractor avanza lento y con mucho ruido. Yo sentí esa mirada de mi tío. De la nada dice «tengo ganas de orinar» y se sacó su verga.
No pudo orinar, me ayudas regresando acomodando casi en mi cara, se la mame era de un tamaño considerable y grosor regular. Se la jalaba con la mano y iba jugando con la cabeza de lo excitado y emocionado no aguanto mucho y se vino en mi mano manchando se pantalón. Al llegar por pena que lo vieran se fue sin despedirse y nadie lo vio.
A la próxima semana me encontraba solo con camiseta de tirantes y boxer, tocaron la puerta era mi tío a la mejor sabía que estaria solo. Me dio un abrazo y como está chaparro a la altura de mis tetillas su nariz quedaba en medio y mis pectorales que se veían como senos.
Se quedó un rato abrazándome. El tirante me lo movió a un costado y estuvo mamando me la tetilla moviendo sus bigotes provocando cosquilleos en mi. Me quise soltar pero no pude. Él era más fuerte.
Se puso aún más lujurioso y se pego a mi. Ya excitado empece a disfrutar como con sus manos apretaban mis pechos lampiños. Entonces me acostó en el sillón se desnudo.
Estaba muy velludo y me puso en cuatro dejándome ir su miembro a golpe. Yo, escuchando esos golpes de aplauso y respiraciones muy agotada me calenté más. Él solo estaba diciendo «estás muy nalgón mmm» y con sus dos manos me abría y empujaba más.
Así estuvo un rato hasta que terminó aventando leche dentro de mi. Él quedó feliz y contento. Cada ves que se puede o quiero lo hacemos ya llevamos varios años