🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Cerca de mi casa hay un señor que es mecánico y por su buen trabajo se ha ganado el respeto de todos en la colonia. Físicamente es un señor de casi 50 años, con un cuerpo trabajado, algo fornido. Él es güero y tiene unas manos super grandotas y gruesas que de un manazo te hace gemir.

El señor siempre se ponía a componer carros en la calle y cada que yo pasaba por ahí siempre lo veía de una manera morbosa, e incluso cuando sabía que estaba afuera yo pasaba con mis shorts chiquitos y pegados que hicieran ver aun mejor mis muy redondas nalgas.

Un día de noche que estaba yo tomando con unos amigos me llegó la solicitud de él para ser amigos en Facebook; me sacó de pedo saber que el señor tenía incluso alguna red social pero sin pensarlo más acepté y al poco rato me mandó mensaje diciéndome que a ver si pronto lo veía para platicar.

Yo le saqué algo de plática preguntándole por qué me había enviado la solicitud y dijo que estaba tomando solo en su casa y que le había aparecido mi perfil en sugerencias, ya saben, la excusa típica.

La conversación siguió un poco más hasta que retomó el punto de que un día nos viéramos para platicar y yo bien armado de valor le respondí que mañana, y él aceptó diciéndome que lo viera atrás de su casa, en un lote baldío que nadie visita y que en general es un lugar muy solo.

La conversación concluyó ahí y cuando me desperté al día siguiente honestamente había ignorado la cita pues yo pensé que se le iba a olvidar lo que me dijo porque obvio estaba super borracho, pero para las 11 de la mañana me mandó mensaje diciendo que ya estaba ahí y que me estaba esperando.

Me sorprendió un montón y entonces, de manera rápida, que me voy al lugar donde nos veríamos y al llegar ahí él estaba parado con una camiseta blanca de esas interiores y a través de la cual podía ver su pecho marcado y se notaban sus pezones rozados y peludos. Ya que llegué y me acerqué le dije que de qué quería hablar (estaba muy nervioso) y él empezando me preguntó que cómo estaba y todo eso, pero yo me mantenía muy recatado y contestando muy sin chiste.

Entonces el señor se acercó a mi y me dijo en voz baja: “tienes un buen culito y quise que vinieras porque quiero que me des unas mamadas de verga” y lo dijo con tal seguridad y esa ronca voz que yo ya no hablé más cuando me agarró de los hombros y me hincó frente a él.

Estábamos en un tipo hueco que hacían unos árboles hacia el final del terreno a manera de protección y ahí en medio de la calle procedí a destravar el botón de su pantalón de trabajo, uno de mezclilla manchado de grasa, y pude ver entonces su hermoso bóxer de color rojo.

Estaba yo muy excitado, así que bajé su cierre y un poco más el pantalón para poder saciar así mis ganas de oler ese paquete y uffff, olía a ropa muy limpia combinado con un olor a sudor de macho trabajador. Extasiado como estaba pase mi cara por su verga erecta y pide sentir su tamaño aún estando guardada. Luego bajé su bóxer y comprobé que aquel pedazo estaba hermoso; tenía ante mi una rica verga, güera, delgada, venosa con una cabeza grande y doblada hacia la derecha.

Empecé a mamársela mientras él me agarraba de los pelos y me la empujaba más adentro una y otra vez; yo desde abajo volteaba a ver su cara de excitación con los ojos en blanco demostrando lo mucho que lo disfrutaba. Estuve chupándosela buen rato hasta que se calentó de más y me quería penetrar, de hecho me levantó a la fuerza, me agarró de la cintura y me dio un beso en la boca que hizo que yo terminara de dilatarme. En eso me

volteó mientras me agachaba y de a poco me la metió mientras que yo podía sentir su verga con la cabeza gruesa entrar en mi y sentir también cómo recorría cada centímetro de mi interior.

Supongo que fue por la saliva que le dejé luego de estarla chupando pero aquella pija entró muy lubricada y en momentos ya eran sus huevos los que rebotaban en mis nalgas haciendo un rico sonido que de recordarlo se me para. Ambos estábamos tremendamente calientes y tal era su calentura que esas hermosa manos gruesas y duras empezaron a nalgearme una y otra vez mientras me la metía duro y duro haciendo una combinación de sonidos que me lo abría aun más.

Ya sin nada de vergüenza comenzamos a movernos e hicimos diferentes posiciones, terminando con la de perrito y esa fue la que hizo que se viniera. Estaba su cuerpo muy caliente y su sudor bajaba por su pecho cuando gritó de excitacion y logré sentir su leche caliente dentro de mi.

Luego sacó su verga y dijo que quería ver como me salía la lechita que me acababa de dar (él seguía caliente) así que me hinqué de nuevo y tras unos leves pujidos empecé a sacar la leche que esta dentro de mi. Luego él introdujo uno de sus dedos a mi maltrecho ano y uffff, no pude más y grité un ahhhhh que de inmediato él me agarró de la boca y me dijo “cállate, quiero que siempre que esté afuera uses esos shorts para mi, para verte y recordar este momento” todo mientras metía y sacaba su dedo de mi ano sacando algo de la leche de él mismo que luego agarraba con su dedo y se la metía a su boca saboreando todo.

Después me dijo que me la jalara y entonces con sus dedos dentro de mi los sacó y me introdujo su verga de nuevo mientras con una voz agitada me decía “solo para que sientas placer y te vengas”.

Obediente como siempre soy con él desde ese día, yo comencé a jalármela y ni poco duré cuando comencé a venirme y ver esa parte de cómo me la metía y sacaba lo más rápido que podía hizo que me viniera.

Una vez que ambos aventamos la leche, nos pusimos de pie, acomodamos nuestra ropa y cada quien se fue a su casa. Ahora cada que quiere verme me manda por Facebook un emoji de una llanta y un árbol y ya sé yo que me espera en el baldío que nos ha visto coger ya casi una decena de veces.

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