Hola, soy Ricardo y soy de Colombiano; mido 181, blanco, un poco vergón (18cm) y algo velludo. Siempre me han dicho que soy muy guapo aunque no lo veo así; actualmente tengo 22 años, esto sucedió cuando tenía 19. 

En esos entonces estaba explorando mi sexualidad aunque a decir verdad ya sabía que era bisexual, pero nadie lo sabía pues siempre he llevado visa de hetero. Llevaba mas o menos 2 años con mi novia e íbamos a varios lugares, en una ocasión ella llevó a José, un amigo muy íntimo de ella; él era un tipo más alto que yo con barba y un gran culo, extremadamente guapo. José jugaba en las ligas menores de un equipo muy conocido en Cali. 

Mi novia me lo presentó, me saluda normal y me dice “parce cómo estás” y seguimos hablando; mi novia se embriagó y decidió ir a dormir un rato al auto pues la noche era joven y el resto de personas no nos queríamos ir, además dijo que solo dormiría un rato para volver a agarrar energía. Yo me quedé con el resto de los amigos y platicando especialmente con José. 

En eso empiezo a notar que me veía mucho cuando yo bailaba o hablaba con otras personas. En Colombia es muy normal fumar marihuana, diría incluso que es realmente cotidiano entre los jóvenes y en eso me dice «nea te gusta la weed» le dije que si aunque lo hacía más por seguir junto a él. 

Salimos de la discoteca hacia una zona verde donde solían fumar, curiosamente no había nadie a esa hora y luego de un par de toques y ya trabados (colocados) empezamos a hablar de todo y a reírnos mucho y de una u otra forma terminamos hablando de sexo, de que cuál vieja era la más buena y esas cosas de dos heteros drogados. 

Luego de darle otro toque me dice sin soltar el humo “a cuál te culiarias? tu novia me has dicho de sos un polvazo, buenísimo para coger y hacerla venir” y se ríe mientras suelta el humo. “Yo, pues la verdad no sé, creo que me tiraria a Catalina, tiene un buen culo” y forzando más la conversación me lanzó y le digo “aunque vos tenes más culo que ella… a quién te culiarias vos” y para mi sorpresa solo se me lanzó a darme un beso y me dice “a vos parce,a vos”. 

La temperatura subió rapidísimo y empezamos a besarnos de una manera descomunal con un morbo que nunca había sentido; mi pene parecía rasgar la tela del pantalón de la erección tan fuerte que tenía; me dice “vámonos de aquí” y antes de eso pasé a ver a mi novia y seguía profundamente dormida; le avisé a una de sus amigas que José estaba muy trabado y que iríamos a tomar un caldo para bajarla. No hubo gran sospecha y él y yo nos fuimos al primer motel que nos encontramos. 

Apenas guardó su auto ahí y entramos casi no podemos ni cerrar la puerta, nos estábamos comiendo encima de la ropa, nos desnudamos y no podía creer la belleza de ese man velludo, marcado de pectorales y abdomen, pezones rosados y grandes rodeados de una mata de pelos que los hacían resaltar aún más. 

Fue cuando le quito la ropa que me dice “parce me encantas, me gustas mucho” y sus palabras además del lívido llenaron también mi ego. Nos seguimos besando apasionadamente y en eso me quita el bóxer y empieza a darme la mejor mamada de la vida; toqué el cielo y baje mientras con sus labios carnosos recorría mis 17 centímetros de delgada verga blanca curvada hacia arriba como con gancho.

Mientras él me la chupaba yo trataba de ver hacia otro lado porque si lo veía chupándomela seguro me correría y evitando que eso pasara lo quité de mi trozo y lo levanté para darle un beso en el que me pasó toda la saliva acumulada de la mamada que me daba. 

Fue entonces mi turno; le quito el bóxer a él y veo un pene hermoso, una chimba que no me resistí a mamarlo; media un poco más que el mío pero era considerablemente más ancho de la base. Lo giré luego de un rato de mamadas y vi en eso un culo peludito y carnoso, un par de nalgas grandes que rebotaban cada que les daba una nalgada y sin más me fui a darle un beso negro a esa raja; con todas las ganas metía mi lengua lo más que podía mientras él nomás gemía de placer. 

La excitación era mucha y me suplicó que se la metiera y que lo preñara así que se la deje ir de una y luego de algunos movimientos suaves para que su ano terminara de dilatarse cálmense a darle muy duro y rápido pues al parecer le gustaba fuerte y violento. 

Así duré media hora; hicimos varias posiciones mientras que él solo jadeaba, gemía y se retorcía de puro placer. Era una puta en la cama y el tipo varonil del antro había desaparecido. Un lechero que se vino 2 veces antes que le dijera “me vengo, me vengo” y me dijo “adentro nea adentro” sentí que bote mucha mucha leche en ese culo peludo y que era abiertamente mío. 

Quedamos rendidos y sudados; nos besamos y me dijo «no hay duda de lo que dice tu novia”. 

Yo no suelo ser pasivo pero necesitaba que ese man me cogiera así que nos empezamos a besar de nuevo y me le subí a la cintura y empecé a rozarlo y sin mayor lubricante que el resto de su semen me la dejó ir de una. Yo solo gemi del dolor y puse cara de satisfacción pues empezó a darme duro haciendo que yo estuviera en otra dimensión por su verga y sus movimientos. 

Me retorcía de placer mientras que mis manos pellizcaban sus tetillas y se enredaban en sus pelos del pecho. El muy cabron sabía justo dónde estimular el punto g y eso me hacía delirar; cuando abrí los ojos y veo ese man tan sexy dándome me vine sin tocarme esparciendo mi leche en su delicioso pecho. 

Él ya no duró mucho y se vino dentro de mi culo que se contraía en cada uno de sus chorros. Me dijo que quiera que dejáramos de hacerlo; que él había esperado eso conmigo hace mucho tiempo y que sería respetuoso de mi relación y sobre todo discreto; me contó que le gustaba mucho pero que él también llevaba una vida de hetero por sus papás y el club donde jugaba. Por supuesto que accedí. 

Al día de hoy seguimos cogiendo y somos grandes amigos; hemos hecho muchas cosas más. Aquella noche llegamos de nuevo al antro y aún mi novia dormía así que seguimos en la rumba.

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