🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Hola a todos, mi nombre es Carlos, tengo 24 años, y por un gran golpe de suerte, me saqué un premio grande en la Lotería Nacional. Yo había conocido la ciudad de Mérida, en el estado de Yucatán, México, pues ahí se había ido a vivir una de mis primas con su esposo y su hijo por lo que compré también una casa en esa ciudad, no es muy grande, pero tiene una alberca de buen tamaño.

Al estar ya instalado ahí, mi prima me pidió de favor que si su hijo se podía quedar conmigo, pues ella y su esposo irían a CDMX a ver unos asuntos; claro que acepte, aunque no tendría la privacidad que me gusta.

Mi sobrino se llama Raúl, como su papá, tiene 16 años, y se tenía que quedar en la ciudad porque esperaba resultados de unos exámenes de su escuela. Uno de esos días, que hacía muchísimo calor, me preguntó si podía invitar a un amigo de él a nadar un rato, yo no le vi ningún problema, y acepte.

Llegó su amigo, de la misma edad que él, solo que de piel morena; él y mi sobrino tienen muy lindo cuerpo, delgados y con músculos un poco marcados, su nombre es Mario, nos presentamos y se dirigieron a la alberca; después de un rato, y movido por las ganas de verlos casi desnudos, salí y les llevé un par de toallas.

Ellos lo agradecieron y salieron del agua, se tumbaron en unos camastros boca arriba, por lo mojado de sus trajes de baño, me permitía ver sus ricos bultos, los dos se veían riquísimos.

Yo comencé a exitarme y les dije que iría a bañarme, y cubriendo mi excitación me retiré del lugar; solo habían pasado 2 minutos y regrese para decirle a mi sobrino que comieran y tomara algo, pero mi sorpresa fue muy grande, al ver que ellos ya se estaban comiendo, uno al otro, estaban haciendo un 69 completamente desnudos, supongo que animados porque me iría yo a bañar.

Sin querer pisé algo que hizo ruido y los dos voltearon a verme, trataron de cubrise, pero yo les dije que no había problema, que siguiera; Mario volteo a ver a mi sobrino y éste asintió con la cabeza. Mario se levantó y fue hacia mi, tomó mi mano y me llevó hasta donde estaba mi sobrino.

Yo estaba muy excitado, mi pene se sentía en la cárcel de mi boxer pero Mario aliviar esa tensión al bajarme el shorts y el bóxer, me comenzó a besar, mientras mi sobrino nos daba oral alternadamente, no lo podía creer, estaba con dos chavos riquísimos; yo no decía nada, solo me dejaba llevar.

Mi sobrino se levantó y Mario ocupó su lugar, los dos la chupan muy bien.

Después de un rato fue mi turno y yo se las chupé con gusto y placer; las vergas de los dos eran como de 17 CM, los dos estaban rasurados por lo que ambos se veían terriblemente ricos y sexys.

Así estuvimos un buen rato, hicimos un 69 en triángulo, y cambiamos de dirección, y así nos amamos los tres, casi a punto de venirme, les dije que fuéramos a la recámara, y así desnudos subimos, nos tocábamos y besábamos a cada paso.

Ya en mi cuarto saqué condones, lubricante, y algo más. Mario estaba encima de mi sobrino, lo besaba y acariciaba muy excitado; yo me uno a ellos abriendo las nalgas de Mario y hundiendo mi lengua lo más que podía.

Mario gemía de placer y mi sobrino quiso probar lo mismo, a ninguno de los dos les habían dado beso negro con anterioridad, mi sobrino se abrió las nalgas con sus manos y yo comencé a comer su rico culo, gemía igual o más que Mario, este último metió se verga en la boca de mi sobrino, así estuvimos un rato, hasta que Mario no aguantó más y se vino en la boca.

Yo le di vuelta a mi sobrino y lo besé en la boca, quería sentir el sabor del semen de Mario; mi sobrino me tomó de los hombros empujando hacia abajo; yo comencé a darle oral, hasta que se vino en un gemido muy fuerte y profundo, igual que yo había hecho. Mario me besó y compartimos ese rico semen.

Los dos comenzaron a darme oral, hasta que hicieron que me viniera, subieron a mi boca y compartimos esa leche en un gran beso de tres. Para ese momento, los dos chicos ya estaban con sus vergas muy duras, y sin preguntar nada, Mario se puso un condón y penetró a mi sobrino de una forma tal que me daba a entender que ya lo habían hecho antes.

Al ver eso solo bastó un minuto y mi verga ya estaba lista, se notaba que mi sobrino ya había probado varias vergas, así que yo me puse un condón e hice a un lado a Mario y penetré a mi sobrino arrancándole un gemido de placer.

Mario se cambió el condón y se puso otro, se colocó atrás de mi y comenzó a penetrarme, hicimos ese trenecito coordinando nuestros movimientos, me vine de nuevo y mi sobrino también quiso meterla, y así lo hizo.

Se quedó acostado y yo me monté en él; me gustaba mucho estar así. De pronto, Mario empujó mi espalda hacia abajo y comenzó a querer meterla en una doble penetración, nunca me lo habían hecho, así que batallamos un poco, hasta que entró su glande, me dolió mucho, pero eran más mis ganas y mi calentura.

Mario empujó y entró toda su verga, después de un minuto, comenzaron a moverse, lento, rico, Mario besaba mi espalda y hombros, y yo besaba a mi sobrino en la boca.

No se vinieron, pero continuamos cogiendo. Puse a Mario en 4 y lo penetré de un solo golpe, solo gimió sin decir nada más, mi sobrino también estaba en 4, justo a un lado de Mario, saque un juguete vibrador que ya había puesto cerca cuando saque los condones, le puse un condón y se lo metí a mi sobrino.

Al tenerlo él adentro, lo encendí, provocando que mi sobrino diera un salto y un grito ahogado, solo había sido por la sorpresa, yo me cogía a Mario y le daba juguete a mi sobrino, mi sobrino se vino sin tocarse y Mario quiso probar también.

Cambié el condón y metí el juguete en el culo de Mario, mientras mi sobrino me daba oral. Mario se movía muy rico, quería sentir todo el juguete dentro, hasta que también se vino sin tocarse mientras que yo hacía lo mismo en la boca de mi sobrino, quedamos literalmente exhaustos, tirados en la cama.

De ahí nos fuimos a bañar juntos, seguimos besándonos y acariciándonos un buen rato. Así fue esa rica tarde de verano.

Mi prima y su esposo llegaron después de una semana, la cual aprovechamos al máximo mi sobrino y yo, y claro, con Mario. Por fortuna, mi prima se volvió a ausentar de la ciudad y me pidió de nuevo que su hijo se quedará en mi casa, ya no había exámenes pendientes, simplemente, no quiso ir a CDMX. Mi sobrino invitó a Mario y a 3 amigos más, pero esa es otra historia.

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