Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Hola amigos, esto pasó en el 2010, cuando tenía 22 años estudiaba la universidad y estaba haciendo mi servicio social. En ese tiempo era un chico de complexion normal, 1,66mts de altura, blanco y de pelo muy chino.

Daba mi servicio en un juzgado penal donde mi función primordial era leer los autos a los presos que aún llevaban un proceso. Ya se imaginarán la cantidad de chacales hermosos, deliciosos, morenos de esos que te dan miedo pero hacen que tú culo palpite al verlos.

Para ya no alargarme más así empieza mi historia, había un chico moreno delgado, tatuado con un labios muy bonitos y sonrisa que enamora pero sobre todo unas manos que invitaban a meterlas a tu boca y ano.

Cada que lo mandaba llamar para avisarle algo nuevo de su expediente me emocionaba, me ponía nervioso pues después de terminar nos poníamos a platicar incluso varias veces me llegaron a regañar por el tiempo excesivo que pasábamos platicando.

Resulta que un día le aviso que ya va a salir, que su proceso concluyó en su liberación y que solo tenía que firmar unas cosas y se avisaba al personal que podía salir. Al otro día recuerdo que era viernes cuando voy saliendo del juzgado me lo encuentro en la entrada, me alcanza y me saluda

Chacal.- hola cómo estás? ¿Ya te vas lic?
Yo.- si ya hoy salgo más temprano porque tengo que entregar proyecto en la universidad.
Chacal.- mmm y luego qué vas hacer
Yo.- pues tal vez irme a tomar con mis amigos por?
Chacal.- mira wey se ve que te gusta la tiesa y yo voy saliendo de aquí sin varo… qué te parece si nos vamos a tu casa a coger y me das una lana o por las malas (me saco una navaja) tú sabrás, pero lo mejor sería disfrutar los dos

La verdad me dió miedo pero me causó más morbo el saber que estaba ante un auténtico chacal maleante.

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Yo.- pero cuanto necesitas o que porque no traigo mucho dinero
Chacal.- dame 500 y te voy a dar una buena metida de pito toda la tarde y si quieres me quedo a dormir.

Me tomo de la mano y caminamos para el estacionamiento. No saben cuánto me encantó la seguridad de ese macho, sabía que yo era su presa

Yo.- ok va pero dame chance de llevar mis cosas a la universidad y nos vamos para mi casa.

Por diferentes cosas llegamos a mi casa a las 11 de la noche, nos pasamos directo a mi cuarto con todo y cerveza que habíamos comprado, lo acosté y me empecé a restregar esa vergota en mi cara aún sin quitarle el pantalón.

Le empecé a quitar su playera para tocar su cuerpo, luego su pantalón fue para abajo y qué gran verga salió de ahí, morena, gruesa y tan larga que me hizo pensar que no me cabría, pero mi calentura no paraba así que desde ahí se la empecé a chupar.

La calentura hacía que me la metiera todo adentro y luego con mi lengua recorría todo el tronco, le lamía los huevos, me pegaba con su vergota en la cara, me estaba calentando muchísimo más que cualquier otra ocasión.

Yo.- ¿ya me la quieres meter?
Chacal.- deja te mamo el culo primero para que resbale.

Nunca me lo habían hecho pero se sentía muy rico, me saco varios gemidos, metía sus dedos y con otra mano me nalgueaba, lo que hacía que mis gemidos fueran más fuertes. En definitiva yo ya no podía más

Yo.- ya métemela y preñame que quiero ser tu perrita
Chacal.- ¿ya la quieres jotito? Ruégame que la quieres — me decía mientras me jalaba del pelo y me cacheteaba. Estaba violento y eso me calentaba mucho más.
Yo.- por favor papi, destrózame el culo con tu vergota, por favor.

Mis palabras lo calentaron mucho. Se puso atrás acomodando su pene en mi culo y poco a poco la fue metiendo apenas lubricada por la saliva que ya me había dejado en el culo y la que yo le dejé luego dee mamársela.

Mientras iba entrando sentía que me iba a partir en dos, pero aguanté machín pues el alcohol hizo que el dolor pasara rápido, y además no iba a desaprovechar ese momento de ser cogido por un chacal.

Entonces empezó su mete y saca; él me daba nalgadas, me humillaba, me degradaba con la forma en la que me hablaba, y todo eso hacía que me sintiera una perra en celo, pero sobre todo su verga tocaba mi punto G así que sentía que en cualquier momento me venía.

Yo gritaba de placer, le pedí cambiar de posición, me subí arriba de él para darme unos buenos sentones posición que aproveche para pedirle que me diera cachetadas y me apretara las chichis.

En esa misma posición le pedí permiso para besarlo y sin darme él una respuesta agarró mi cabeza para jalarla hacia él mientras yo me movía en su verga y nos dimos un beso muy puerco, lleno de saliva, que duró varios minutos.

Me cambió de patitas al hombro mientras yo le rogaba que me siguiera cacheteando, me pidió abrir mi boca y la escupió y su saliva escurriendo en mis labios y comisuras me encantó y él lo supo, así que siguió haciéndolo. La saliva que no atinaba en mi boca él la esparcía por mi cara.

Luego le pedí que ya se viniera porque me estaba matando; me volteó y me empezó a embestir como animal mientras me clavaba las uñas en mi cintura desde donde me contolaba totalmente.

Su verga se hinchó y pude sentir como se venía al tiempo que me mordía la oreja y yo apretaba mi culo para que sintiera más placer.

Entonces me apretó contra su cuerpo hasta que dejó de salir mecos de su verga, la sacó y se acostó por un lado se quedó dormido agarrándome el culo. En la madrugada me despertó con una metida de verga y en la mañana nos aventamos el mañanero igual de intenso.

Con el no fueron las únicas veces y hubo unas muy ricas en la calle, en el cine, incluso en mi casa con gente. Si quieren que se las cuente comenten. Saludos.

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