Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Les contaré otra historia de mi vida; siempre he sabido que soy bisexual y una de mis confidentes antes de decírselo a mis padres fue mi prima Samantha.

Esto ocurrió hace 22 años exactamente; para ese tiempo tenía 20 años para ser preciso. Mi prima y yo somos muy unidos así que yo frecuentaba mucha discoteca de ambiente. Fue en unas de las tantas salidas me encontré en Tabú, una soñada discoteca gay nicaragüense, al novio de mi prima con el que ella ya tenía 5 años de relación.

A mi se me hizo algo extraño porque él en algunas fiestas familiares donde asistían amistades nuestras del ambiente que son muy amanerados se refería muy mal de ellos así que me extrañó verle en esa discoteca; yo no dejé que él me mirara y le seguí durante la noche.

La cosa es que al final le vi besándose con uno de los gays más viejos del lugar muy conocido por todos el cual sé que es de profesión estilista y tiene una cadena de salones en los mall de mi país.

Yo me retiré del lugar y al día siguiente le conté a mi prima Samantha lo que había sucedido; ella confrontó a Ricardo y éste no se lo nego, le dijo que esa era la forma más rápida de él obtener un buen billete (pago monetario) pero que él sólo los ponía a mamarsela y que no se los cogía.

No importó y obviamente por esta razón ella terminó su relación de 5 años.

Por lo sucedido mi prima estuvo un tiempo sola, así que después de este tiempo decidió empezar de nuevo pero para esto siempre me decía con quién se estaba conociendo y me pedía que yo investigara y hasta le tirara los perros a los manes que buscaban ser su novio para evitar que ocurriera lo que ya le había pasado.

Algunos caían en la trampa, otros no y así llegó Pablo a la vida de ella, un chico formal, educado, blanco, 1.75 con un cuerpo bien trabajado en el gimnasio; cuando ella me lo presentó quede embelesado. Traía unos palos jeans bien apretados que le dejaban ver un paquetote, una camisa blanca y unas zapatillas Fila.

Él me saludó y al estrechar manos sentí un cirrirntazo que recorrió todo mi cuerpo y al igual que los anteriores Samantha me pide que lo investigue y que le tire la onda, así lo hice y todo normal en las averiguaciones al insinuármele el me dijo que no tenía problemas con los gay pero que esa no era su onda así que con todo esto ella se dio la oportunidad de andar con él.

Duraron 3 años de novios hasta el día que decidieron casarse; la boda fue de lo más bonita, allí hubo derroche de comida, cerveza y ron. Samantha de lo feliz que estaba tomó trago como loca al punto que se emborrachó rapidísimo.

Al término la fiesta yo los llevé en mi carro hacia el hotel donde se hospedaban para pasar la noche pero mi prima estaba tan borracha que en un momento comenzó a vomitar lo que hizo que el vómito cayera sobre mi ropa y el carro.

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Llegamos al hotel subimos a la habitación que les tocó y cuando me disponía a marcharme Pablo me dice «si quieres dúchate y te presto algo de ropa para que no te vayas así».

Los dejé a ellos en la cama y fui a ducharme; al parecer él quería tener intimidad con ella pero mi prima estaba tan alcoholizada que no respondía por lo que luego de un momento él me llevó una toalla al baño pero me percaté que tenía una erección descomunal debajo de un bóxer negro que cargaba.

Mi ahora nuevo primo notó que yo le miraba esa tremenda erección y solo se sonrojó y me dijo «es que quería acción, pero Samantha está como muerta».

Yo también estaba un poco tomado así que aprovechando la ocasión me salí de la ducha, me acerqué y se la agarré sin darle oportunidad a que reaccionara. Él estaba tan caliente que no se resistió y me dejó que se la agarrara a mi antojo.

Como solo traía un bóxer, yo podría maniobrar a mi antojo, y luego de eempezar a notar que el propio boxer comenzaba a estar húmedo del precum que comenzaba a aventar por mis movimientos, me arrodillé y se la empecé a mamar y con cada succionada sentía como esa verga grande y venosa de Pablo palpitaba en mi boca.

Mientras yo le llenaba la verga de saliva, él solo me miraba cómo me la tragaba hasta el fondo y me susurró «es verdad lo que me han dicho algunos amigos… que los gay se la tragan mejor que las mujeres» y dicho eso con sus dos manos en mi cabeza me empujó a terminármela de clavar.

Después me puso de pie y me dijo «hoy voy a comprobar si todo lo que se dice de ustedes es verdad» así que me agarró de los brazos y me llevó adentro del baño donde me sometió contra la pared y me pidió que echara saliva en su mano y él hizo lo mismo, echó de su saliva también en su mano para luego embarrármela toda por el culo y luego se puso un poco más en la verga y me la comenzó a meter.

Me dolía en puta, pero luego, al ver que ese semental me tenía ensartado, me calenté y me fui relajando.

Su verga era deliciosa, blanca como él, de unos 16 centímetros y algo gruesa y que me arrebataba muchos gemidos ahogados para no despertar a mi prima que dormía tras de la puerta.

Ya con su verga dentro y mientras con sus toscas manos me recorría la espalda y las piernas, comenzó a bombearme de una forma tan brutal que cada que me la metía y la sacaba me decía «qué rico aprieta ese culo… me he comido muchas vaginas pero esto es más estrecho y más delicioso».

Con sus palabras yo empecé hacer contracciones anales, relajaba mi esfínter y luego lo contraía esto para darle mucho más placer cosa que él gozaba, pues podía verlo y escuchar como bufaba como un toro.

Así estuvimos un rato que yo disfruté por completo y al cabo de 7 minutos se vació todo adentro de mi ano y pude sentir su leche caliente en mi cuerpo; nunca nadie me había dado tanta leche como Pablo. Así fue como mi prima se casó y yo fui la suplante en su luna de miel.

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