Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Cuando tenía 15 años, me enviaron a unos ejercicios espirituales a un pueblito, ya que era muy rebelde y según eso me ayudaría. El primer día todo normal, esa semana tocaba con puros jóvenes.

Rápido me hice de amigos; al segundo día nos asignaron a un tutor (seminarista), con él teníamos que ir para todos lados y lo que llegáramos a ocupar se lo pedíamos a él.

Él tenía como 17 años, era alto como de 1.85, complexión grande, futbolista, piel color moreno claro, me causaba cierto conflicto porque me atraía pero a la vez no, en primera por el lugar donde estábamos y en segundo porque apenas estaba descubriendo mi sexualidad.

Hicimos todas las actividades y a la hora de la cena se sentó a mi lado, todo normal. Antes de ir a dormir pidió un auxiliar, todos rápido querían ser, pero él me eligió a mi, no me gustaba la idea.

No encajaba ahí, todos iban por gusto y yo iba obligado. Me pidió que fuéramos a su habitación para darme detalle en que lo ayudaría y organizar unos paquetes que se nos entregarían al día siguiente. Cuando los estaba guardando para ya irme, se pone atrás de mi y dice «así no, tendrán que volverlos hacer».

Él pasó sus brazos a mis costados y pegado a mi espalda comenzó a enseñar cómo; yo sentía su pecho, su respiración y un leve roce con mi culo. n ese momento me calentó un poco estar así.

Comencé de nuevo con el trabajo y él se quedó atrás viendo. Me sentía tenso y él lo notó, comenzó a masajearme y platicar. Puso una de sus manos en mi costado y me volteó con la otra.

LO MÁS RECIENTE

Quedamos cara a cara y se lanzó a besarme, no le respondí a la primera.

Se separó y nos quedamos viendo, se lanzó de nuevo a besarme y fue donde le respondí. Yo era bastante caliente en ese tiempo, cualquier cosa me calentaba, ahora si me controlo un poco más.

Comenzamos a quitarnos la ropa, entre besos, mordidas y caricias. Me acostó y se subió hasta mi pecho, y me puso en la cara su verga que le medía fácil 19 cm y era muy gruesa, recta.

Comenzó a cogerme por la boca, sentía como le salía pre-semen y ese saborcito salado rico. Me la sacó y me comenzó a besar hasta llegar a mi verga, me hizo mi primera mamada ante la que no soporté mucho y me vine en su boca.

Con mi semen en la boca, me mamó el culo y con un dedo me dilataba, lo que él no sabía aún era que él sería mi segunda vez. Me tenía gimiendo, era algo tan rico y que me tenia muy caliente.

Puso mis piernas a sus costados, se acomodó y comenzó a meterla, me dolió mucho, pero al mismo tiempo me gustaba, no sabía si gemía del dolor o placer. Se quedó unos minutos quieto para que me acostumbrara mientras me besaba.

Ya que me sintió más relajado se movió un poco para acomodarse y se me salió un gemido. El comenzó a cogerme despacio, pero yo quería más y se lo pedí.

Me agarró por los hombros y comenzó a cogerme muy rudo, la sacaba a la mitad y me la dejaba ir, mientras me besaba. Así me estuvo cogiendo y besando, hasta que me hizo venirme sin tocarme.

Él paro, recogió mi semen con su boca y nos besamos, me cogio un poco más, me la sacó, se quito el condón y se subió a cogerme por la boca y no tardo en venirse en mi boca, su leche se me salía de la boca era mucha, me trage toda la qué pude.

Se acostó a mi lado y comenzó a besarme pasando su lengua por toda mi boca saboreando nuestros semen. Todas las noches iba con la excusa de ayudarle y antes de venirme, me daba mi buena cogida.

Y aveces durante las actividades del día me tocaba el culo o me arrimaba su verga. Han sido las mejores cogidas de mi vida y más sucias. De el ya no volví a saber, solo que se salio del seminario a las pocas semanas de que yo me fui y que volvió a su ciudad.

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