Buenas soy cubano y gay de clóset; me da mucha pena todavía y lo mantengo oculto por cuestiones personales. He tenido encuentros sexuales con hombres pero siempre de manera reservada. Soy médico y hace un tiempo estaba de guardia en un cuerpo de guardia para enfermedades respiratorias y me acompañaba un enfermero que desde la primera vez que lo vi estaba súper rico.

Generalmente no suelo mezclar trabajo con placer pero este lo valía; él por supuesto era gay, se sabía, la cosa era que yo tenía que llamar su atención discretamente algo que tampoco fue difícil pues él ya me tenía el ojo a mi y me lo había dado a entender.

Durante la guardia el coqueteo no faltó ya sea con palabras o acciones, en un momento él entró a un cuarto de descanso y se sentó sobre una silla relajado así que aproveché que estaba solo ahí y entre con la excusa de pedirle un bolígrafo para escribir y me puse a hacerlo a su lado, empezó a decirme que tenía unas piernas finas como dos palillos con el pretexto de tocarme las piernas.

Ya de ahí subió a los muslos hasta que me metió la mano en el culo y empezó a manosearlo el muy descarado, hasta me hizo presión con su dedo índice en mi agujero del culo por encima de la ropa todo mientras empezaba a tocarse en su pene donde se le notaba un bulto prominente.

Yo al momento me puse super nervioso pues es decir que soy muy tímido con esas cosas, teniendo temor me retiré de su lado pero él no hizo esperar más, se lanzó encima de mi y me empezó a besar; me volteo de espalda y me afincó con su pene erecto en el culo.

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Yo estaba súper ruborizado pues tenía una pena horrible pero había conseguido lo que quería que era su compañía, en eso se sentía que la puerta la estaban abriendo así que tuvimos que rápidamente disimular para no ser agarrados pues otra doctora entraba al cuarto, desafortunadamente tuvimos que parar pero no nos dimos por vencido en la idea de pasar un buen rato.

Fue al caer la noche en otra guardia, el equipo que estaba que me incluía a mí y a él. Luego de un rato me encuentro descansado con una enfermera en mi cubículo cuando recibo un mensaje que decía que «si no pensaba ir a donde estaba el» y por supuesto era el enfermero que se encontraba solo en otro cubículo.

Sin pensarlo salí del cuarto y me fui al de él, nada más hice entrar me agarró por eso brazos fuerte que tiene y empezó a besarme, é es tipo fuerte definido muy lindo blanco con una piel fina bien cuidada ,se deja crecer la barba con estilo, se ve súper bello; yo por otra parte delgado pero definido también muy lindo.

Las caricias no se hicieron esperar pues ambos estábamos bien ansiosos por eso y en la tranquilidad de la noche teníamos la perfecta oportunidad, entre besos y caricias se bajó el pantalón y me pidió que se lo mamara, era de tipo activo dominante así que accedí aunque con pena por sentirme inferior pero con ganas, no les voy a negar, que me gustaba y lo quería todo con él.

Ahí le mame el wuebo con mucho gusto, me lo metió profundo en ocasiones tanto que me dio arqueadas pero seguimos hasta que él decidió levantarme y empezar a quitarme la ropa para meterme su pene de una vez.

Las ropas sobraban y así fueron quitadas, a la rapidez de que se me rompió hasta el botón del pantalón, para que vean lo urgidos y deseados que estábamos, me tiró en la cama me viró boca a abajo se ubicó encima de mí y empezó a afincarse con su pene en mi culo, hasta que decidió lubricar bien el pene con saliva así como mi agujero y me lo metió de una.

No es más de describir el dolor y el gusto que eso me dio, al principio era más dolor que placer, le pedí que cambiáramos de posición y me pusiera boca arriba y me complació,a pesar de ser dominante y algo sadista, me trataba con mucho cariño y me complacía.

Ya en esa posición el gusto empezó a sustituir al dolor y fue mejor me dijo que me masturbara mientras me penetraba y así lo hize, me metió su pene una y otra vez acostados en la cama mientras disfrutamos del cuerpo de cada uno y es que al cuerpo de él yo no paraba de manosearlo mientras me la metía.

Así seguimos hasta el momento en que ya se venía y me lanzó toda su leche encima de mí, momento que aproveché y le agarre el pene y le frote la cabecita, eso que después de una eyaculación produce mucho placer y gusto; luego me pidió que terminara de darme placer y mientras me besaba y tocaba su cuerpo desnudo sobre mí me masturbe y me vine enseguida, pues ya estaba al punto desde hace rato.

Enseguida fue y busco algo para limpiar su leche y la mía que estaban calentitas encima de mi abdomen y pecho, me limpié y nos dimos unos besos de despedida y retorné a mi cuarto de descanso; al otro día tuve que andar todo el tiempo sujetando mi pantalón pues se le cayeron los botones entre la euforia a la hora de quitarnos la ropa.

Repetimos cada vez que podíamos durante la guardia pues la ganas de ambos no faltaron, cada vez que nos juntábamos me decía que era una PUTA en forma de cariño y sensualidad, categoría que me chocaba un poco pero me gustaba mucho viniendo de él.

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