Yo desde chico sentía una pequeña curiosidad por los hombres pero como nunca fue tan alarmante no le di importancia. Al pasar los años yo descarté esa idea, me hice novio de una chica muy guapa y todo fue cosa del pasado. Hasta que comencé una amistad con un vecino de los años el cual es 3 años mayor que yo.
Un dia tuve una discusión grande con mi novia al punto de pensar que todo había acabado. Ese dia mi amigo Daniel me invita a ir a una disco con él y su hermana ya que ella solo podía salir con él. La noche estaba preciosa y yo estaba tan molesto que le dije que si. El grupo estaba formado por 2 chicas y 3 chicos.
La hermana de mi amigo y el novio de ésta, su mejor amiga, mi amigo y yo. Al entrar directo a la disco fuimos por unos tragos y a bailar; las horas pasaron y yo no soy muy de bailar así que me fui a sentar un rato. Al instante la chica soltera se me sentó a mi lado y comenzó a coquetearme, cosa que le seguí la corriente solo por entretenimiento. De pronto viene Daniel borracho y me pide que lo lleve al baño, que solo se iba a perder.
Yo como amigo al fin lo acompañé. El baño de la disco es por sexo y con cubículos. Al entrar al baño mi amigo entra al mismo y yo me recuesto a la meseta del lavamanos justo frente de él. Este se baja el pantalones y el boxer hasta el piso, él con todo el descaro del mundo comienza a reírse y cuando me fijo no pude contener mi mirada hacia sus nalguitas blancas y redondas cubiertas de unos finos pelos negros muy sexys.
Al instante una erección apareció en mi y para colmo éste, al terminar de hacer pis, me pide que lo ayude a subirse sus pantalones; yo con mucho cuidado me acerco a él este aún estando de frente a la taza, me agacho un poco tratando de lograr alcanzar sus pantalones y al instante sentí el aroma de su cuerpo específicamente de sus nalgas.
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Simplemente descarto ese pensamiento y cuando ya termino de subirle la ropa reclina su cabeza hacia atrás y la posiciona en mi hombre, acerca su boca a mi oído y me dice «Hoy tú no vas a ser para ella, hoy eres mío, quiero que me cojas el culo». Él cierra la puerta del cubículo vuelve a bajarse el pantalón y toca mi miembro, todo esto estando él de espaldas a mí y yo estático sin poder reaccionar.
Comenzó a sobar mi pene y no me aguanté más, le comencé a tocar las nalgas pero mi deseo era otro así que fui directo a su hueco y se sentía tan suave y cerradito que me dio más morbo; ya tenía mi pene a más no poder, me iba a reventar dentro del pantalón y parece que él se dio cuenta porque safó mi pantalón, sacó mi pene y continuó sobándome para luego yo intentar meterle un dedo y aunque me costaba trabajo por lo cerrado que era. Lo había decidido, yo debía probar ese agujerito.
Me sentía en el cielo, el escupió su mano y echó saliva en mi pene, solo se apoyó a la pared frente a él empinando su delicioso culo y me dijo métemela, no aguanto más las ganas, quiero sentirla cómo me rompes el culo»; yo simplemente obedecí. Volvi a escupir mi pene que ya tenía un poco de precum en la punta y de un solo tirón se lo clavé todo, él mordió su mano para no gritar en el baño y se dieran cuenta de lo que pasaba.
Pensé que no iba a poder entrar mi polla por su grosor pero lo hice, él hizo una seña de que esperara, ya pasados unos segundos comenzó a moverse de adelante hacia atrás por lo que me daba a entender que queria movimiento, así que empecé a darle estocadas suaves y sincronizadas y poco a poco me fui excitando tanto que lo tenía mordiendo su mano derecha y masturbándose con la izquierda mientras se aguantaba de las paredes laterales con sus piernas abiertas y yo estaba dándole duro y firme.
Cuando él creía que ya había acabado de darle duro por su culo abierto, caliente y suave comenzaba de nuevo las idas y venidas con más fuerza que la vez anterior.
Así estuvimos unos 15 minutos hasta que veo cómo comienzan a salir disparos de leche cayendo por toda la pared y el tanque de la taza de baño, sus contracciones anales por la corrida me llevaron al orgasmo en instantes, así que me salí de él y me posicioné a su lado y lancé mi leche en la misma dirección que él. Confieso que nunca había soltado tanta leche y con tal fuerza.
Él rápidamente se acomodó su ropa y salió del cubículo y por primera vez desde que entramos al baño me miró, soltó una sonrisa y me dice: «se me fue la borrachera», a lo que me tomó de la mano para ir a bailar junto a los otros.
Esa noche terminó y ese tema nunca volvió a tocarse. Él comenzó una relación con una muchacha y tuvieron una nena. Al cabo de 5 o 6 años coincidimos en la casa de una amiga, yo ya tenía mi novia actual y él se encontraba con mi amiga. Comenzamos a tomar y a jugar a la botella. Él le plantó un beso a mi novia y me dió tanto morbo que supe que esa noche iba a ser genial… Pero ya eso es otra historia…