Era una mañana preciosa, mirando hacia el mar desde la mejor vista de ese hermoso lugar, apreciando la fantástica fauna que me rodeaba, decidí ir de compras, pensé «esta noche prepararé la cena para cenar con mi amor». Como era costumbre salí temprano a mis actividades, estaba corriendo por la playa hacía el muelle, cuando escuche una voz tras de mi.

-Hola, buen día.
-Buen día. — Respondí sin voltear la mirada, pues iba muy a prisa, sentí como su respiración a mis espaldas, entonces decidí mirar atrás, algo que era inaceptable para mi, jamás miro atrás.
-Qué tal tu mañana?
-Maravillosa, no puede ser mejor!
-La mía en este momento acaba de ser la más hermosa de todas. ¿Sabes por qué? — me preguntó mientras me sonreía.
-Porque estás platicando con un extraño a la orilla de la playa sin pensar si estás haciendo perder su valioso tiempo?
-No, de hecho, no creí que te incomodara, es la mejor mañana por que estoy mirando esos hermosos ojos, esa cara tan angelical.
-Jajajaja, amigo, eso conmigo no funciona, lamento decirte que has llegado demasiado tarde. Estoy felizmente comprometido. Suerte en tu mañana de ligue.
-Espera, en verdad, solo déjame conversar contigo! Por favor!
-Qué te hace pensar que debería creer lo que estás diciendo? Solo dame una buena razón para que deba creer en ti.
-¿Acaso no sueno sincero? ¿Hay algún problema si quiero hablarte?
-Es que no es eso, es que no le encuentro sentido. Cualquier persona podría sonar sincera. Sobre todo si no le conoces, pero bueno, es hora de irme.

Corrí sin tratar de detenerme pues este chico ya había sido muy insistente, no quería que Armando fuera a mirar que conversaba con él y entonces si habría un problema.

LO MÁS RECIENTE


-Me llamo Jorge.

Finalmente llegué a casa y estaba Armando en el balcón y lo que temía sucedió.

-Con quién platicabas en la playa?
-Con nadie amor, solo salí a correr como todas las mañanas.
-No mientas, te observé desde aquí, platicabas con ese tipo platicando de lo lindo! Ahora lo vas a negar? Siempre tienes que andar de ofrecido con todos los que te encuentras a cada lugar que vas?
-No es posible, dijiste que cambiarías tus celos, pero me doy cuenta que eres el mismo de siempre y jamás cambiarás.

Tomé mi maleta y corrí al coche, no quería escucharlo más, no me pude controlar y rompí el llanto en el coche, estaba muy decepcionado de que no creyera en mi.
-TÓC TÓC. TÓC TÓC.
Sonó el cristal del vehículo. Era Jorge el chico que corría en la playa, me pregunto:

-Estás bien? Por qué lloras? ¿Puedo ayudarte?
-No, no puedes, nadie puede hacerlo. Disculpa, pero debo irme.

No podía controlar mi llanto, era inevitable, entonces se dio la media vuelta.
-Espera, no te vallas.
-Si, ¿quieres charlar?
-No. Acaso vives solo?
-Si. Por que? Quieres ir a mi casa a conversar? Si gustas podemos desayunar juntos.
-Claro!! ¿Por qué no?

No sé qué pasaba por mi mente, jamás me había comportado así, nunca había pensado si quiera en engañar a Armando con alguien. Me resultaba horrible el hecho de dormir con alguien más que no fuese él, lo amaba demasiado. Quizá sus celos enfermizos me orillaron a hacerlo.

En en trayecto a su casa me pregunto mi nombre!!!
-No me has dicho tú nombre, es tan hermoso como tu rostro?
-Me llamo Gustavo.
-Tuviste problemas con tú pareja?
-Es un hecho de que todo acabo, pero para que hablar de ello, estamos tú y yo, aquí solos, eso querías. O no?
– No te confundas, de esta manera no quería que sucedieran las cosas, si debe de sufrir alguien para que yo sea feliz, entonces no esta bien.
Entonces sucedió. Me lance sobre su cuello, lo bese y le dije:
-Donde habías estado toda mi vida?

Llegamos a su casa, seguía besándolo, y él me tocaba de una manera tan suave, me decía cosas tan hermosas, era algo muy distinto a la vida que había tenido con Armando, pero es que no era mi culpa, era solo que conocía otra vida.

Mi cuerpo desnudo junto a la sala y sus labios recorriendo cada centímetro de mi, sus manos eran suaves, sus caricias únicas, no podía parar de tocarlo, sus brazos eran fuertes y sus piernas firmes, cada escena era salida de una comedía romántica una patética comedía, su cabello era lindo, una sonrisa preciosa, mi mente se nublo y no había nada más que me importara en ese momento, todo había cambiado para mi.

Besó mi cuello hasta llegar a mi espalda baja, comenzó a besar mis firmes glúteos y sin más paso su lengua por mi recto, era una sensación deliciosa, algo nunca antes sentido, estaba demasiado dilatado y entonces me penetro, dándome unas envestidas que cada que movía sus caderas hacía afuera y dentro yo contraía mi ano haciéndolo gemir incontrolada mente.

-AHHHHHHH!!!!!!!!!!!!
Se escapaban suspiros.
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!!!!!!
Y algunos gritos también.
-Voy a venirme dentro.
-Solo hazlo.
-Mmmmmmmm, sí así, no pares.
-SSSSSSS AAAAAAAAAAAAAA, SSSSSSSSSSS AAAAAAAA.

Terminamos al mismo tiempo, estábamos exhaustos tirados en la alfombra de su sala, yo sobre su pecho y el abrazándome por la espalda, podía sentir como latía su respiración. cada gota de sudor que rodaba de su cuerpo al mío.

-¿Qué va a suceder con nosotros?
-No me interesa, por el momento, solo quiero estar así en este momento.
-¿Si? Pues yo quiera estar así por siempre.

Sonó la alarma de mi despertador. Abrí los ojos y ya eran las 7:00 am, me puse un short, playera, gorra y tenis. Salí a correr como cada mañana.

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