Pasaron cinco años en los cuales sólo hubo comunicación por llamadas y mensaje por internet, él en la capital yo en mi provincia, parecía que no interesara lo del otro pero no era así, él terminó su carrera y yo mi tecnología, empezamos a trabajar teniendo éxito en nuestras profesiones.

En enero mis padres tuvieron que viajar y yo por mi trabajo me tuve que quedar; mi hermano vive en otra ciudad. A la siguiente tarde del viaje de mis padres, jueves yo llegué a casa a eso de la seis de la tarde, me estaba tomando un jugo cuando sonó el timbre de la puerta por lo que fui y abrí y lo que tuve frente a mi me parecía un verdadero sueño, ¡ahí estaba él!

Parado en la puerta frente a mi casa estaba Luis. Yo lo miré detenidamente, él estaba un poco más tallado, mi corazón se aceleró de inmediato, le di un abrazo discreto de bienvenida y lo invité a seguir. Traía su portátil y una pequeña maleta. Se sentó en la sala, le brindé jugo y me lo aceptó: ya en la plática me comentó que venía en viaje de trabajo, le pregunté si se quedaba en casa y me dijo: «¿si me lo permites?» Lo miré sonriente y sólo le dije: «¿tú que crees?».

Le recibí el vaso, lo tomé de la mano y le dije «vamos». Lo llevé a la pieza de huéspedes, me miró sorprendido, como diciendo porqué no a la tuya. Yo volví a sonreír, le coloqué la maleta, y le dije «mis padres no están y sólo llegan el doming». Se me acercó me dijo: «¿me haz pensado?»Le respondí qué mucho. Me abrazó y nos fundimos en beso apasionado, le desabroché la camisa y él hizo lo mismo, nos acariciamos el pecho, las tetillas y disfrutábamos de nuestros labios, me dijo» ¿verdad qué soy el único?». Le dije si y le pregunté si yo lo era para él, a lo que me dijo que también lo era.

Me soltó el pantalón y me lo bajé, mi polla se notaba a mil dentro de mi bóxer, mientras me quitaba el pantalón, él se quitó el suyo. Me siguió besando, bajó mi bóxer y mi polla quedó a su disposición; me la empezó a lamer y luego a chupar como queriéndosela comer, subió y me hizo el gesto «de te toca a ti». Bajé y le saque la suya y sin preámbulos me la eché a la boca, hacía 5 años no la probaba y no había probado ninguna, fue sólo una mamadita, yo quería saber cómo estaba su culito así que me levanté y lo puse contra la cama, él se volteó, se inclinó y dejó ver el culito redondo que ahora me pareció más hermoso que antes.

Me mojé el dedo con saliva y se lo masajeé, no se lo metí, quería que fuera directamente mi verga la que lo penetrara, le dije «voy a saber si de verdad te guardaste para mi». Dicho esto le puse la punta de mi miembro en la entrada y presioné un poco, estaba durito y él se quejó, volví a masajearlo con más saliva, metí un poquito de mi dedo, lo saqué, le puse de nuevo mi verga y empujé dentro la cabeza y su gemido fue tan real y sonoro que hace que casi me venga de solo oírlo.

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No le pregunté si por dolor o por gusto, como les dije mi verga no es muy larga pero gruesa. Dejé un momentico y empujé de nuevo y fue entrando hasta que se la metí toda. Comencé mi mete y saca el pujaba y yo le decía «qué rico lo tiene uuuuuuhhh», él me decía sí, «y sólo para ti es mi culo, por eso llegué directo aquí, quería que me cogieras y yo cogerte a ti». Se lo metía y se lo sacaba, gemíamos, en un momento le llené su oyito de la leche que tenía ahorrada, estiré la mano y le toqué su polla dura.

Me miró, me besó, cogió mi verga y se untó la mano, me volteó y me untó mi raja con mi propia leche, se pasó la mano por sus nalgas y se untó más y me la puso en la entrada de mi culo; luego se echó saliva en su polla y me dijo «yo también quiero saber si me cumpliste», yo lo deseaba ahora así que rápidamente me puse en cuatro sobre la cama y él sin más me la metió, claro que me dolió, pero lo quería sentir y lo gocé, él fue más acelerado, me bombeó rápido y me refrescó mi culito, que estaba ardiendo por la embestida con su leche.

Le dije: «tenías buenos ahorros», él se sonrió y me besó. Le dije vamos a bañarnos, salimos a comer y volvemos. Le pregunté ¿cuánto te demoras? Y me dijo sólo esta noche, le dije vamos a un restaurante cercano porque no podemos perder el tiempo. Mientras comíamos nos contamos rápidamente lo vivido, incluidos nuestros gustos hetero, incluyendo el pensar casarnos, pero recordando lo nuestro, porque no nos llamaba la atención hacerlo con otros. Regresamos a casa eran como las 9 y media, le dije «la noche es nuestra mis papás no están». Tomamos un café y luego un vaso de agua, no tomamos alcohol, ni fumamos.

Después de esto lo miré y nos fuimos a la pieza. Me acosté y él se acostó a mi lado, le monté la pierna y él me puso la mano en la nalga. Nos empezamos a besar con ternura pasando rápido a la pasión y al deseo, nos quitamos las camisas y sin ninguna ayuda nos quitamos los pantalones y quedamos en bóxer, me besó las piernas como si fuera su mujer, me puso boca abajo, subió y me beso las nalgas, me bajo el bóxer y siguió besándome las nalgas, yo quería que llegará a la mitad pero se demoraba, me pareció una inmensidad, pero al fin llegó, me las abrió un poquito y empezó a meter su lengua, yo las levantaba hacia su lengua y gemía.

Luego de esa sensación yo mismo quería hacerle eso a él así que se lo manifesté y me volteó y se montó sobre mí dejando su verga dura casi en mi cara así que aprovechando le quite el bóxer y lo acomodé de manera que su rajita me quedará al alcance, él se agachó y siguió besándome, yo le besaba sus nalgas y su rajita, estábamos recién bañados y olíamos rico. Lo besa y le chupaba la verga, él hacia lo mismo, nos metíamos la lengua en el culo, luego un dedo, después dos y tremenda mamada, gemíamos, gritábamos y con los dedos en el culo y las vergas en la boca tuvimos un tremendo orgasmo casi simultaneo, un poco de leche nos comimos, otro nos untó la cara y el pecho. No acostamos el uno al lado del otro.

Nos besamos y así probamos nuestras propias leches. Nos miramos, sonreímos y le dije: «por eso no te llevé a mi pieza, porque esta cama es matrimonial y la mía es sencilla». Había puesta una toalla y nos limpiamos con ella. Descansamos un rato, de pronto empecé a sentir que me acariciaba de nuevo, yo le correspondí y nuestras pollas se empezaron a poner duras, no pajeamos suave y nos dábamos besitos cuando de pronto se volteó y me puso sus nalgas cerca a mi verga.

Ya estábamos dilatados así que fácilmente él empezó a entrar y él empezó a decir «aaaaaahhh, uuuuuuuuhhh, rico ahora lo disfruto más, hazme rico, métemela toda», yo se la sacaba y sólo le metía la punta, él me la reclamaba toda y con fuerza y cuando lo hacía escuchaba su pujar y gemir, y sentía que me la apretaba. De pronto me dijo «sácamela qué te la quiero meter», se la saqué, se paró y me tomó de las piernas para luego llevarme hacia la orilla, me levantó las piernas sobre sus hombros y la metió, gracias a que todavía estaba algo abierto no me dolió tanto; me lo metía y me lo sacaba con pasión, yo suspiraba, gemía y le pedía más, me cogió la polla y empezó a pajearme, aceleró las metidas y la pajeada, sentí su leche en mi culo, casi igual la mía saliendo, se inclinó y chupo una poquito mientras que yo quedé con mi culo inundado de su leche y mi pecho untado de la mía.

Eran cerca de las dos de la mañana, nos dimos un beso y nos dormimos. Lo oí cepillándose los dientes y le dije que hora es: me dijo que eran las 6 y media así que me levante y entré al baño, cogí mi cepillo y me cepillé, yo también estaba desnudo, me hice detrás de él, le dije: «tenemos tiempo para la despedida», me dijo si, me le acerqué y le restregué mi verga en las nalgas, le besé el cuello y las orejas y me dijo «sigue», le acariciaba el pecho, le metí el dedo en la boca lo mojó, bajé la mano y se lo metí en el culo; lo besaba se la restregaba y el gemía bajé la mano y le cogí la verga, se agachó y se la metí, me dijo «mejor en la cama» a donde lo llevé empujado sin sacarla y tirándolo de su verga.

Casi llegando él estiró la mano y puso una almohada para que le quedara levantado, se puso sobre ella y me dijo: «ahora sí métemela toda», lo complací, oía sus gemidos y sus suspiros diciéndome, más, más, más, se la metí con fuerza y rápido y le deje ese culo abierto y lleno de leche. Me dijo un pequeño descanso y me despido yo, mira. Se volteo y me la mostro, yo sin perder tiempo empecé a mamársela, cuando la sentí dura me senté sobre ella, subía y baja feliz, me llegaba bien adentro, de pronto me dijo no quiero acabar así, me paré, se levantó y me volvió a acostar boca arriba, me recogió las piernas y me la metió, yo le dije «te gusta así», y me dijo «mucho, porque puedo ver los gestos que haces» y le dije «y a mi ver los tuyos, y además la siento toda»; me hizo rico hasta que me derramó su leche, Con un tremendo uuuuuuhhhh, mío y un aaaaaaaaaaaaaaaaahhh, suyo.

Después de alistarnos desayunamos, él me dijo que sólo si nos volvíamos a encontrar lo volvería a hacer. Me dijo «me caso pronto y voy para el exterior». Yo le dije que lo haría sólo con él, tengo novia y a lo mejor me case. Le dije: «Esto es nuestro secreto». Salió, nos despedimos con un apretón de manos y una mirada cariñosa.

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