Esto sucedió cuando yo tenia 17 años y mi primo tenía 20. Él tenía un cuerpo de futbolista ya que era apasionado al fútbol; él vivía con su hermano y su mamá, era un hombre bien atractivo y caliente con las chavas además que les gustaba subir a cualquier chava a su auto.

Cada ves que llegaba a casa él me contaba las experiencias con las chavas; lo encontraba en la sala aveces solo con bóxer. De hecho yo trataba de llegar cuando él se encontraba solo pues a mi me encantaba pero no le podía decir por que él decía que no le gustaban los gay.

Por lo mismo cada vez que yo llegaba me contaba con quién cogía y después me decía «mira, se me paró» y yo muy discretamente lo veía notando como se le miraba ese gran bulto y cuando él decía «espérame me voy a bañar» yo moría por verlo pero me daba pena decirle que me gustaba.

Fue un día que él me invitó a tomar a su casa; a ambos nos gustaba salir de fiesta y esa noche estábamos con unos tres cuates más, que por cierto no estaban nada mal. Ese día nos pusimos a tomar, a darle duro; eran como las 2 de la mañana cuando se terminó el licor dos de los cuates y decidieron ir a buscar por lo que solo me quedé yo con mi primo y el otro cuate.

Cuando los otros cuates se fueron el tercer amigo se fue al baño me quedé totalmente solo con mi primo en la sala. Ya nos habíamos pasado de copas.

Me dice mi primo «MIRA NO TE VALLAS A IR, quiero que me hagas compañía esta noche, que tengo miedo». Lógicamente su frase me puso a pensar.

«Esta es mi oportunidad, lo tengo que lograr», pensé en mi mente. Al rato llegó el tercer cuate del baño y dijo «no han venido aquellos» y nosotros le dijimos que no. Al rato llegaron con las manos vacías dijeron ya no hay nada por lo que todos gritamos.

Fue ahí que todos agarraron para sus casas y me quedé nuevamente solo en la sala con mi primo. Me dice «ahora qué hacemos» pero yo en mi casa no tenía nada de licor. La sorpresa que me llevé fue que el me dijo «Tengo una botella de tequila, ¿Te animas?» Yo alegremente le contesté que sí y comenzamos a tomar como a las 3:30 de la mañana.

«Yo ya no aguanto y me iré a dormir» le dije. Rápidamente me contestó «no te preocupes, dale». Ya me había dicho que me quedara en su cuarto así que me dirigí hacia allá; como a los 10minutos escuché unos pasos, encendío la luz y yo me hice el dormido.

Lo veo le se esta desnudando y lo primero que pensé fue «se cumplió mi deseo». Lo vi quitarse toda la ropa hasta quedarse solo con un bóxer. El pensó que yo estaba dormido y se comienza a tocar su bulto por sobre el bóxer que por cierto se le miraba enorme, largo y grueso.

Cuando me doy cuenta que se me acerca y lo primero que hizo fue pasármelo en mi boca, yo por su puesto me seguí haciendo el dormido cuando pasó como un minuto asiéndolo sobándolo en mi boca de repente me hago que me despierto y solo me dice «no digas nada, que sé que te gusta».

Me levantó y se tiró en la cama para yo bajarle el bóxer amarillo para dejar salir su enorme trozo que me llevé a la boca; deebía de medir unos 20cm.

Como había apagado la luz solo podía distinguir sus jadeos y como me decía «así, dale, dale… me encanta eso que haces». Yo seguí mamándole todo, jugaba con sus huevos que estaban demasiados duros; se le mamé como 30 minutos hasta que me dice «ponte de perrito» y ya en esa pose me dio una cogida como nunca lo habían hecho antes.

Sobra decir que es es bueno para coger, entendí el porque sus novias se derretían por él, sabia menearse muy bien en la cama; al rato me dice «mámamela de nuevo, que ya me quiero venir y quiero que te los comas». Yo comencé a mamar mientras él solo gemía y me dice «ya, ya, yaaa yaa» y se dejó venir al grado que me terminó llenando la boca de leche.

Si su pene era una delicia, su semen era aún más rico; no derramé ni una sola gota, me lo tragué todo y me preguntó si me había gustado. «Claro» le dije, «me gusto como me lo hiciste». Nos bañamos junto y desde esa fecha lo venimos haciendo cada ves que hay oportunidades.

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