No sé desde cuando me empezaron a gustar los chicos, pero creo que desde que tenìa 9 años porque me gustaba mirarles bajo sus pantalonetas y ver la prominencia que hacian sus pantalones y ahora que soy y mas grande lo sigo haciendo para imaginar que tan grande lo tienen.
Cuando tenìa 10 años, haciendo un ejercicio de carretilla, vi a mi amigo Juan Carlos su pene que me fascinó y quise seguir haciéndole carretilla porque no se daba cuenta. Cuando estuve en tercer año de colegio mis amigos frecuentaban los jueguitos de estarse dando de golpes en tus partes y uno que otro salía arrastrándose del dolor. Un día mi mejor amigo Santiago empezó con la misma broma y me dio un golpe y yo le di otro, y él otro y así hasta que él se quejó del dolor; entonces él, dándome otro golpe, casi me deja tendido así que me senté en mi pupitre y él se acercó a decirme que yo era quien tenía vagina y dicho esto me tocó mis partes, pero se encontró con la sorpresa de que mi pene staba parado y lo acarició por encima de los pantalones.
Todo comenzó así, pero fue al siguiente año en un paseo de fin de año que empezó lo mejor. Íbamos sentados los dos en los mismos puestos y cuando regresábamos mis compañeros empezaron con el jueguito de pegarse en los genitales, así que empezamos el juego los dos y yo casi salgo fauliado y le digo: «Mi verga está resentida así que acariciala» y no pasó ni un momento y empezó a acariciarla y así me dijo que luego yo le acariciara a él y lo empecé a hacer y en principio todo era por encima del pantalón.
Y era excitante porque mi verga estaba parada y la de él lógicamente también.Cuando ya no resistía la excitación le puse su mano bajo mi pantalón y comenzó a masturbàrmela y él se levantó a traer una manta de su equipaje para taparnos y que nadie nos viera. Luego él puso mi mano sobre su verga ya salida de su pantalón y comencé a acariciarla y masturbarla.
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Fue excitante el sentir su verga caliente y la mía ardiendo, sentir sus testiculos y sus pelitos, era lo más rico… Ya entre tanto jale y jale le pedí que me mamara la pieza y él me dijo que juguemos a piedra, papel y tijera y el que perdía le mamaba primero al otro, así que jugamos y adivinen quién perdió… Mi amigo se agachó a mamarme la vergota ya bien parada y caliente y yo luego hice lo mismo. Así hasta que llegamos a la ciudad y me hizo terminar. Luego empezamos una relación siempre que teníamos paseos y llegábamos a lo mismo, tanto en el paseo de quinto como en el de fin de año.
No lo he vuelto a ver desde ahora pero quisiera hacerlo y a estas alturas estoy tratando de contactarme con él. Todo esto dejó marcada mi vida y sigo haciéndolo con el que quiera y aprovechándose que algún amigo borracho que me guste se duerma bien para bajarle los pantalones y mamarselo. He tenido varias experiencias desde entonces y es rico en verdad sentir mi verga en la boca de alguien, hombre o mujer, pero más rico de un hombre.
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