De niño, en la misma calle donde yo vivía, tenia un amiguito con el que pasaba mucho tiempo. A mi me gustaba mucho ir porque me entretenía mucho con él, ya qué tenia muchos juguetes y un Nintendo.

Fue en esa época, cuando eramos pequeños, que él me mostraba mucho su pene y intentaba que se lo tocara pero a mi no me gustaba, pues en ese tiempo solo pensaba en las mujers pero cuando estaba en primero de secundaria empecé a sentir atracción tanto para los hombres como por las mujeres. Y ya mi vecino no me ponía la atención pues los dos teniamos novia. Hasta que un día entrábamos en la jornada de la tarde y ps como no había nadie en mi casa decidí ir para donde mi vecino que tambien estaba solo.

Yo llegué y me senté en la cama mientras él se bañaba pero no sabía que yo estaba ahí en su cuarto y cuando salió nose pero no estaba usando nada, estaba completamente desnudo y tenía lo mejor que habia visto en el mundo, un pene de 18 cm rosadito, depilado y me van cojiendo los nervios; cuando miró pa la cama me vio y luego de pensarlo un poco se me tiró encima besandome y tocando mis nalgas y yo le respondi de inmediato de la misma forma. Él me quitó la ropa y obviamente yo estaba bien erecto así que él se decidió y bajó besándome todo el cuerpo hasta llegar a mi pene que era de aproximadamente de unos 15 cm


Abrazaba mi pene con sus labios y fue ahí que me hace un oral que para mi fue lo mejor del mundo, después se sienta en mi pecho con su pene enfrete de mi boca y me lo mete bruscamente; yo no sabía nada de eso pero tenía un olor y un sabor tan rico que me dejó encantado.

Ya habiendo agarrado confianza hicimos el 69 hasta que llegó a mi ano y me hizo un supeeer beso negro que me hizo estremecer, me lubricó por un buen rato hasta que dijo «ha llegado tu hora, mi perrita» pero yo no sabía que iba a hacer. Él se apartó y se fue y se echó lubricante en su pene y después en mi ano.

El cabrón quería cogerme, pero el primer intento no pudo porque casi me muero del dolor y obviamente yo siempre he tenido más fuerza que él. Logré safarme y al segundo intento me lo metió despacio mientras me besaba. Sin embargo no resistí así que me lo quité de nuevo y le dije que mejor se lo mamaba. Sin embargo él insistió y me terminó convenciendo así que lo intentamos de nuevo y ya casi no dolía, por lo que me metió todo eso rico tronco.

Fuimos despacio y él aumentó su ritmo y me decía «hace tiempo que te traía las ganas y por fin cumplí mi sueño, mi perrita». Entonces cambiamos de posición hasta que me dijo «me voy a venir… dónde lo quieres, en la cara o dentro de ti» y le dije que dentro de mi así que se sacó el condón y me lo volvió a meter. Confieso qué sin el condón se sentía más rico y sentí esa deliciosa leche dentro de mi como una canilla y yo todavía no me masturbaba no sabia que también podía venirme y él me dijo que él seria el primero en quitarme la virginidad de todo mi cuerpo así que me hizo una paja. Fue esa la primera vez que me penetraron y que boté leche de mi cuerpo.

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