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Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Todo empezó en mayo del 2019, yo tenía 13 meses viviendo en Perú aprovechando estar lejos de casa poder llevar a mi cuarto a quien quisiera por lo que me sumergí (como muchos) en el mundo del Grindr. 

Me la pasaba follando venezolanos y peruanos probando cualquier cantidad de culos hermosos que se me encontraba por el paso.

En eso estaba hasta que un día conocí a Igga (para proteger su identidad) nos contactamos e intercambiamos teléfonos y fotos y una semana después le escribo al Whatsapp para saludarle.

Aquella vez pasamos todo el día escribiendo y todo fluyó tan bien que cuadramos para vernos en la noche ya estaba entrando el invierno así que salí del trabajo, me duché y esperé a que dieran las 10:30 para salir y recogerlo.

Ya juntos, caminamos a mi cuarto y al llegar nos metimos a la cama apagamos la luz y deje el TV encendido. Todos hemos pasado por esa bienvenida a un ligue de Grindr.

Bajo las cobijas empezamos a besarnos apasionadamente mientras sentía mi verga dura a punto de explotar al tiempo que yo seguía besándolo.

Animado por los besos empecé a desvestirlo, bajé por su cuello hasta las tetillas las cuales chupaba y mordisqueaba; jugaba con mi lengua y bajé a su abdomen para luego quitarle los pantalones.

Para mí sorpresa cuando voy subiendo me toma de la cabeza y me lleva directo a su polla con la que empecé a jugar con ella; le pasaba mi lengua por todas partes, los huevos subía de la base a la cabeza hasta que finalmente la introduje a mi boca.

Él empezó a moverse y cogerme en la boca, la saqué y fui subiendo por todo su cuerpo viendo como se erizaba mi piel y la de él. Estábamos al máximo de exitación.

Entonces rodea mi cuerpo con sus piernas y me dice «métemela», rápidamente saque mi preservativos, le unté un poco de saliva y la fui metiendo.

Sentir ese culo caliente apretando mi verga era súper excitante, sentía que me corría rápidamente así que la saque y lo cambié de posición para poder empezar a entrar y salir de su culo con más y más fuerza. A ratos paraba para no venirme y cambiaba nuevamente de posición y justo cuando lo tenía de medio lado sin sacarlo me moví para quedar encima de él y seguir follándolo, disfrutándolo.

Cada segundo de ese polvo que era el mejor en este año en Perú. Sin sacarlo moví mis piernas para quedar sentado y el quedar sentado sobre mi verga la tenía toda adentro así que él empezó a moverse rápidamente. Yo veía su cara, su expresión, se notaba que lo disfrutaba al máximo hasta que siento como me apretó mi verga con su culo y soltó un gran chorro de leche que cayó sobre mi barriga y mi pecho.

Yo empezaba a moverme más y más fuerte con mis manos lo subía y lo baja a para ayudarme hasta que me rendí y me vine dentro de él; sentía que con cada chorro que expulsada me apretaba más y más la verga. ¡Era delicioso!

Nos besamos y nos quedamos inmóviles por un largo rato, nos limpiamos y nos vestimos para salir acompañarlo a la avenida y que se fuera a su casa y al llegar me envía un mensaje diciendo que le dolía todo el cuerpo pero un dolor rico, porque le di hasta en la médula.

Al día siguiente me escribió diciendo que quería volver a repetir y que esperaba fuera esa misma semana…

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